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Business Women Empowerment

Paula Almansa (Loom): “La diversidad no es sólo una palabra bonita”

La consejera delegada de Loom apuesta por una política empresarial más flexible basada en los resultados para romper el techo de cristal.

M. Tamayo

8 mar 2021 - 04:52

Paula Almansa (Loom): “La diversidad no es sólo una palabra bonita”

 

 

Más flexibilidad para abrazar la diversidad. Paula Almansa, consejera delegada de la empresa de coworking Loom, propiedad de Merlin, aboga por un cambio en el modelo de trabajo para poder incluir más talento femenino y diverso en los equipos directivos de las empresas inmobiliarias, reacias al cambio tras años de tradición. La directiva también señala la importancia de las pioneras para abrir camino y crear referentes. “Cuando no vemos mujeres directivas pensamos que eso no se puede producir y se convierte en la profecía que se autocumplida”, sostiene la directiva.

 

Pregunta: Hay pocas mujeres en puestos de poder en el ámbito empresarial. ¿Por qué cree que ocurre?

Respuesta: Es algo que me pregunto mucho. En mi universidad éramos un 65% mujeres y las mejores notas eran de mujeres. Tres años después de terminar la universidad fui a Estados Unidos a hacer un máster, ahí el porcentaje de mujeres era del 20%, entonces me pregunté ¿Qué ha pasado para qué el talento se haya quedado atascado? Luego, en el mundo laboral, también lo he comprobado. En los niveles más juniors hay un 20% o 25% de mujeres, en los cargos seniors esa ratio baja al 5% o al cero. Puede ser por un proceso autoselectivo. Las mujeres no ven atractivo el proceso de incentivos que existen y sobre todo por la inercia, cuando buscas a alguien para un puesto directivo piensas en el modelo que ya conoces. Siempre que se acerca el 8M se habla de mujeres, pero pocas veces se habla en positivo y de las mujeres que sí lo están haciendo. Algo fundamental para niñas y niños es que vean que lo que quieres hacer es posible. Cuando no vemos a muchas mujeres directivas pensamos que eso no se puede producir y se convierte en la profecía que se autocumplida.  

 

P.: Además de haber pocas mujeres en puestos como el suyo, ¿se visualiza poco a estas mujeres? ¿A qué se debe?

R.: Si no estás en un puesto de dirección no tienes tanta relevancia mediática y siempre le van a preguntar a otro. Entre las que hay, no tienen tantísimo interés por ser mediáticas y salir en los medios. También depende de la industria, en las que son más nuevas hay mucha más presencia de mujeres. A nadie le llama la atención que en Google o Facebook encontremos mujeres liderando, o en fintech. En las industrias tradicionales hay menos presencia de mujeres.

 

P.: ¿Crees que en el sector inmobiliario está todavía más pronunciado?

R.: Cuando industria es tan tradicional y antigua hay patrones y familias que llevan mucho tiempo en ello. Históricamente había un peso muy alto de hombres directivos en el sector inmobiliario y muy poco de mujeres. Es más fácil que haya presencia femenina cuando una industria es nueva, que romper el status quo. El mercado inmobiliario tiene mucho de tradicional, aunque obviamente hay otras partes que lo están cambiando, como el coworking, donde es más fácil encontrar el equilibrio.

 

 

P.: ¿Esta el inmobiliario rezagado respecto a otras industrias en diversidad?

R.: El sector inmobiliario tienen muchos factores obsoletos y necesita un poco de frescura. Incluir talento femenino puede traer cambios y una mejor adaptación a los buenos tiempos. Ahora es un buen momento y una gran oportunidad para empezar a abrirse al talento femenino. Contar con más mujeres aportando enriquece a las empresas y socialmente.

 

P.: El movimiento feminista ha sido protagonista en los últimos años en el ámbito político y social. En el ámbito empresarial, ¿aprecia una mejora del acceso y la visualización de mujeres en puestos directivos?

R.: En el mundo empresarial existe una revolución más silenciosa que en otros ámbitos. Medidas muy controvertidas como las cuotas han servido para que muchos se den cuenta que las mujeres tenían mucho que aportar. Me parece un síntoma de inmadurez empresarial y social que sea necesario imponer este tipo de políticas, esa parte no me gusta. Por otro lado, existen sectores que no estaban en ese punto y lo han tenido que aceptar dando entrada a talento femenino. Tenemos que agradecer a las pioneras que han demostrado que se puede realizar ese paso. Igual ha pasado con el trabajo flexible antes de la pandemia, muchos creían que era imposible y lo han tenido que aceptar a la fuerza y al final ha sido positivo. Las revoluciones a lo bestia no son tan positivas, pero los cambios sí.

 

 

 

 

 

P.: ¿Cómo ha afectado el Covid-19 a esta tendencia? ¿Hay un riesgo de que el aumento del poder femenino en el ámbito empresarial pierda empuje?

R.: El Covid-19 ha fomentado el teletrabajo y la flexibilidad, pero habrá muchas mujeres que eso les ha supuesto llevar una sobrecarga laboral y familiar. Aunque se está demostrando que medir en resultados en lugar de en horas tiene sentido y eso beneficia a las mujeres. Como caso práctico, en el equipo de Loom somos más mujeres que hombres y puede que sea que mi manera de liderar, basada en resultados y que cada uno se responsabilice de aquello con lo que se ha comprometido.  

 

P.: ¿La desigualdad tiene consecuencias económicas en la empresa?

R.: Es una pérdida de talento, con las consecuencias que ello conlleva. La diversidad no es sólo una palabra bonita. Al no contar con este talento, estas pagando el coste de oportunidad y eso repercute en el balance de la empresa.

 

P.: ¿Qué medidas tienen que tomar las empresas para cambiar esta situación?

R.: Abogo por cambiar muchos términos que creo que están obsoletos como el de empleado, que habría que substituir por equipo. Entiendo que puede ser más complicado una gestión de recursos humanos basada en jornadas partidas y freelance, pero una sociedad más madura se basa en resultados, no en las horas que echas.

 

P.: ¿Y los gobiernos?

R.: Algo positivo sería que nos dieran más flexibilidad. Ser autónomo da mucho vértigo y lleva a una sensación de fragilidad enorme. Hay mucha gente que se lanzaría a realizar proyectos si se sintieras cómodos, haciéndolo más flexible provocas que más gente pueda acceder a ello.