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¿Qué quieren los inversores? Seguridad, flexibilidad y activos alternativos, claves de 2019

Los compradores de ladrillo se preparan para afrontar un nuevo año en el que primarán las decisiones de inversión a largo plazo y la adquisición de activos singulares.  

B. Seijo

26 nov 2018 - 04:55

¿Qué quieren los inversores? Seguridad, flexibilidad y activos alternativos, claves de 2019

 

 

La crisis económica marcó un antes y un después en el real estate. Los inversores y promotores inmobiliarios europeos toman ahora sus decisiones en base a unos criterios compartidos. Así se desprende del informe Emerging Trends in Real Estate 2019, publicado anualmente por ULI y Pwc. Según el estudio, la seguridad, la flexibilidad y calidad de los inmuebles, la rentabilidad a largo plazo y la apuesta por los activos alternativos marcarán el rumbo de las inversiones en el sector inmobiliario europeo en el próximo año.

 

Los rendimientos altos a corto plazo ya no están entre las grandes prioridades de los inversores en real estate. Por el contrario, la principal demanda de estos players es la estabilidad, tanto política como económica, en el continente. En este sentido, según se apunta el informe, “un Brexit sin acuerdo conduciría al capital europeo a desviar sus inversiones fuera de Reino Unido y hacia otros países vecinos”. Asimismo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China también está en la lista de preocupaciones de los inversores que apuestan por el sector logístico.

 

Al margen de la seguridad, los empresarios también se enfrentan al reto de “invertir su capital de la forma más efectiva posible y así generar flujos de caja sostenibles y estables”. Por este motivo, las inversiones en real estate ya no sólo se llevan a cabo en los segmentos más tradicionales, sino que la apuesta por los activos alternativos, especialmente los vinculados al mercado residencial, es una tendencia al alza.


 

 

 

En 2015, sólo el 28% de los encuestados por Pwc se había planteado la opción de invertir en activos alternativos. Tres años más tarde, en 2018, casi el 60% de las compañías europeas entrevistadas por la consultora ya destinan parte de su capital a este mercado, y cerca del 70% de las firmas se ha marcado como objetivo ampliar su cartera de alternativos cuanto antes posible.

 

Hoteles, residencias de estudiantes y oficinas flexibles son la nueva milla de oro del real estate europeo. “Notamos una gran demanda por estos activos debido a las altas rentabilidades que ofrecen si los comparamos con los sectores más maduros”, se explica en el estudio, donde también se añade que el gran secreto de estos inmuebles es el componente de hospitality y servicios que suman al ladrillo.


El apetito inversor por el inmobiliario cada vez va a más entre grandes fondos y particulares en busca de un activo singular con posibilidades a largo plazo. La decisión de compra, asimismo, viene determinada por la calidad y flexibilidad del inmueble y las posibilidades de adaptarlo y actualizarlo con el paso del tiempo. “Nuestra obligación es protegernos de lo que ocurrirá en el sector en los próximos diez años: envejecimiento de la población, sofisticación de la demanda, auge de las nuevas tecnologías, etc.”, afirma uno de los entrevistados por la consultora.

 

A pesar de que la Reserva Federal ya haya decidido subir los tipos de interés hasta el 2,25% y que el Banco Central Europeo contempla hacer lo mismo el otoño de 2019, los players del real estate no temen aún este indicador. De hecho, los inversores, según se apunta en el estudio, están seguros de que el sector podrá absorber este encarecimiento del dinero sin perjudicar demasiado al valor de los activos.