Mercado

La reconversión sostenible del ‘real estate’ europeo costará 300.000 millones al año

El horizonte de cero emisiones en 2050 plantea dudas a los inversores, ya que aún no se ha establecido el cuerpo normativo de ESG que deben seguir los nuevos activos para poder cumplir los parámetros de sostenibilidad requeridos des de la UE.   

Abel Pujol

3 nov 2021 - 04:56

La reconversión sostenible del ‘real estate’ europeo costará 300.000 millones al año

 

 

Europa necesitará 700.000 millones de euros para teñir de verde su parque inmobiliario en 2050. En concreto, 300.000 millones de euros al año, según ha calculado Colliers en el informe ESG: At a tipping point donde se expresa que el objetivo de cero emisiones para 2050 establecido por la UE está creando gran incertidumbre en el mercado de inversión inmobiliaria.

 

De hecho, el informe insiste en la necesidad que los responsables políticos acuerden objetivos pragmáticos que permitan impulsar la creación de un marco normativo claro en materia de ESG (environmental, social and corporate governance) para los activos que ya están en cartera y los de futuro desarrollo.

 

“La inversión necesaria equivale a destinar durante esos 25 años el mismo volumen anual de inversión que el que registra toda Europa en el sector inmobiliario: unos tres cientos mil millones de euros al año” señala Alberto Díaz, Managing director de Capital Markets en Colliers, que también pone el foco en quién se hará cargo de proveer estos fondos. “Queda por ver quién asume estos enormes costes de renovación: inversores, propietarios, gobiernos o la sociedad en su conjunto".  

 

 

En este sentido, el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) de la UE promulgado este año, arroja algo de luz sobre su impacto directo en la inversión para la renovación de activos inmobiliarios, pero según Colliers, serán las regulaciones emergentes, como la Csrd de la UE, propuesta de Directiva Europea sobre divulgación de información empresarial sobre sostenibilidad, las que consigan proporcionar una mayor claridad sobre los nuevos desafíos. Así, se espera que la directiva entre en vigor en 2023 y que afecte en mayor o menor medida a casi todas las empresas del sector inmobiliario.

 

"Educar a los equipos directivos sobre las nuevas responsabilidades derivadas de las regulaciones en materia de ESG será una parte vital de la transformación sostenible", comenta Mikel Echavarren, director ejecutivo de Colliers. “Primará, cada vez más, la experiencia en ESG y ya lo estamos viendo en las políticas de captación y gestión del talento de los líderes de la industria, que han empezado a nombrar responsables y contratar especialistas para gestionar y aumentar sus capacidades en esta área” añade Echavarren.

 

Colliers indica que, en los próximos dos años, se van a producir ajustes a medida que se formalicen las métricas y los marcos de producción de informes ESG, lo que podría implicar una posible desaceleración en la actividad de las transacciones cuando los inversores comiencen a exigir el cumplimiento total de criterios ESG en producto no renovado.

 

Ofensiva europea contra el cambio climático


La Unión Europea fijó 2050 como el año en el que debía alcanzar la neutralidad climática, un hito imposible sin tener en cuenta el parque inmobiliario, responsable del 36% de los gases de efecto invernadero que emite el continente. Por ello, dentro del Green Deal, la Comisión Europea presentó una directiva sobre la Eficiencia Energética de los Edificios que obliga a los estados a contar con una estrategia de renovación a largo plazo.

 

Además de los nuevos movimientos en el comercio de combustibles, la Unión Europea ha organizado diversas iniciativas para para llegar a un parque inmobiliario sostenible con dos grandes pilares: la Nueva Bauhaus Europea y los estándares Level(s).

 

La Nueva Bauhaus Europea, proyecto puesto en marcha desde la Comisión a finales del pasado año, busca englobar la estrategia urbana, arquitectónica y de diseño de la UE, mientras que Level(s) son una serie de estándares realizados para identificar edificios sostenibles, un proyecto implantado también por el organismo presidido por Ursula Von der Leyen el pasado año.