Colau une fuerzas con el alcalde de Londres para criticar la especulación con la vivienda

Ada Colau encuentra en el exterior el apoyo del que carece en su propio país. Es la conclusión que se puede extraer de la carta conjunta que la alcaldesa de Barcelona ha firmado junto a su homólogo en Londres, Sadiq Khan, en la que ambos mandatarios critican la falta de apoyos que dicen tener en sus gobiernos centrales ante lo que denominan la especulación de la vivienda que viven ambas capitales.

En el artículo, publicado en el diario The Guardian, Colau y Khan exigen más recursos para el desarrollo de un mayor parque de vivienda social, plan que va intrínseco en la política social de la alcaldesa desde que tomara el cargo en verano de 2015. En busca de apoyos, la primer edil de Barcelona ha viajado este martes a Londres para reunirse con su homólogo de la capital británica y tratar la “emergencia” que dice viven sus ciudades por la latente crisis del mercado residencial de alquiler.

Colau asegura que Barcelona se enfrenta a una especulación agresiva en su mercado inmobiliario por parte de los fondos

Los dos alcaldes han atacado a los fondos de inversión internacionales, a los que han culpado de que “durante varios años, nuestras ciudades se han enfrentado a una especulación cada vez más global y agresiva en sus mercados inmobiliarios por parte de especuladores que ven la vivienda como un activo del que sacar beneficio, en vez de hogares para los ciudadanos”.

Asimismo, Colau y Khan se han mostrado preocupados por el riesgo de que los centros se queden huérfanos de vecinos por las subidas de los precios: “Las ciudades no son sólo una colección de edificios, calles y plazas; también son la suma de su gente”, señala.

Por todo ello, los dos alcaldes han pedido públicamente “poderes tanto para aumentar las reservas de viviendas de alquiler social y para fortalecer los derechos de los inquilinos”. Con planes en este sentido para sus dos ciudades, Colau y Khan dicen estar haciendo “todo lo posible, reprimiendo las malas prácticas” antes de dejar un último dardo envenenado a los presidentes de sus dos países: “Nuestros gobiernos nacionales parecen estar felices de abandonar las ciudades a su suerte”.