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Geopolítica, costes y recuperación: los retos ‘macro’ del nuevo curso

Arranca un curso marcado, de nuevo, por la incertidumbre y la duda de cuántas de las tendencias de los últimos meses se consolidarán. Este es el escenario de los próximos meses.

I. P. G. / B. B.

1 sep 2021 - 04:58

Geopolítica, costes y recuperación: los retos ‘macro’ del nuevo curso

 

El curso de la recuperación ya está aquí. Con la mayor parte de la población ya vacunada contra el Covid-19, empieza ahora una nueva etapa en la pandemia en que la normalidad ha de volver poco a poco a todos los ámbitos de la vida social, económica o cultural.

 

No obstante, la recuperación o vuelta a la normalidad será más o menos rápida de acuerdo a distintas variables, como la marcha de la economía, factores geopolíticos o el impacto de las nuevas oleadas del Covid-19. 

 

El real estate afronta el inicio del curso desde la posición de fortaleza en que cerró el pasado. Con una financiación históricamente barata y una fuerte demanda de activos para la inversión, los activos inmobiliarios presentan aún yields atractivas para el ahorro.

 

1. Objetivo: la recuperación

La gran incógnita del próximo curso es cómo evolucionará la recuperación económica post-Covid y, particularmente, el consumo privado, después de un primer semestre en que los datos estaban todavía adulterados por la baja base comparable y la denominada demanda cautiva. Pasado ese efecto (y sin un referente comparable en la historia), el futuro del consumo privado es incierto y cuenta con vientos en contra como una potencial inflación, la expansión de nuevas variantes del virus que motiven nuevas restricciones y, sobre todo, el impacto de la pandemia en el empleo y el poder adquisitivo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) precisa en su último informe que el motor del consumo está siendo hasta ahora la acumulación de ahorro durante la pandemia. En este sentido, apunta a una “acumulación de ahorros en lugares con tasas de ahorro familiar prepandémicas relativamente más bajas, lo que afectará al gasto impulsivo inmediato”.

 

2. China, nuevo ciclo todavía sin ‘cero Covid’

China encara el nuevo curso tras contener el brote de Covid-19 más extenso geográficamente desde el estallido de la pandemia en Wuhan. El país, donde la vacunación avanza a buen ritmo, teme el rápido avance de la variante Delta y, como en la primera ola, vuelve a imponer fuertes restricciones, incluyendo el cierre de los puertos de mercancías más importantes del mundo. El gigante asiático tiene que compaginar este desafío con la amenaza de una desaceleración de su crecimiento económico y con el inicio de un nuevo plan quinquenal que pasa por reforzar el control de la economía, especialmente en las áreas relacionadas con la tecnología. Por último, su relación con Estados Unidos y los equilibrios geopolíticos dentro y fuera de Asia Pacífico son otros de los frentes abiertos para el país.

 

 

3. Presión de costes en la cadena de valor

Otro factor que está condicionando la recuperación económica tras el golpe del Covid-19 son las amenazas de inflación. La primera mitad del año ha estado marcada por fuerzas inflacionistas a lo largo de toda la cadena de valor, con precios de materias primas, transporte y energía en máximos históricos. Buena parte de esas subidas se deben a disrupciones que todavía se arrastran por las restricciones del Covid-19, pero los analistas alertan ya del peligro de que los precios se desconecten de los fundamentales económicos.

 

4. Más inestabilidad en Oriente Próximo

El lunes por la noche, justo cuando expiraba el plazo fijado por Joe Biden, Estados Unidos culminó la retirada de sus tropas de Afganistán tras veinte años en el país y dejándolo en manos de los talibanes. La salida suma todavía más inestabilidad a la región de Oriente Próximo, en la que Irak está reivindicando ahora un rol de mediador. En este sentido, el pasado fin de semana se celebró en Bagdag la Conferencia de Cooperación y Asociación regional, en la que el ministro de Exteriores iraní y su homólogo saudí, enemigos declarados, se sentaron a la misma mesa. El encuentro fue alabado por la Unión Europea.

 

 

5. Oleada electoral

El curso arranca también con una nueva oleada electoral. Noruega, Rusia, Canadá y, a final de mes, Alemania, acudirán a las urnas. De ellos, quizás los más relevantes tanto políticamente como para la economía española son los comicios germanos, que marcan el inicio de la era post-Merkel tras dieciséis años de dominio conservador liderado por la canciller. Los sondeos apuntan a una batalla reñida que complicará la formación de Gobierno en la mayor economía europea. 

 

6. Financiación más barata que nunca

 Con un precio del dinero al 0% y compras masivas de deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE) para mantener los tipos de interés ultrabajos y facilitar así la recuperación económica, nunca ha habido financiación más barata para la inversión, ya sea en inmobiliario o en otros sectores de la economía. En todo caso, el Euribor cerrará el mes de agosto muy cerca del -0,5% y, según el Índice Nacional de Estadística, el tipo de interés medio al que se cerraron las hipotecas fijas en agosto fue del 2,8%, mientras que los préstamos variables tenían un coste del 2,05%. 

 

7. Falta de alternativa para el ahorro y la inversión

El ahorro conservador tiene pocas opciones para colocar su dinero y, además, comienza a sentir la presión de una inflación que empieza a elevarse. Con unos depósitos bancarios que apenas pagan intereses y una renta fija que no sólo no remunera, sino que resta por estar en tipos negativos, la inversión en real estate es una alternativa muy presenta entre los ahorradores. Y, dentro del real estate, el sector refugio por antonomasia ha sido tradicionalmente la vivienda, que sigue contrayendo sus yields. Estos se situaban de media al cierre del primer trimestre en el 4,8% en Madrid y en el 4,5% en Barcelona.

 

 

8. La llegada de los fondos europeos Next Generation para la recuperación europea.

A las condiciones económicas que favorecen el inmobiliario se le debe sumar el maná que supondrán la llegada de los fondos europeos. Los planes del gobierno español son destinar en los próximos tres años 6.280 millones de euros a la rehabilitación de viviendas y regeneración urbana. Todo un espaldarazo para el residencial, que absorberá el 70% de la inversión.

 

9. Ley de la Vivienda, atascada

Entre los pocos nubarrones que amenazan el sector se encuentra el proyecto de Ley de la Vivienda porque, ante la falta de entendimiento entre el Psoe y Podemos, genera una fuerte incertidumbre entre las grandes promotoras e inmobiliarias del país. La Ley de la Vivienda debería haberse aprobado el curso pasado y actualmente sigue atascada. Los dos socios de gobierno siguen sin ponerse de acuerdo en cómo regular las rentas de alquiler en las zonas con los precios de la vivienda tensionados.