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Alicante, Valencia y Benidorm ganan terreno en el mercado del suelo español

En el primer semestre de 2018, se ha incrementado la actividad inmobiliaria en el litoral valenciano, y se ha consolidado en Baleares y la Costa del Sol. Pese a ello, Madrid y Barcelona siguen aglutinando la mayoría de operaciones de las promotoras.

EjePrime

9 ago 2018 - 18:30

Alicante, Valencia y Benidorm entran con fuerza en el mercado del suelo español

 

 

El real estate español amplía su punto de mira. Entre enero y junio de este año, la actividad inmobiliaria y la demanda de suelo en el país han repuntado en Valencia, Alicante y Benidorm, ciudades que cada vez se acercan más a la dinámica de Madrid y Barcelona, capitales que llevan las riendas del sector en España.

 

El litoral mediterráneo se consolida como paraíso residencial. Según los últimos datos publicados por la Sociedad de Tasación, la costa valenciana ha registrado un claro incremento de actividad y operaciones, sobre todo en suelo o viviendas ya construidas, en el primer semestre de 2018. Los inversores extranjeros fueron los protagonistas de la mayor parte de compraventas realizadas en Valencia, Alicante y Benidorm.

 

Andalucía también tira del mercado inmobiliario en España. Las principales ubicaciones del litoral gaditano y Marbella se mantienen como las zonas preferidas por los inversores nacionales y extranjeros para iniciar grandes proyectos turísticos y hoteleros. Asimismo, según informaba a principios de año la consultora Savills-Aguirre Newman, la demanda de producto logístico de calidad y superficie superior a 5.000 metros cuadrados está experimentando un incremento considerable en Málaga y la Costa del Sol.

 

Las dos capitales más pobladas de la península siguen copando la mayor parte de las promociones que impulsan el residencial en España. Por un lado, en Barcelona predominan la sustitución y rehabilitación de edificios. Por el otro, Madrid lidera la actividad inmobiliaria en el país, dinamizando cada vez más su mercado de oficinas y de alquiler.  La escasez de suelo, sin embargo, provoca que en ambos casos los terrenos se promuevan a precios elevados.