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Tras la recuperación, la consolidación: los retos ‘macro’ de la economía en 2022

El turismo, el consumo de los hogares y los fondos europeos Next Generation serán los tres pilares de la consolidación de la recuperación económica de España este año, que afronta retos como la inflación o los cuellos de botella mundiales.


Marta Tamayo

4 ene 2022 - 04:56

Tras la recuperación

 

 

España afronta 2022 como el año en que se debe afianzar la recuperación. Ante un 2021 de un crecimiento menor al esperado tras el cataclismo económico del año en que se inició la pandemia de Covid-19, el nuevo año se presenta como un punto de inflexión para probar que la estrategia usada por gobiernos y organización internacionales como el Banco Central Europeo (BCE) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) han sido las correctas.

 

La inflación ha hecho sonar la alarma de la mayor parte de las economías del mundo en 2021, y España no sé ha quedado atrás, empujada por la crisis energética y el aumento de precio de las materias primas. Este año, según las últimas proyecciones del FMI, ha de ser el año en que se abandone la escalada de precios y a mediados de 2022 la mayoría de economías hayan alcanzado niveles prepandémicos. En el real estate la subida de materias primas y los costes de producción amenazan con aumentar el precio final del inmueble.

 

El ejercicio de 2022 también ha de ser el que deje atrás los problemas en la cadena de suministro, aunque se prevé que las dificultades en el supply chain se sigan generando, al menos, durante la primera mitad del año, lo que llevaría al sector a un posible relantecimiento de los trabajos de construcción ante posible falta de materiales como el acero. Por el contrario, las palancas que más contribuirán a la recuperación en España serán el turismo, la demanda embalsada y el impacto de los fondos europeos, según CaixaBank Research.

 

 

 

 

El crecimiento se ralentiza

Durante el pasado año, la llegada de las vacunas permitió la apertura económica y, según las estimaciones del FMI, la economía global habrá cerrado 2021 con un crecimiento del 5,9%. Aunque gran parte de la recuperación se debe al avance en la primera mitad del año. Con la llegada de la variante ómicron, el organismo señaló que las economías avanzadas reducirían su impulso y para las que se encuentran en desarrollo el tropiezo será aún mayor, debido a un impacto de la pandemia más severo y una menor tasa de vacunación.

 

Para este año, el organismo prevé un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial del 4,9%. El FMI prevé que sean las economías emergentes las que, un año más, lideren el crecimiento con un alza del 5,1%, mientras que las desarrolladas registrarán un aumento del PIB del 4,5%. En Estados Unidos se prevé que el crecimiento sea del 5,2% en 2022, mientras que en China será del 5,6% tras anotar un aumento del 8% en el PIB en 2021. En Europa, el crecimiento será aún menor, del 4,3%, pero España conseguirá desmarcarse y superar la media, con un aumento previsto del 6,5%. Por su parte, Alemania registrará un crecimiento en su economía del 4,6% y Francia, del 3,9%.

 

España registró en 2020 la mayor caída en su PIB de entre las economías avanzadas, con un descenso del 10,8%, y para 2021 el FMI proyecta un crecimiento del 4,6% (tras varias revisiones a la baja) que aumentará aún más en 2022, hasta alcanzar un alza del 5,8%. Las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) apuntan que en 2022 la economía española crecerá un 5,5% y que lo volverá a hacer un 3,8% en 2023 con el respaldo de la economía fiscal y monetaria.

 

Al otro lado de la horquilla, el Gobierno es el que alberga las expectativas más optimistas para la economía del país. El ejecutivo prevé un crecimiento del PIB del 7% en 2022. La estimación, publicada en octubre del pasado año, es la que figura en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022. A finales de ese mismo mes, otros organismos publicaron sus previsiones para España: Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) (6,3%),

 

Bbva Research y Funcas apuntan ambas a un crecimiento del 6% en 2022. El único organismo que tiene expectativas más bajas para 2022 de las que tenía en 2021 es el Banco de España, que prevé un crecimiento del 5,9% en la economía española.

 

 

 

La inflación no da tregua

A medida que avanzaba el 2021, la inflación se fue convirtiendo en una de las principales amenazas de la economía mundial y en 2022 será el año en que se descubra si ha llegado para quedarse o qué remedios harán falta para deshacerse de ella. La inflación general subió en España en noviembre hasta el 5,5%, su nivel más alto desde 1992. Expertos señalan que la subida de precios no es homogénea y que la inflación se concentra en las rúbricas relacionadas con la energía y no existe un contagio al resto de la cesta del consumo.

 

Para el próximo año, CaixaBank prevé que los aumentos en los precios de la energía continúen siendo elevados durante el primer trimestre para ralentizarse en el segundo, pero sosteniéndose en cotas más elevadas que en 2019. El shock energético impacta en el gasto de los hogares, con lo que se estima que se reducirá un 0,6% en 2022.

