Comercial

Barcelona imita a Regent Street: refuerza sus ejes comerciales con los primeros BID de España

El modelo de Business Improvement District es una figura anglosajona para definir áreas de promoción económica territorial en los centros de la ciudad que ya se ha implantado en otros países como Alemania, Reino Unido o Estados Unidos.

Custodio Pareja

15 jun 2017 - 05:00

Las dos pruebas piloto, que serán las primeras de España, se llevarán a cabo en el eje comercial de Sant Andreu y en el del Born, iniciativa que viene de la mano del Ayuntamiento de Barcelona y la regidoría de comercio.

Los Business Improvement District (BID) irrumpen en España a través de Barcelona. El Ayuntamiento de Barcelona y la regidoría de comercio, de la mano de Barcelona Oberta, implantará los dos primeros BID en la ciudad, imitando así a otros grandes ejes comerciales como Regent Street, tal y como ha explicado Gabriel Jené, presidente de la asociación, a EjePrime. Las dos primeras pruebas piloto se llevarán a cabo en el eje comercial del Born, en el centro de Barcelona, y en el barrio de Sant Andreu.

 

Los BID son una figura anglosajona para definir áreas de promoción económica territorial en los centros de la ciudad. “Es un mecanismo que funciona en los principales ejes comerciales de un gran número de países europeos, como Reino Unido o Alemania, o en Estados Unidos -explica Jené-; es un sistema de gestión público-privada de un espacio comercial”.

 

Así, un BID ayuda a que una zona comercial se gestione de manera similar a la de un centro comercial. “Servicios como mantenimiento, limpieza, acciones comerciales y buen gobierno entre los comercios son algunos de los servicios que aporta un BID a una eje comercial”, añade el presidente de Barcelona Oberta.

 

Otro de los puntos a favor de los BID es la ordenación comercial. “Dependiendo de cómo se legisle, se puede permitir crear un mix comercial más a la medida de los consumidores de la zona y un uso del territorio mucho más recapacitado, algo que en la actualidad no es posible porque no hay nada que lo regule”, sostiene.

 

Las dos pruebas piloto, que serán las primeras de España, se llevarán a cabo en el eje comercial de Sant Andreu y en el del Born, iniciativa que viene de la mano del Ayuntamiento de Barcelona y la regiduría de comercio. “La bondad del BID es que crea una figura tributaria de gastos comunes, pero al ser una prueba, la aportación dineraria vendrá por parte del consistorio hasta que se legisle y pueda implantarse de manera oficial”, justifica Jené.

 

 

No obstante, según Jené, la prueba piloto tendrá sus limitaciones. “La naturaleza del BID es que los comerciantes sean los que aporten la parte económica, algo que no es posible de momento -sostiene-; si todo va bien, la prueba piloto será de unos dos años, que es lo que queda de legislatura actualmente en Barcelona, y la idea es presionar para que el Estado legisle a favor de este tipo de herramientas de gestión para poder implantarlo posteriormente”.

 

Ejes comerciales de Barcelona: 80% de ocupación

Barcelona Oberta es una asociación que une los ejes comerciales turísticos que comparte una visión común del papel económico y social del retail y que representan al comercio del centro de la ciudad. “Nuestra misión es conseguir un equilibrio entre las necesidades del comercio de proximidad y el que está vinculado al turismo de compras en la ciudad”, asegura Jené.

 

Así, la asociación lleva a cabo, entre otras acciones, estudios sobre cuál es el estado de salud de los principales ejes comerciales de la capital catalana. El último publicado por la entidad, Diagnóstico del ecosistema de los ejes comerciales, los principales destinos comerciales de los operadores de moda, electrónica o restauración como el Born, Paseo de Gracia, La Rambla o Rambla Catalunya tienen una ocupación de sus locales del 90%.

 

 

“El índice de aprovechamiento es muy alto, el porcentaje de locales ocupados de los principales ejes está por encima del 80%, pero la proliferación de establecimientos de grandes cadenas así como de comercios destinados exclusivamente al turista está amenazando con diluir la armonía de las tiendas de la capital catalana”, asegura el presidente de la asociación. “Son los peligros del monocultivo, de orientar todos los negocios hacia el mismo tipo de clientes”, añade.

 

Según el estudio encargado por Barcelona Oberta, hasta el 43,2% de los negocios de Paseo de Gracia son ya de grandes cadenas. En la calle Pelai y alrededores, y también en la rambla Catalunya, esta proporción representa una cuarta parte, aunque la tendencia en los últimos ejercicios ha ido al alza.