Residencial

La nueva vida de las villas olímpicas: de residencias de estudiantes a pisos de lujo

Desde Barcelona’92, la mayoría de los apartamentos para los atletas se han reconvertido en nuevos barrios o núcleos residenciales. Hoy, Tokio 2020 busca una solución para unos pisos que ya había vendido tras el retraso de un año de los Juegos. 

M. V. O.

27 mar 2020 - 04:54

La nueva vida de las villas olímpicas: de residencias de estudiantes a pisos de lujo


Una solución anticipada que se ha acabado convirtiendo en un problema. El retraso de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 hasta el próximo año a causa de la pandemia del coronavirus ha provocado un efecto secundario que afecta de lleno al mercado inmobiliario. Desde Barcelona’92 a Río 2016, las villas olímpicas se han ido reconvirtiendo, pero ¿qué pasará con la construida en la capital nipona en este año de impasse

 

Los planes de los organizadores de los Juegos pasaban por convertir las 23 torres construidas en la bahía de Tokio en 4.000 apartamentos de lujo, un 25% de los cuales ya estaban vendidos a particulares. Los nuevos propietarios tenían que esperar hasta septiembre para poder ocupar las viviendas, algo que el retraso de la cita deportiva hasta 2021 ha puesto en duda

 

Preguntado por este hecho, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, admitió esta semana que “es una pregunta que ahora no tiene respuesta”. “La villa olímpica es donde palpitan los Juegos y aplazarlos implica que todo el mundo tendrá que hacer sacrificios”, anticipó, sobre una solución que podría no agradar a los futuros inquilinos.

 

 

 

 

A la espera de saber cuáles son y quién debe hacer estos sacrificios, la villa olímpica de Tokio 2020 deberá esperar para seguir los pasos de sus predecesoras. En este sentido, desde Barcelona’92, la mayoría de complejos de viviendas para deportistas pasaron a ser nuevos barrios o núcleos residenciales.

 

Sin embargo, tanto Tokio como Río de Janeiro, donde se celebraron los Juegos en 2016, decidieron convertir su villa olímpica en apartamentos de lujo, levantándolas en zonas apartadas del entramado urbano.

 

 La ciudad brasileña aprovechó los Juegos para crear Ilha Pura, un complejo residencial de lujo ubicado en la Barra de Tijuca, un suburbio al este de la ciudad. En total, se construyeron 31 torres de apartamentos con 17 plantas cada una, que, tras acoger a 18.000 personas durante el evento deportivo, se convirtieron en 3.604 apartamentos de lujo. 

 

 

 

 

A diferencia de estas dos ciudades, tanto Londres, que hospedó los Juegos en 2012, como Pekín, en 2008; Atenas, en 2004; Sidney, en 2000, y Barcelona, en 1992, aprovecharon la construcción de las residencias temporales para atletas para levantar nuevos barrios o núcleos urbanos. 

 

El caso paradigmático es la capital catalana, que usó el evento deportivo para transformar por completo su fachada marítima. En este sentido, la ciudad reformuló completamente el barrio de Icària y, además de levantar las viviendas, se crearon el Port Olímpic, los parques del Port y de la Nova Icària, y se recuperó la playa de la Nova Icària. El proyecto también incluyó la construcción de la Torre Mapfre y el Hotel Arts. 

 

Por su parte, tanto Sidney como Atenas reconvirtieron sus villas olímpicas en suburbios residenciales. Así, la ciudad australiana creó la localidad de Newington, ubicado a 16 kilómetros del centro de la ciudad australiana, y la capital griega construyó el núcleo de Partitha, en el noreste de la ciudad y cerca de su principal complejo olímpico. 

 

 

 

 

Londres aprovechó los Juegos de 2012 para levantar el nuevo barrio East Village, donde se construyeron 2.818 viviendas, de la cuales, 1.379 fueron destinadas a alquiler y venta de protección oficial. Además, se previó la construcción de 2.000 pisos más después de la celebración del evento. 

 

 

La excepción de Atlanta

La única ciudad olímpica que no convirtió las residencias para los deportistas en pisos fue Atlanta, que aprovechó los Juegos Olímpicos de 1996 para ampliar los campus universitarios de las universidades de la ciudad. 

 

En concreto, se levantaron nuevos inmuebles en los campus del Instituto Tecnológico de Georgia, dónde también se celebraron pruebas de diferentes especialidades, la Universidad Clark de Atlanta y la Universidad Estatal de Georgia. Tras la celebración de los Juegos, las universidades adquirieron los inmuebles como residencias estudiantiles.