 

CaixaBank Research prevé que la inflación se mantenga a niveles por encima del 4% hasta el segundo trimestre de 2022, a partir del cual se irá moderando, frente a la escalada de finales de año de 2021. Con ello, la subida de precios en el país será del 3% de media en 2022. Aún así, los expertos alertan de que cualquier previsión está sustentada en mucha incertidumbre ante dos factores disruptores: el precio de la energía y los cuellos de botella en las cadenas globales de distribución.

 

En el mercado residencial, se cerró 2021 con un aumento de precios de vivienda nueva y usada del 4,3%, según datos de Tinsa. El alza se ha producido tras un empujón a final de año: en el cuarto trimestre los precios repuntaron un 8,6%. En cuanto al alquiler de vivienda, la subida ha ido moderando los últimos meses anotando un incremento interanual del 0,5% en noviembre, según el Índice de Precios de Consumo (IPC). En cuanto al precio de la vivienda, que incluye el del gas y la electricidad, se disparó un 16,8% en el mismo periodo.


 

 

 

Este aumento de precios se ha producido en la mayoría de países con economías desarrolladas. En el caso de Estados Unidos, la subida de precios en noviembre de 2021 fue del 6,8%, la más alta registrada desde 1982. Para 2022, el FMI apunta que las economías avanzadas terminen el año con una inflación del 2%, mientras que en los mercados emergentes se puede situar en el 4%.

 

El organismo apunta que el comportamiento de la inflación, de disparo rápido y difícil control, dependerá en gran medida de la acción política de los principales reguladores. Por el momento, parece que el tapering se abre paso como la estrategia a seguir durante los próximos doce meses. La medida consiste en la retirada progresiva de los estímulos monetarios.

 

La Reserva Federal estadounidense anunció en diciembre que iba a reducir el ritmo de reducción de activos netos para frenar a mitades de marzo, aunque mantuvo el tipo de interés entre el 0% y el 0,25%. El órgano ya no califica la subida de precios como “transitoria” y apunta que habrá tres subidas de tipos en 2022 y tres más en 2023. Por su parte, el BCE anunció la reducción de compras netas de activos para 2022 aunque mantiene los tipos de interés sin cambios.

 

Más cuellos de botella para 2022

Otro de los frenos para la plena recuperación de la economía están siendo los cuellos de botella en la cadena de suministro, lo que está aumentando los costes de transporte de las empresas y amenaza con el desabastecimiento en algunos productos o el parón de fábricas. Durante el pasado año, la supply chain se vio inmersa en una tormenta perfecta entre el despertar de la demanda más solicitante de bienes que de servicios y empujada por los estímulos económicos, y una oferta presionada con grandes atascos en los puertos y la política china de Covid cero que supuesto el cierre de fábricas.

 

Diversos organismos han señalado que el atasco en la cadena se mantendrá hasta mitad de año, pero la moderación de la demanda de bienes junto a la gradual resolución de los problemas en los centros logísticos y una adaptación de la oferta a los cambios de patrones de consumo, con más demanda de servicios, deberían ir resolviendo el problema. En concreto, según CaixaBank, estos factores se producirán debido a que el ahorro embalsado durante la pandemia se irá agotando y el levantamiento de las restricciones llevará a una mayor demanda de servicios. Además, se prevé que con la progresión de la pandemia menos fábricas se vean afectadas por parones.

 

El inmobiliario no queda al margen de los problemas en la cadena de suministro, que está provocando un encarecimiento en las materias usadas para la producción como el acero lo que retrasará los plazas de construcción de algunos activos. Con ello, las previsiones de metros cuadrados que se sacarán al mercado durante este año pueden recortarse, lo que provocaría una limitación de la oferta y empujará los precios al alza.

 

Uno de los segmentos más impactados por las tensiones en la cadena de suministro será el logístico, tras el boom protagonizado tras la pandemia. Los operadores tendrán que hacer frente a posibles retrasos y disrupciones en el proceso con un aumento de la demanda y el retraso en la puesta en marcha de nuevos espacios o la renovación de otros. Desde Cushman&Wakefield recomendaban a los promotores a finales del pasado año aprovechar el momento de aumento de la demanda adelantando la compra de materiales.

 

Durante el año se prevé que el efecto siga empujando al alza la inflación y que retrase algunos proyectos de transformación digital como los que está promoviendo la Unión Europea a través de los fondos Next Generation. Los atascos en la cadena de suministro no están afectando igual a todos los países. En Europa, Alemania, una economía integrada en la cadena de valor global con un fuerte peso en el sector automovilístico, se está viendo más afectada por la crisis, seguido por Francia.

