Oficinas

Más espacio y flexibilidad, por qué cambiar de oficina en Barcelona

El 86% de las compañías que se mudaron en 2018 lo hicieron para trasladarse a oficinas más amplias. Por otro lado, un 22% de las compañías se instalaron en espacios flexibles, alcanzando 38.000 metros cuadrados de contratación.

Roger Arnau

22 mar 2019 - 04:51

Más espacio y flexibilidad, por qué cambiar de oficina en Barcelona

 

 

¿Por qué una compañía contrata una oficina en Barcelona? Las motivaciones son diversas, pero principalmente se debe a tres grandes razones: necesitan más espacio, apuestan por oficinas flexibles o se instalan por primera vez a la capital catalana. Estos son las tres causas más comunes del aumento sostenido de la contratación en la ciudad, según el informe sobre el mercado inmobiliario de oficinas de la consultora JLL.

 

Barcelona cerró 2018 con un incremento de la contratación del 8%, alcanzando los 356.000 metros cuadrados, la segunda cifra más alta del ciclo actual, sólo superada por el dato de 2015. Aquel fue un año excepcional, marcado por una gran operación: la Generalitat firmó cerca de 50.000 metros cuadrados para instalar su campus administrativo en la Zona Franca. Sin contar esta operación pública, el mercado de oficinas de Barcelona registró en 2018 el mayor volumen de contratación desde 2009.

 

De entre todas las motivaciones empresariales, el traslado fue la causa principal de las grandes contrataciones de oficinas en 2018: un 40% de las operaciones de más de mil metros cuadrados registradas las protagonizaron corporaciones que cambiaron de oficina dentro de Barcelona, la mayoría para irse a espacios más amplios.

 

 

 

Concretamente, un 86% de las compañías se trasladaron a inmuebles más grandes, y, por el contrario, sólo el 7%, contrataron oficinas más pequeñas. Estas cifras son, según JLL, un indicador del buen momento económico de las compañías del país.

 

En este sentido, la segunda gran motivación empresarial para contratar metros cuadrados de oficinas en Barcelona también está directamente relacionada con la necesidad de aumentar el espacio de trabajo, ya que el 22% de las contrataciones fueron operaciones de ampliación, del mismo edificio o de un inmueble vecino.

 

En tercer lugar, otra de las grandes causas para cambiar de oficina en Barcelona es la voluntad de trasladarse a espacios flexibles. Esta es, sin duda, una de las grandes tendencias del mercado, tanto en la capital catalana, como también en las grandes ciudades europeas.

 

 

 

Así, un 22% de las compañías que se trasladaron durante el año pasado lo hicieron por instalarse en espacios flexibles, entre los que se incluyen los coworkings. De hecho, con más de 38.000 metros cuadrados firmados, la contratación de espacios flexibles se incrementó un 70% en 2018. Este tipo de inmuebles se caracterizan por su eficiencia y su buena accesibilidad, por estar cerca de los clientes y de los principales servicios de la ciudad.

 

Barcelona se ha consolidado como hub tecnológico del sur de Europa y mantiene su atractivo para muchas corporaciones globales que encuentran en Barcelona el valor añadido necesario para atraer y retener a sus trabajadores cualificados. De hecho, el 11% de las contrataciones las protagonizaron compañías internacionales que se instalaron por primera vez en la ciudad.

 

Con respecto a las zonas, un 53% de las empresas se han trasladado a la misma zona donde se ubicaban originariamente, un dato que contrasta con la tendencia de otras ciudades de la península, como Madrid, donde las compañías han optado por cambiar de distrito, según el informe de JLL.

 

 

 

 

El 22@ continúa siendo el área preferida para las compañías, sobre todo las tecnológicas que concentraron el 55% de los 89.500 metros cuadrados contratados en 2018. Así, King, HP y Glovo cerraron algunas de las principales operaciones dentro de este emergente distrito barcelonés.

 

De hecho, el informe de JLL apunta que el 47% de las empresas que han cambiado de barrio han optado por las nuevas áreas de negocio, alargando la huella de contratación a diferentes zonas de la ciudad y su área de influencia, como la Zona Franca, L’Hospitalet de Llobregat, Sant Cugat del Vallès o el Polígono Mas Blau en el Prat de Llobregat.

 

Finalmente, en cuanto a la calidad de los edificios, las empresas de la capital catalana que decidieron mudarse lo hicieron, mayoritariamente, a edificios de máxima calidad. Así, el 46% de las compañías que se trasladaron escogieron inmuebles de clase ‘A’, que cuentan con certificaciones medioambientales Leeds o Breeam.

 

Eso sí, sólo el 14% del stock de oficinas en Barcelona tienen esta categoría y sólo el 1,1% está disponible. Por eso, el informe de JLL apuesta por la renovación de los inmuebles para cumplir con las expectativas y demandas futuras de los inquilinos.