Oficinas

2019, el año en que el sector obvió la crisis del gigante del ‘coworking’

Los espacios de trabajo sigue expandiéndose dentro del mercado de oficinas y ya representa el 10% del total de metros cuadrados contratados en Madrid y Barcelona. 

M. T.

27 dic 2019 - 04:58

2019, el año en que el sector obvió la crisis del gigante del ‘coworking’

En los último tres años el coworking ha crecido de forma exponencial en España y ya representa el 10% de la contratación de los espacios de trabajo en Madrid y Barcelona. El mercado sigue dominado por operadores locales aún con la entrada de grandes compañías internacionales, que ponen de manifiesto el buen momento del sector. Sin embargo, no todo son buenas noticias para el coworking, y el descenso de WeWork envía un aviso de alerta al resto de compañías del sector.

 

Aun así, el sector del coworking en España se muestra positivo. Fuentes del sector aseguran que es un modelo de negocio que ha llegado para quedarse y que va a seguir ganando cuota de mercado. En el ecosistema del coworking en España conviven operadores locales, internacionales, y las firmas de socimis como Merlin o Colonial que se han lanzado a por las oficinas de trabajo flexible. 

 

El negocio de los espacios de trabajo flexible genera en España en torno a 150 millones de euros repartidos en alquileres de despachos individuales, que representan 82 millones, y 68 millones que se generan a partir del resto de servicios asociados al sector, como el alquiler de despachos o salas de reuniones, salas de formación o eventos.

 

 

Un 70% de los centros son de un tamaño pequeño o mediano, es decir, inferior a los 1.000 metros cuadrados, y generan 105 millones de euros. Por otro lado, los centros de gran tamaño, aquellos superiores a mil metros cuadrados representan el 30% restante, y generan 45 millones de euros.

 

En el caso de Madrid, hasta septiembre de 2019, los operadores de espacios flexibles contrataron 56.200 metros cuadrados de superficie, un 11,2% de la contratación total de espacios de oficinas en la ciudad.

 

Estos tipos de activos buscan ubicaciones cercanas al centro y con una gran conectividad de los transportes y los servicios que haya alrededor. En los últimos diez años el 73% de los espacios flexibles se han contratado en el Central Business District (CBD) madrileño.

 

 

Dentro de la M-30 se han firmado contratos por una superficie total de 137.100 metros cuadrados, siendo el submercado de Azca, acrónimo de Asociación Mixta de Compensación de la Manzana A de la zona comercial del paseo de la Castellana, donde se ha concentrado la mayor parte de este volumen con el 18,5% seguido, a cierta distancia, de la zona de Chamartín con el 12%.

 

 

Por otro lado, en Barcelona la superficie destinada a espacios de trabajo compartidos en el mercado pasó de tener una cuota del 5% sobre el total de superficie en 2018 hasta alcanzar 16% en el acumulado de los tres primeros trimestres del 2019.

 

Los operadores de espacios de trabajo flexible amplían espacios e incluso alquilan edificios enteros. Una gran cantidad de los edificios se encuentran en el distrito tecnológico 22@ y Frente Maritimo, los otros activos se concentran en el centro de la ciudad o en centros de negocios.

 

 

 

Se prevé que en 2022 la cuota de espacios de coworking llegue al 1,9% de Madrid y 3,4% en Barcelona, asumiendo un ritmo medio anual de 30.000 metros cuadrados coworking en las dos capitales. Aunque fuentes del sector admiten que se trata de una cifra baja, explican que el modelo de negocio se encuentra todavía en una fase inicial.

 

En el caso de Madrid se espera una absorción anual de 520.000 metros cuadrados en los próximos tres años. En el caso de Barcelona la contratación de oficinas oscila entre 350.000 metros cuadrados.

 

En el último año y medio se ha contratado la totalidad de superficie de trece edificios de entre 3.000 y 6.700 metros cuadrados en el mercado de oficinas de Madrid y otros trece edificios completos con superficies de entre 3.000 y 7.600 metros cuadrados en la ciudad de Barcelona. El sector también se plantea planes de expansión a otros núcleos urbanos, como Bilbao, San Sebastián o Valencia.

 

 

 

 

Algunos de los retos que se encuentra es dotar a cada espacio de las necesidades que los trabajadores necesitan. La experta en el coworking Jennifer Brooke destacóm por ejemplo, la necesidad de tener equipos muy profesionales que sean capaces de detectar si un cliente va menos a uno de los centros.

 

En comparación con otras capitales europeas la cuota de Madrid y Barcelona se encuentra en la misma línea, en el entorno del 1%, pero bastante por debajo de la de Ámsterdam, con un 5,9% de presencia, posicionándose como líder europeo en participación de espacios de oficinas, por delante de Londres con un 4,5%. 

 

El sector del coworking emprende una nueva década con nuevos objetivos. Los espacios de trabajo flexible deben mejorar la eficiencia en el uso del espacio, lo que implica un menor espacio por empleado, ya sea en oficinas tradicionales o coworkings y espacios flexibles.

 

 

 

También deben aumentar los espacios de socialización, esparcimiento, la concentración y el networking, que también pueden dotar de un valor añadido el entorno de trabajo. Además, el sector pone en valor la recolección y análisis de Big Data por parte de los edificios conectados e inteligentes, para mejorar la experiencia de los usuarios.

 

Se prevé 2030 los espacios de coworking supondrán el 30% del mercado de oficinas en España, según un estudio de la consultora Savills Aguirre Newman. Según un informe de Regus, el coworking generará 7.224 millones de euros hasta 2029 para la economía española, de los cuales, 3.876 millones de euros se destinarán a las economías locales de zonas suburbanas y ciudades secundarias.

 

 

 

Empresas del sector también ven una oportunidad para descentralizar los espacios de trabajo creando coworkings fuera de las grandes ciudades, aprovechando la conectividad para seguir en contacto con otros puntos de interés dentro de la ciudad.

 

En este sentido, se prevé que los espacios de trabajo flexible situados en el extrarradio de las grandes ciudades acogen a más de 105.000 nuevos profesionales en 2029. Además, se crearán más de 59.000 puestos de trabajo directos e indirectos en los nuevos coworkings. Este hecho también ayudaría a reducir las emisiones de dióxido de carbono, y a mejorar la conciliación familiar.

 

A escala mundial, la previsión es que el crecimiento de los espacios de trabajo flexible en las zonas colindantes de las grandes ciudades genere 229.000 millones de euros los próximos diez años.Según las compañías del sector, a los espacios de trabajo flexible todavía le queda mucho margen para crecer y asentarse como un mercado maduro y estable.