Cushman&Wakefield reduce un 10% los ingresos y entra en números rojos en 2020

2020 ha sido un mal año para Cushman&Wakefield. La consultora ha entrado en pérdidas después de ver como sus ingresos han reculado un 10%, según sus cuentas del ejercicio publicadas ayer.

La empresa cerró 2020 con unos ingresos totales de 7.843 millones de dólares, un 10% menos que en 2019. Por divisiones, la que experimenta un mayor retroceso es la centrada en operaciones de alquiler, una de sus actividades tradicionales, que retrocede un 34%, hasta los 1.275 millones de dólares.

También cae fuerte la división especializada en compraventas, Capital markets, que recula un 25%, hasta los 769 millones. En cambio, aguantan mejor la división centrada en la gestión de proyectos o espacios (Property, facilities and project management), que ingresa 2.969 millones de dólares, un 1% más.

La consultora cierra 2020 con un beneficio de explotación (ebitda) de 504 millones de dólares, un 30% menos que en 2019. Penalizada por unos costes elevados, de 7.896 millones de dólares, a pesar de que los ha recortado un 8% en relación a un año antes, Cushman&Wakefield entra en pérdidas. La firma cerró 2020 con unos números rojos de 220,5 millones de dólares, frente a los beneficios testimoniales de 0,5 millones de dólares del ejercicio anterior.

Los resultados en la zona de Emea han sido algo mejores, con un descenso de las ventas del 7% y una caída del editda del 23%

Los resultados de la zona de Europa, Oriente Próximo y África (Emea), donde se encuadra su negocio en España han sido algo mejores. Así, los ingresos en Emea han retrocedido un 7%, hasta 966,9 millones de euros. El ebitda se ha hundido un 23%, hasta 77,5 millones de euros, aunque en todo caso la caída es algo más suave que el 30% registrada a nivel global.

Cushman&Wakefield, que en España dirige Oriol Barrachina, con el cargo de consejero delegado, cuenta con oficinas en Madrid y Barcelona y un equipo de cerca de cuatrocientos colaboradores para el mercado español.