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El residencial chino se enfría y sólo se mantiene en las grandes urbes de Pekín y Shanghái

De las 70 mayores ciudades del país, en diecisiete ha aumentado el precio de la obra nueva, aunque en el caso de la segunda mano lo ha hecho en sólo seis. En Pekín y Shanghái los precios se mantienen.

EjePrime

17 ene 2023 - 14:35

Inmobiliario China 2022

 

El inmobiliario chino se enfría, excepto en las grandes ciudades. En 53 de las 70 mayores urbes chinas el precio de la vivienda ha caído en el caso de la obra nueva, mientras que en las diecisiete restantes ha subido, según los datos del cierre del ejercicio de 2022 dado a conocer por la Oficina Estadística de China.

 

En el caso del producto de segunda mano, la caída de los precios es aún superior. Así, 64 de las mayores 70 urbes registraron el año pasado una caída de los precios por sólo seis que experimentaron un alza.

 

Las dos grandes ciudades de Pekín y Shangai presentan en ambos casos un aumento de los precios residenciales. En la capital del país, los precios de la obra nueva han subido un 5,8% en el último año, mientras que en el caso de las viviendas de segunda mano el alza ha sido del 3,9%.

 

Por su parte, en Shanghái, considerada la capital económica del país, los precios de las residencias de obra nueva se han encarecido un 4,1% en los últimos doce meses, mientras que la vivienda de segunda mano ha aumentado un 2,6%.

 

 

Aunque son incrementos del precio modestos, se sitúan todos por encima de la inflación. En el gigante asiático los precios aumentaron un 1,8% interanual en diciembre, según los datos reportados por el país.

 

Más allá de Pekín y Shanghái, los precios residenciales de obra nueva disminuyeron en otras grandes urbes del país. Tomando como base el índice 100 de principios del año, el precio de la vivienda nueva se mantuvo en Chongqing, pero descendió en Tianjin (96) y Shenzhen (96,3). En el caso de la segunda mano, el descenso fue más general, con caídas en Chongqing (97,9), Tianjin (93,6) y Shenzhen (99,8).

 

El residencial chino lleva años corrigiendo una burbuja que amenaza con expandirse a otras actividades y sumir al país en una crisis económica. Por esta razón, el gobierno chino ha impulsado medidas destinadas a controlar el alcance de la crisis y evitar un declive del sector.