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F. Vázquez (b720): “Madrid ha sido esclava de los avances tecnológicos y técnicos y los ha abrazado de manera acrítica”

El arquitecto encargado de la remodelación de Azca señala las ciudades van hacia una especialización de las zonas y coloca París como un referente.

M. T. L.

15 jul 2021 - 04:58

Fermín Vázquez (b720): “Madrid ha sido esclava de los avances tecnológicos y técnicos y los ha abrazado de manera acrítica”

“¿Porque hemos llegado a vivir en entornos donde la presencia de lo natural ha desaparecido tanto?” Esto se pregunta Fermín Vázquez, fundador del estudio de arquitectura b720 Fermín Vázquez, que junto al estudio neoyorkino Diller Scofidio + Renfro han diseñado el nuevo entorno de Azca. Aunque el arquitecto tiene respuesta “por pragmatismo y de modelo económico”. Vázquez apunta que las ciudades dejan atrás cincuenta años de crecimiento intenso y deben rediseñarse hacia modelos desespecializados, blandos y con espacios verdes.

 

Pregunta: ¿La ola de renovación urbana tras el Covid-19 ha llegado a Madrid?

Respuesta: Sí, sin duda. Quizá Madrid tiene un punto un poco conservador y se atreve menos que otras, pero sin duda se ha unido a la ola de renovación. Estamos viendo esta tendencia en todo el mundo y es algo que no tiene vuelta atrás. La pandemia ha puesto en evidencia los riesgos que existen en nuestras ciudades y nos urge realizar reformas.

P.: ¿Se ha mostrado resiliente Madrid frente al Covid-19?

R.: Creo que tiene que ver con el carácter de los madrileños y un componente azaroso que ha demostrado un sentido común general, no estoy muy seguro de que los madrileños tengan más o menos capacidad de aguante. En general, vamos en la dirección de poder resolver más fácilmente y con menos recursos los problemas más importantes. En el mundo del urbanismo y la arquitectura, creo que estamos mejorando en la misma dirección. A raíz del Covid-19, estamos generando mejores soluciones en problemas que ya sabíamos que existían. La reducción de la contaminación, la mejora del espacio urbano o el aumento de la vegetación eran cosas que sonaban como hippies o buenistas y que nos hemos dado cuenta de que es necesario y relativamente fácil y barato.

 

P.: ¿El proyecto de renovación de Azca encaja con el modelo de ciudad de los 15 minutos?

R.: Es coherente con ese futuro. El nuevo espacio Azca tiene que ver con eso y es perfectamente compatible el modelo de tenerlo todo a quince minutos, que permite poner a la disposición de los ciudadanos las ventajas de vivir juntos. La propuesta de Renazca pasa por generar espacios de convivencia ciudadana y más participativa, así que encaja bastante bien.

 

 

 

 

P.: ¿Qué va a cambiar en los barrios de oficinas tras el Covid-19?

R.: Van a cambiar de la misma manera que todo lo demás, vamos a esperar que el sitio donde trabajamos sea más blando, más natural y flexible, pero sigo pensando que seguiremos queriendo trabajar juntos, por lo que las oficinas van a seguir existiendo. Es posible que se reduzca la demanda de espacio y volvamos a tener una ciudad un poco menos especializada, con espacios de trabajo y vivienda conjuntamente. Algunos espacios residenciales ya incluyen espacios de trabajo comunes y algunos activos terciarios muy especializados también empiezan a ceder espacios al residencial.

 

P.: ¿Vamos hacia grandes espacios verdes en las ciudades?

