Más industrialización, más innovación
El curso que ahora comienza presenta grandes oportunidades para el sector inmobiliario en España, aunque para llegar a ellas con éxito deberá hacer frente a numerosos retos. De hecho, la mayor o menor habilidad en la gestión de estos retos será clave para conseguir cerrar el año en los buenos niveles de actividad que ha cosechado el sector en la primera parte del ejercicio y, así, poner las bases del crecimiento para 2022.
Pocos dudan de que el sector inmobiliario ha sido uno de los motores económicos de la actual crisis sanitaria. La clave ahora es seguir manteniéndose como una de las actividades fuertes en un contexto de recuperación más consolidado y con la pandemia en su fase final de superación. Aportar dinamismo ya no vale, ahora hay que generar valor añadido a la economía y, en general, a la sociedad.
Uno de los grandes retos en los que el sector lleva años trabajando es el de la industrialización. Sólo con una actividad industrial más consolidada se podrá hacer frente a los grandes hándicaps que restan viabilidad al inmobiliario, como la falta de mano de obra de calidad o la contención de precios para ofrecer a los consumidores buenos productos a un coste atractivo. También sólo desde la industrialización es posible avanzar hacia una mayor sostenibilidad del negocio inmobiliario, tal y como reclama buena parte de la sociedad.
Una mayor industrialización también lleva parejo más innovación. Parece difícil disociar una cosa de la otra en una actividad como el inmobiliario. Innovación para promover y construir edificios más sostenibles, con menor consumo energético y también más cómodos, que aumenten la satisfacción de sus habitantes.
Más industrialización, más innovación y, en definitiva, más profesionalización. Una profesionalización que ya empezó con fuerza y convicción tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, pero que ahora no sólo debe continuar sino, incluso, reforzarse para hacer frente a los retos y superar con éxito las oportunidades.