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Del ‘¿estudias o trabajas?’ al ‘¿en casa de quién vives?’ Cómo se emancipan los jóvenes españoles

Alquiler y vivienda de cesión gratuita baten al piso en propiedad como la forma más frecuente de tenencia de la residencia entre las familias más jóvenes.

C. De Angelis

16 may 2017 - 05:00

 

El piso en propiedad es cada vez menos popular entre las familias españolas. Las circunstancias económicas de los últimos años, por un lado, y un creciente cambio cultural, por el que se desdibujan los valores tradicionales de la propiedad, han hecho que vivir en una residencia en propiedad pierda su hegemonía en España. Hoy, sólo el 77% de las familias viven en una residencia propia, frente al 80% previo al estallido de la crisis, mientras que el alquiler ya es mayoritario entre los jóvenes.

 

Del clásico ¿estudias o trabajas?, muchos jóvenes podrían pasar ahora a preguntarse ¿en casa de quién vives?, a tenor de las estadísticas sobre hogares por régimen de tenencia de la vivienda elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Preguntas que marcan una tendencia de ámbito social y económico con un impacto incontestable en el mercado residencial en España.

 

En las familias cuya persona de referencia tiene menos de 30 años el alquiler se impuso en 2016 por primera vez con claridad como la fórmula más habitual para vivir emancipado de los progenitores. En particular, el 52,8% de las familias con una persona de referencia en esa franja de edad residían en 2016 en una vivienda en alquiler.

 

Sólo diez años atrás, en 2006, el alquiler sólo era escogido por el 28,2% de las familias más jóvenes, mientras que el 56% residía entonces en una vivienda en propiedad. Las ayudas públicas al alquiler han contribuido sólo en parte al crecimiento de esta fórmula: si en 2006 el 2,7% vivía en una vivienda de alquiler con una renta inferior a la de mercado, en 2016 esta proporción aumentó al 5%. Por tanto, el 47,8% restante de las familias jóvenes en 2016 pagaban alquileres a precio de mercado.

 

Por imposibilidad o por decisión propia, vivir en una vivienda en propiedad tampoco está tan de moda en la siguiente franja de edad, es decir, en hogares cuyo cabeza de familia cuenta entre 30 y 44 años. En este caso, el 64,4% vive en una vivienda en alquiler, aunque esta proporción ha ido bajando con fuerza en los últimos años, desde ratios del 73% y 74% que se daban antes del inicio de la crisis.

 

 

El alquiler también se ha situado como la opción con más nuevos adeptos en esta franja de edad. En particular, el 26,2% de las familias cuya persona de referencia tiene de 30 a 44 años viven actualmente en una vivienda en alquiler, frente al 19,8% de 2016.

 

Precisamente ante este cambio en el pastel de la vivienda el Gobierno ha impulsado en marcha un programa de ayudas (que planea sea efectivo a partir de 2018), que prevé entre otras medidas  hasta 10.800 euros para la compra de una vivienda por parte de los menores de 35 años.

 

Los mayores siguen en propiedad

La tesis cultural, es decir, que un cambio de valores y percepciones sobre la propiedad esté detrás de estos cambios en las estadísticas sobre la vivienda de los más jóvenes, se refuerza al observar la evolución de los regímenes de tenencia de las generaciones anteriores.

 

Por un lado, mientras entre los más jóvenes la vivienda en propiedad pierde protagonismo o se convierte incluso en la opción secundaria, en las familias en las que la persona de referencia tiene de 45 a 64 años la tasa de viviendas en propiedad apenas ha bajado. Si en 2006 el 83,2% de estas familias vivían en una casa propia, esta proporción se situó en 2016 en el 80,9%.

 

Es más, la vivienda en propiedad es hoy aún más recurrente en las familias más adultas: cuando la persona de referencia tiene 65 años o más la vivienda en propiedad llega al 90,1% de las familias, frente al 86,8% de diez años atrás. En cambio, el alquiler en las familias de más edad es residual, llegando al 13,9% de las familias entre las de 45 a 64 años y al 5,8% en aquellas cuya persona de referencia supera los 64 años.

 

‘De gratis’

Al auge del alquiler, un modelo residencial por el que apuestan en España fondos como Blackstone, no es, sin embargo, la figura que más ha crecido en términos relativos. La compra de la vivienda y los pisos de alquiler (a precio completo o con facilidades) compiten con una alternativa mucho más atractiva para jóvenes y mayores: vivir de gratis.

 

Particularmente entre las familias más jóvenes, vivir en una residencia de cesión gratuita es cada vez menos anecdótico y tiene, en realidad, peso estadístico. Este fue en 2016 el régimen de vivienda del 18,7% de las familias españolas con personas de referencia de menos de 30 años, frente a una tasa del 9,7% que representaba en 2007.

 

 

 

 

Vivir en un espacio cedido, sin pagar hipotecas ni alquiler, también gana popularidad entre las familias de 30 a 44 años (hasta el 9,5% de las mismas), pero cae en los hogares con franjas de edad más altas

 

 

La vivienda  preocupa menos

La vivienda ya no ocupa hoy los primeros lugares entre las preocupaciones de los españoles. Según la última edición del barómetro de opinión del Centro de Investigaciones Sociológica (CIS), la vivienda sólo es identificada como su primera preocupación por el 0,2% de los españoles, que señalan mayoritariamente a problemas como el paro, las drogas, la inseguridad ciudadana o el terrorismo.

 

Tampoco es el que afecta de una forma más directa a los encuestados: sólo el 0,4% asegura que, personalmente, es el problema que más les afecta.