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DSC Group, el estudio que diseña las ‘casas’ del ‘coworking’

Dirigido por Juan Lago-Novás, este estudio de arquitectura madrileño comenzó su andadura en 2002 con encargos para amigos y familiares; quince años más tarde construyó las oficinas donde se instaló un gigante tecnológico en Madrid y Barcelona, firmó catorce proyectos con un gigante del coworking y ha diseñado la torre de viviendas más alta de la capital española para Ibosa.

Jabier Izquierdo

26 feb 2018 - 04:53

DSC Group, el estudio que diseña las ‘casas’ de Amazon y WeWork en España

 

 

“Para producir buena arquitectura necesitas poder cobrar y tener curro todos los días”. Esta es la idea con la que trabaja y ve el futuro Juan Lago-Novás, director DSC Group, el estudio que ha diseñado los edificios en los que se ha instalado un gigante del comercio electrónico en España, así como los espacios que está construyendo uno de los grandes operadores del mercado coworking en el mundo. “Yo a mis alumnos les explico que esto no va de ganar dinero: va de ganar oportunidades, de hacer lo que más nos gusta”, asegura a Eje Prime el arquitecto español, que además de diseñar edificios dirige un máster en el IE sobre el negocio de la arquitectura.

 

“El dinero llega, pero lo primero es el cliente: aquí la clave es aprender a identificar las oportunidades”, apunta Lago-Novás desde su despacho en Madrid, un espacio de 500 metros cuadrados útiles de oficina en Avenida América, al que se mudaron el pasado junio. “La otra oficina (situada en Saturnino Calleja) se nos empezó a quedar pequeña”, explica el arquitecto, en cuyo estudio empezaron a entrar proyectos más grandes que han permitido incrementar su plantilla hasta las veinte personas.

 

Las previsiones de la empresa pasan por crecer entre un 15% y un 20% en 2018. “El último año ha sido especialmente bueno ya que conseguimos duplicar nuestra facturación”, asegura Lago-Novás, que prefiere no facilitar la facturación exacta de su compañía. Un despacho del tamaño de DSC genera un negocio de en torno a un millón de euros, según fuentes del sector.

 

 

 

 

Uno de los grandes clientes de DSC Group es uno de los grandes players del coworking en Europa. Para esta multinacional, Lago-Novás ha implantado un estilo de edificio de trabajo muy parejo al de las oficinas en las que trabaja a diario: son espacios “abiertos y con alma de trabajo colaborativo”. “Lo que buscamos es evitar la monotonía, que cada uno pueda reunirse y trabajar en cualquier estancia del inmueble”, apostilla.

 

 

De los encargos a familiares a construir la casa del gigante del ecommerce
DSC Group ha sufrido una gran metamorfosis en los últimos quince años.  “Empezamos de manera muy humilde, con encargos para familiares y amigos”, comenta, “y después vino la crisis…”. En la época de la burbuja inmobiliaria, en el estudio trabajaban tres personas, pero la empresa empezó a ver algo de luz en el horizonte en la Semana Santa de 2014.

 

“Realmente, ha sido en los últimos cinco años cuando hemos empezado a desarrollar proyectos más grandes e importantes”, explica el arquitecto. Entre ellos, el estudio ha diseñado los edificios Luxa Gold y Luxa Silver del distrito 22@ de Barcelona, por los que Catalana Occidente pagó 90 millones de euros a Castellví, Stoneweg y 1810 Capital.

 

 

Saber orientar al cliente: la clave del futuro de los estudios
Lago-Novás entiende la arquitectura como algo “sostenible, pero no sólo en el diseño, sino también en el aspecto financiero”. “No hemos sabido aconsejar al cliente por falta de herramientas financieras y negocio”, apunta el arquitecto, que denuncia que “se han presentado proyectos en este país que no tenían ningún sentido”.

 

Además de ser licenciado en Arquitectura por la Escuela Superior de Arte y Arquitectura (ESAYA) de Madrid, el arquitecto cuenta con un MBA por la Escuela Politécnica de Madrid y fue alumno del programa LPSF de la Harvard Business School, en Estados Unidos. Por ello, su visión del negocio de la arquitectura pasa por conseguir convertir a DSC Group en un “gran estudio”. “Me quiero parecer a una gran empresa en su filosofía de trabajo”, reconoce.

 

 

 

 

“En el estudio hemos funcionado con la idea de ser sostenibles con la plantilla, fichando talento muy concreto y que ha ido entrando poco a poco”, afirma Lago-Novás. DSC Group, además, tiene un programa de formación continuada con el que lleva al estudio a expertos que habla a la plantilla de liderazgo de negocio, entre otros aspectos, “para que la oficina sea un lugar donde se aprende tanto de arquitectura como del resto”. Porque, tal y como resalta el directivo, “la calidad de la arquitectura siempre será innegociable”.

 

El futuro de la arquitectura pasa para el arquitecto español por “entender al cliente: hay que saber orientar el proyecto hacia quien te contrata para darle la mejor solución”. Esta es una de las novedades que se empieza a considerar en los estudios, que han pasado de un modelo “más artesano”, según explica Lago-Novás. “Hay que tener en cuenta que el 85% de los estudios del mundo son de cinco o menos personas. El estudio de arquitectura más grande del mundo es de 2.000 personas”. El estudio al que se refiere el arquitecto es Gensler, de Estados Unidos, “con ellos hicimos el edificio de un gigante del ecommerce en Madrid”.

 

El directivo de DSC Group reconoce que los grandes estudios de arquitectura actuales, con amplias plantillas y un buen número de proyectos en marcha al mismo tiempo, “pueden tender a despersonalizar los proyectos”, pero apunta que “hay que saber trabajar bien este nuevo modelo de negocio”. Los denominados macroestudios eliminan la figura del socio director que controla todo el estudio, “pero los grandes estudios internacionales son en sí muchos pequeños estudios bajo un mismo nombre” defiende el arquitecto, que defiende que fuera de España, “nos ven muy bien, las dos escuelas más grandes de arquitectura de Estados Unidos están dirigidas por dos españoles, Iñaki Ábalos (Harvard) y Herreros (Columbia)”. “El problema en el negocio de los estudios ha estado en que nos hemos quedado sólo en el plano artístico-arquitectónico”, mientras que los “británicos y nórdicos han sabido entender que para hacer buena arquitectura has de tener proyectos y cobrar”.