Las agencias inmobiliarias se preparan para la oleada de Ertes: el 80% de las plantillas, en riesgo

El real estate se prepara para la oleada de Ertes. Una de las consecuencias directas del confinamiento provocado por el Covid-19 ha sido el cierre de los locales de las agencias inmobiliarias y la imposibilidad de poder realizar su actividad. Tanto sindicatos como patronales del sector estiman que los expedientes de regulación temporal de empleo (Erte) en el sector pueden alcanzar al 80% de los trabajadores de estos negocios.

En este sentido, la responsable de real estate de Ccoo, Sofía Castillo, ha asegurado a EjePrime que “es complicado recabar información de las empresas” ya que, al ser un sector formado por pequeñas y medianas empresas, la penetración sindical es escasa.

Por su parte, el secretario general ejecutivo de la Asociación Madrileña de Empresas Inmobiliarias (Amadei), Jesús Martínez, ha explicado que desde el sector “entendemos que estos Ertes son por fuerza mayor”. “La actividad está parando y entendemos que somos parte afectada”, añade.

“Entendemos que los Ertes del sector son por fuerza mayor”, asegura Martínez

De todos modos, Castillo advierte que algunas administraciones están echando atrás los Ertes por fuerza mayor presentados por las empresas del sector, lo que las obliga a presentarlos por otras instancias y a alargar los plazos.

De cara al futuro, Martínez subraya que a pesar de las promesas del Gobierno “cada empresa depende del músculo que tenga ahora mismo para saber si saldrá adelante o no podrá hacerlo”.

Castillo advierte que se están echando atrás Ertes por fuerza mayor de las empresas del sector

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado martes que la movilización de 200.000 millones de euros y aseguró que “no vamos a permitir que problemas de liquidez se conviertan en problemas de solvencia”. Además, aseguró que los Ertes provocados por la crisis del Covid-19 serán considerados de fuerza mayor.

En todo caso, los trabajadores afectados por estos Ertes podrán cobrar el paro aunque no cubran el requisito de cotización previa y el paro que se cobre en este periodo no se descontará del periodo devengado. Además, los asalariados podrán adaptar o reducir su jornada de trabajo hasta el 100% para conciliar situaciones derivadas de esta crisis.