
Sólo el 5% del parque de viviendas en España presentan una buena eficiencia energética. Su adecuación es fundamental para cumplir con los tratados de emergencia climática, aunque su puesta a punto genera ahorros y ganancias para inquilinos y propietarios.
El 82% de los inmuebles disponen de una pobre calificación energético como consecuencia de su antigüedad y escasa rehabilitación recibida. La industria inmobiliaria y de la construcción tiene el reto de transformar el parque inmobiliario para alcanzar la neutralidad climática.