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S. Lavadinho: “Hay que mejorar la dinámica del espacio público para tener más calidad de vida”

La antropóloga urbana y geógrafa Sonia Lavadinho plantea las claves de la transición urbana hacia un nuevo paradigma relacional, que vele por el bienestar y la sostenibilidad, y dejar atrás el modelo de ciudad funcional.  

S. Lavadinho: “Hay que mejorar la dinámica del espacio público para tener más calidad de vida”
S. Lavadinho: “Hay que mejorar la dinámica del espacio público para tener más calidad de vida”

L. Rodríguez

12 jun 2024 - 05:00

El futuro relacional de las ciudades. Tras la pandemia del Covid-19, el interés por cuidar el espacio público se ha convertido en un elemento clave, tanto a nivel institucional como poblacional. “En estos últimos años ha habido una aceleración del movimiento por reconectar con el tiempo fuera de casa y sociabilizar en el espacio público”, destaca Sonia Lavadinho, antropóloga urbana y geógrafa. Lavadinho es conocida por ser una de las autoras del libro “Ciudades relacionales”, una obra que propone sustituir el paradigma de la ciudad funcional heredado del siglo XX en un nuevo modelo relacional que incide en los principales desafíos de la convivencia del siglo actual. Lavadinho expuso las claves de este paradigma el pasado jueves en el evento Debates Urbanos. Ciudad Relacional coordinado por la firma de arquitectura Broadway Malyan, la empresa de construcción Acieroid y la empresa Porcelanosa.

 

Pregunta: ¿Qué papel tienen los espacios urbanos para el desarrollo social de las personas?

 

Respuesta: El tiempo fuera de casa tiene que ser de calidad, ya que frecuentamos mucho estos espacios y acaban formando gran parte de nuestra vida. Además, pasamos mucho tiempo en compañía y es una zona importante de relación con otras personas, incluso desconocidas.

 

 

P.: ¿Se está produciendo una transformación urbana a escala global?

 

R.: En estos últimos años ha habido una aceleración del movimiento por reconectar con el tiempo fuera de casa y sociabilizar en el espacio público, sobre todo tras la pandemia. También de la conciencia de necesitar más zonas de naturaleza por los beneficios que aporta, que debería ocupar cuatro cinco veces más superficie en las ciudades. Existen tres desafíos para las ciudades: tienen que ser más biofílicas, además de ser espacios seguros tanto para los niños como para los seniors.

 

 

P.: Ha escrito el libro “Ciudades relacionales”. ¿En qué consiste una ciudad relacional?

 

R.: La idea surgió de proponer un nuevo paradigma. Llevamos desde el siglo pasado con la dominación de las ciudades funcionales. La ciudad relacional pone en el foco el vínculo con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza. A través de este tríptico, el libro se despliega en siete figuras clave del nuevo modelo; una ciudad de encuentros, exterior, amiga de todas las generaciones, social y solidaria, artística, con zonas públicas para comer, y de tiempo libre. En gran parte de las ciudades, sólo entre el 10% y el 20% de la superficie son zonas relacionales. Hay que seguir estos factores para mejorar las dinámicas en el espacio público y, en consecuencia, la vida y la sociabilización de las personas.

 

 

P.: Promotoras e inversores están cada vez más interesadas en construir grandes activos de usos mixtos que consigan meter oficinas, retail y vivienda en un sólo espacio. ¿Avanza hacia un urbanismo más social? 

 

R.: Claramente, los usos mixtos son mejores que la monofuncionalidad a la que estábamos acostumbrados. Pero este modelo debe de expandirse más allá de zonas privadas y llegar a los proyectos públicos para que cuenten con una mayor diversidad. O crear ecosistemas de edificios intergeneracionales que puedan responder a estas necesidades.

 

 

 

 

P.: Una de las reformas que ganó más peso y reconocimiento durante la pandemia fue la ciudad de los quince minutos a al que usted se ha mostrado contraria. ¿Por qué? 

 

R.: Me gusta la idea de Carlos Moreno, significa una ciudad caminable y de proximidad, pero una distancia de quince minutos es muy limitada, se focaliza en la escala del barrio. El desafío no se halla en el barrio solamente, sino que es entre los barrios y sus diferentes comunidades. En la actualidad, tenemos muchos desplazamientos diarios para realizar actividades en otras zonas de la ciudad. Me parece más relevante el vínculo en una distancia de media hora, que equivaldría a unos dos quilómetros, para conectar la población entre barrios.

 

 

P.: Expertos apuntaban que la teoría de Carlos Moreno era un nuevo empaquetado a lo que ya habían dicho otros urbanistas como Jane Jacobs en Muerte y vida de las grandes ciudades. ¿Estos modelos de ciudad ya llevan años planteados?

 

R.: En su momento, Jacobs ya planteó la gestión del tejido de la proximidad. Existe un deseo de proximidad, pero que hay veces que es difícil de llevar a cabo. La gestión de la frecuencia nos lleva a querer tener las zonas que más utilizamos más cerca. No le damos el tiempo suficiente a los espacios públicos, vamos corriendo a todos sitios. Es más significativo crear desplazamientos que sean más cualitativos para que no tengas ganas de correr entre tus enlaces a la hora de moverte por la ciudad.

 

 

P.: ¿Qué elementos son claves para la ciudad ideal?

 

R.: Primero de todo, las personas son necesarias, sin ellas no hay ciudad. Hace falta llevarlas a la calle. Para ello hay que traer más belleza y calidad a todas las zonas urbanas de la ciudad, invertir en lugares cuotidianos y que quizás no se les están dando tanto valor. Y remarcar el vínculo con la naturaleza, que las ciudades sean biofílicas. Sobre todo, con el cambio climático, crear espacios verdes va a ser una gestión importante.