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Laura Danzing (C&W): “Los inmuebles deben crear un vínculo social con su comunidad”

La directora del departamento de sostenibilidad y bienestar de la consultora aconseja a los propietarios de los inmuebles impulsar su huella social para aumentar el valor del activo.

B. Badrinas

17 feb 2022 - 04:58

Entrevista Laura Danzing

 

Laura Danzing, directora del departamento de sostenibilidad y bienestar de Cushman&Wakefield (C&W) España, cree que los propietarios de inmuebles en España deben ir un paso más allá. Después de incorporar los certificados de sostenibilidad y medioambientales, considera que ahora el siguiente paso pasa por reducir el impacto social sobre el territorio que ocupan y crear vínculos con la comunidad.

 

Pregunta: ¿Por qué es importante para el sector adoptar los criterios ESG?

Respuesta: Es importante por una gestión de riesgos. Las inversiones actuales que no tengan en cuenta los criterios ESG estarán obsoletas en cinco años por aspectos legislativos, la presión de los stakeholders o los propios inquilinos. De hechos, muchos inquilinos son empresas públicas o cotizadas que tienen que cumplir esos criterios, además de mantener una imagen.

 

P.: De los distintos criterios ESG, ¿cuál es más importante en estos momentos?

R.: Actualmente, por regulaciones a corto plazo, diría que el medioambiental porque en los próximos dos años se regularán las emisiones de carbono. A medio plazo, y en el caso del inmobiliario, hablaría ya de resilencia climática, que es la habilidad de un edificio de mantenerse resilente ante cambios climáticos bruscos. Esto no quiere decir que los inversores deban olvidar los aspectos sociales y el apoyo a la comunidad local, es decir, asumir una serie de responsabilidades sociales sobre el área donde está el activo.

 

 

P.: ¿Van muy retasada las inmobiliarias españolas en la adopción de criterios ESG?

R.: Los inversores en España están muy abiertos a certificados de sostenibilidad y medioambientales, y esto está bien porque con la reducción de las emisiones de CO2 mejoran el edificio. No obstante, también deberían centrarse en reducir el impacto social porque en este campo van retrasados y, en este sentido, los activos inmobiliarios deben también estar alineados con las necesidades del barrio y la ciudad donde están. Por ejemplo, en la planta baja de un edificio de oficinas se puede colocar un coworking para estudiantes, una incubadora con el apoyo del ayuntamiento o, simplemente, un restaurante que utiliza productos de proximidad. La idea que subyace en esta estrategia es que el activo que se encuentra sobre un territorio debe crear un vínculo con su comunidad y no primar el beneficio por encima de todo. 

 

P: ¿Qué importancia le dan los inversores a los criterios ESG?

R.: En estos momentos, toda. Actualmente, no se puede hacer una inversión sin tener en cuenta los criterios ESG. Los criterios medioambientales ya están muy aceptados por parte de los inversores, pero cuando entiendan que también deben cuidar el impacto social, el valor del activo subirá. Las certificaciones mejoran el valor del edificio, pero falta el impacto social y las emisiones cero, que te otorgan una mayor liquidez.

 

 

P.: Y el inquilino, ¿qué importancia le da a los criterios ESG?

R.: Yo diría que, actualmente, los inquilinos están preguntando a los propietarios qué están haciendo en materia de ESG. No todos, evidentemente, pero cada vez en mayor número. Y, entonces, el propietario se da cuenta que debe mejorar el activo con criterios ESG: menos emisiones, cuidar el impacto social, mejorar la gobernanza, etc. En este sentido, se debe buscar un equilibrio entre las demandas del inquilino y las mejoras del propietario para, poco a poco, ir avanzando en un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente.

 

P.: ¿Cuáles son las últimas novedades en acciones de ESG?

R.: Se está avanzando continuamente. Por ejemplo, acciones que yo he visto recientemente y que me han gustado son edificios que están dentro del espacio de transporte para hacer una ciudad más sostenible. Es decir, inmuebles que ofrecen estacionamientos para bicis compartidas o que permiten el paso de los carriles bici por su terreno. También está muy de moda las fachadas o techos verdes, que absorben carbono, aíslan el edificio e, incluso, reducen el consumo de agua.