R.: Sin duda. Es curioso, porque es algo que en el fondo todo sabemos, forma parte de nuestro código genético. Los lugares verdes y abiertos y temperaturas moderadas nos resultan agradables. Entonces, si nos gustan estas cosas, ¿porque hemos llegado a vivir en entornos donde la presencia de lo natural ha desaparecido tanto? Pues por cosas pragmáticas y de modelo económico. No nos dábamos cuenta de lo que estábamos perdiendo y lo hemos visto durante la pandemia, cuando hemos recuperado el valor de la ciudad silenciosa. No es algo tan difícil de recuperar, y la tecnología nos ayudará. Podemos hacer una ciudad más blanda de forma más fácil. El futuro de las ciudades pasa por espacios mucho más vegetados y biodiversos. Todos sabemos que nos va a gustar más.

 

P.: ¿A Madrid le faltan espacios peatonales y pacificados?

R.: Madrid debe replantearse la reforma del espacio compartido y la movilidad. A pesar de que suele haber resistencias naturales, no conozco el caso de una ciudad que se haya arrepentido de peatonalizar una zona. Madrid deberá abordar, como muchas ciudades europeas, la pacificación de vías. Madrid es particularmente densa y eso creo que facilita la transformación, tiene bastantes espacios verdes, pero ha sido esclava de los avances tecnológicos y técnicos y los ha abrazado de manera acrítica. En los últimos cincuenta años, todas las ciudades del mundo han tenido que aprender a gestionar un crecimiento exponencial de la población, y eso lo hemos podido hacer, no era fácil. No obstante, se nos ha ido un poco de las manos, era un poco inevitable, pero hemos aprendido y tenemos la información y los medios para hacerlo mejor. Creo que podemos ir al más con menos, ahora es una realidad física y podemos construir mucho más con mucho menos y hay que ir más allá de sólo recuperar lo estropeado, tenemos que ir hacia un nuevo modelo.

 

P.: El online está cambiando el uso que le damos a los espacios y lo estamos viendo con el retail o el teletrabajo en las oficinas ¿cómo va a modificar las oficinas?

R.: Las mejores ciudades son las que son activas en todos los niveles. Los locales se han empezado a vaciar porque ya no consumimos de la misma manera, pero habrá que readaptarse. Las ciudades tienen que ofrecer espacios activos que sean agradables y seguros, los puntos ciegos, cerrados e inertes no son nada agradables.

 

 

 

P.: ¿Madrid tiene que dirigirse hacia la construcción de barrios mixtos?

R.: Uno de los problemas que hemos heredado de la modernidad ha sido esta idea funcionalista de la ciudad especializada que se divide en áreas según su función. Nos hemos dado cuenta de que no es verdad que así sea más funcional, el desafío tiene que ser construir lo contrario. Hay que intentar que todos los problemas que genera la ciudad estén integrados como algunas industrias o la gestión de residuos. Si los tenemos más cerca nos haremos más conscientes de ellos. No tiene sentido que nos tengamos que desplazar mucho para ir a comprar o a un museo o que se haya creado ciudades dormitorio. La idea de que hayamos convivido con eso es terrorífica.

 

P.: Otro de los grandes puntos que se están desarrollando en Madrid es Madrid Nuevo Norte. ¿Encaja el desarrollo de la zona con ese nuevo modelo de ciudad?

R.: Muchas de las reformas se están haciendo bajo este modelo, con el objetivo de crear una conexión verde hacia al norte. Al final es más que la reforma de un espacio, es la construcción de un trozo de ciudad. El proyecto corre el riesgo de cometer una concentración de espacios terciarios, pero es algo que puede cambiar más adelante.

 

P.: ¿Cuál es el modelo de ciudad ideal?

R.: Hay muchos ejemplos de ciudades pequeñas que lo están haciendo bien, como Oviedo. Pero los verdaderos grandes desafíos pasan por resolver la ciudad y esa batalla se librará en las grandes ciudades. Uno de los que mejor lo están haciendo es París. La ciudad tiene una de las formas urbanas mejor diseñadas y tiene una gran voluntad y determinación para resolver los problemas urbanos con valentía. Creo que es un ejemplo a seguir y estoy bastante convencido que va a tener éxito. En conclusión, las grandes ciudades son capaces de revertir todos los problemas.