 

 

 

 

 

Tras la recuperación, la consolidación: los retos ‘macro’ de la economía en 2022

 

 

 

Llegan los fondos europeos y arrancan los Pertes

España recibió a finales de año el primer desembolso de 10.000 millones de euros de los fondos europeos Next Generation, convirtiéndose en uno de los primeros países en materializar la ayuda europea que tiene que ir aterrizando en el continente durante este año.

 

En España, se prevé que el Gobierno implemente 27.000 millones de los fondos europeos durante 2022, principalmente en I+D+i y digitalización, un 19,6% del total, industria y energía (17,5%) e infraestructuras y transporte (14,2%). En los presupuestos de 2022, el Gobierno incluyó una partida de 24.198 millones de fondos europeos y antes de acabar 2021 ya se había autorizado algo más del 73%, unos 18.000 millones de euros. En su conjunto, se prevé que los fondos NGEU aporten 1,6 puntos porcentuales al crecimiento del PIB de 2022.

 

Los ojos de Bruselas están puestos en el país, que es el segundo estado que más recibe, sólo por detrás de Italia, y fue el primero en presentarse al plan y recibir el primer cheque de ayudas. Desde Moncloa apuestan por echar el turbo, pero en las autonomías, encargada de adjudicar parte de los fondos, la actividad va a rebufo.

 

Para el país, los fondos europeos pueden suponer una modernización de su economía si se utilizan en proyectos de digitalización, transición energética e inclusión. Por el momento, Bruselas ya ha dado el visto bueno al plan estratégico (Perte) del automóvil, que incluye inversiones por 3.000 millones de euros.

 

En los próximos años, la vivienda absorberá una parte importante de los fondos europeos de recuperación económica. Ya sea a través de mejoras en la renovación del parque o en el desarrollo de vivienda social. Del total de 72.000 millones de euros en ayudas directas que recibirá el país, 6.280 millones de euros se destinarán a la rehabilitación de viviendas y regeneración urbana (5.800 millones de euros) y edificación social (mil millones de euros). Con ello, el Ejecutivo quiere llevar a cabo actuaciones de mejoras en 500.000 viviendas entre 2021 y 2023. Esto supone una oportunidad para propietarios, promotores e inquilinos, aunque queda por ver cómo se despliegan las medidas en el sector.

 

 

Turismo y consumo, las dos alas del despegue español

Junto a los fondos europeos, el consumo de los hogares y el auge del turismo con la caída de restricciones serán las dos palancas de recuperación en la economía española durante 2022. España acabó 2021 con la confianza del consumidor a la baja lastrado por la nueva variante ómicron, lo que no augura un buen comportamiento para inicio de año. Tras cinco meses de subida, el índice realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) volvió a registrar una caída de un punto en octubre, y de 12,7 puntos en noviembre.

 

En noviembre, el último mes del que hay datos, el retroceso de la confianza se debió a la caída de las expectativas, así como de la valoración que hacen los ciudadanos sobre la situación actual. Este último se debe a una mala opinión por parte de la ciudadanía del mercado laboral, la situación de la economía y la situación de los hogares. Aún así, los economistas se muestran optimistas y apuntan que el consumo continuará al alza y los ciudadanos seguirán gastando la bolsa de ahorro generada durante la pandemia.

 

El turismo es el sector que está llamado a ser uno de los grandes pilares de la recuperación en España. Tras un gran golpe con la pandemia, el sector se ha ido recuperando a lo largo de 2021 debido en gran medida al dinamismo europeo y doméstico. De cara a 2022, se prevé que la recuperación del turismo internacional sea más acelerada impulsada por los flujos provenientes de Reino Unido, Estados Unidos y Latinoamérica, con lo que el turismo podría alcanzar cotas similares a las de 2017.

 

Recuperar el turismo extranjero significaría un gran resuello para el segmento hotelero y el de los apartamentos vacacionales, además que reactivaría algunas calles comerciales que han visto como su afluencia se desplomaba con la pandemia. El turismo corporate parece ir todavía por detrás y su reactivación será más lenta que el vacacional. La cifra de ocupación acumulada de los nueve primeros meses de 2020 alcanzó el 26%, teniendo en cuenta los establecimientos abiertos y los cerrados. Aunque el dato supone un incremento del 20% respecto al año anterior, está todavía lejos de las ocupaciones habituales previas a la pandemia.

 

Según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, se prevé que el próximo año se alcancen cifras de visitantes precovid con los países tradicionales emisores a España: Francia, Bélgica, Holanda y seguramente Reino Unido, a la espera de ver como impacta el Brexit fuera de la situación pandémica. Aunque estas proyecciones se hicieron antes de la llegada de la variante ómicron a Europa, lo que puede retrasar la recuperación del sector y lastrar el fortalecimiento de la economía española.