Empresa

Las ‘big four’ de la consultoría se adaptan tras el Covid: nueva estructura, negocio recurrente y ‘data’

El confinamiento supuso un freno a las grandes operaciones inmobiliarias y ha obligado a las grandes consultoras a acelerar los cambios previstos y a la creación de nuevos servicios.

Marc Vidal Ordeig

20 jul 2020 - 05:00

Las ‘big four’ de la consultoría se ajustan tras el Covid: nueva estructura, negocio recurrente y ‘data’

 

 

La consultoría inmobiliaria adapta su negocio tras el coronavirus. El estado de alarma decretado por el Gobierno el pasado 14 de marzo tuvo como consecuencia directa la paralización prácticamente total de las operaciones inmobiliarias que estaban en curso en ese momento y que, aunque se han reactivado en las últimas semanas, se han tenido que iniciar desde cero para adaptarlas a las nuevas circunstancias del mercado inmobiliario post Covid-19. Nuevas estructuras, foco en el negocio recurrente y apuesta por los datos son los ejes de la hoja de ruta de las big four de la consultoría inmobiliaria.

 

En un entorno sin transacciones y con la gran mayoría de conversaciones congeladas a la espera de ver la evolución de la crisis sanitaria primero y de la crisis económica después, JLL, Cbre y Cushman&Wakefield y Savills Aguirre Newman, que no ha tenido que hacer cambios en la estructura de la empresa a causa de la crisis, han tenido que acelerar los cambios en los que estaban trabajando para dar más peso al negocio recurrente y balancear la parte ligada a las compraventas.

 

Una de las consecuencias de esta crisis es que se está viendo que las empresas con un mix comercial resistente están sobreviviendo mejor”, apunta el consejero delegado de JLL, Enrique Losantos, a EjePrime. La compañía llevaba “cuatro años y dos planes estratégicos” con el objetivo de crecer en los negocios no transaccionales, “que pueden aguantar mejor un ciclo bajista”, explica el directivo.

 

 

 

 

Losantos asegura que “nos centramos en los servicios corporate, para los inquilinos”, además de ofrecer servicios de construcción y reformas y de valoración. Precisamente esta última área de negocio no ha resistido al impacto de la crisis del coronavirus y el único Expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte) que realizó la empresa afectó al equipo de tasaciones hipotecarias.

 

Cbre también ha apostado por las líneas de negocio que no están directamente ligadas a las transacciones. El presidente de la compañía en España, Adolfo Ramírez-Escudero, explica que “no se trata únicamente de sobrevivir, sino de adaptarse a la nueva realidad que surgirá tras años de ciclo alcista y para una dinámica distinta en el sector”. Para ello, la empresa ha reforzado el equipo financiero de la empresa para “asesorar el acercamiento a las entidades financieras” o los servicios a particulares.

 

Jaime Pascual-Sanchiz, consejero delegado de Savills Aguirre Newman, asegura por su parte que “los clientes nos demandan más servicios adaptados a la nueva situación”, lo que ha hecho que la compañía haya “pensado nuevas soluciones” para dar respuesta a las necesidades que ha generado la pandemia. Esto ha permitido a la empresa mantener la actividad y no sufrir un frenazo en el número de transacciones. 

 

 

 

 

El consejero delegado de Cushman&Wakefield, Oriol Barrachina, apunta que estos cambios ya se atisbaban antes de la pandemia “para satisfacer las demandas de los clientes con necesidad de soluciones transversales”. La consultora cuenta con la mitad de la plantilla dedicada al negocio recurrente, lo que “posiblemente ha ayudado a que la pandemia nos afecte algo menos”, explica el ejecutivo.

 

 

El ‘data’, clave para el futuro del sector

Una de las consecuencias directas del confinamiento ha sido la aceleración en la digitalización en la mayoría de los sectores. En el caso de la consultoría inmobiliaria, el confinamiento ha puesto de manifiesto que, si no se tenían los deberes hechos en este sentido, las empresas pueden sufrir para superar la situación.

 

Después del confinamiento, el mercado inmobiliario ha entrado en un compás de espera en el que ni compradores ni vendedores tienen claro el precio de los activos y, aunque la actividad negociadora se ha recuperado y el capital disponible para invertir es similar al del año pasado, se están cerrando pocas operaciones.

 

 

 

 

“Si no tenías la digitalización ya embebida en tu negocio, estás muerto”, sentencia Losantos, ya que “no puedes decir a tus clientes que no les puedes enseñar un producto o conocer los detalles de una zona porque no te puedes desplazar o porque no tienes los datos”, añade el ejecutivo.

 

En opinión de, Ramírez-Escudero, para las empresas del sector “es imprescindible un alto grado de digitalización y un gran concimiento de todas las posibilidades que proporciona la tecnología y el análisis de datos”.

 

 

Cambios en la estructura

Tras el confinamiento, las compañías han vivido cambios en sus estructuras. La hasta ahora directora de la oficina de Barcelona de JLL, Vanesa Carceller, dejó la compañía y sus responsabilidades han sido asumidas por el director de logística e industrial, Pere Morcillo. Además, Borja Ortega, hasta ahora director comercial de lacompañía, ha sido nombrado consejero delegado de BNP Paribas Real Estate.

 

Cbre también ha cambiado su cabeza en Barcelona tras el nombramiento de Anna Esteban como directora de desarrollo de negocio en Europa continental. Su puesto ha sido asumido por Xavi Güell, hasta ahora director de capital markets en la capital catalana, tal y como avanzó EjePrime. La compañía también ha nombrado a Paloma Relinque como directora de la oficina de Madrid. 

 

La directora nacional de inversión en high street de Cbre, Elvira Gutiérrez, y el director asociado del departamento de inversión en high street de la consultora, Marcos Areizaga, han dejado la compañía para unirse al equipo de Aretail.

 

Además de la renovación de puestos directivos, las consultoras también están ajustando sus estructuras a la nueva realidad del mercado. Cbre realizó a finales de mayo una reestructuración de su plantilla que supuso el despido de una sesentena de profesionales.

 

 

Motor de la recuperación

El real estate es uno de los sectores económicos con más peso tanto en el Producto Interior Bruto español, del que representa aproximadamente el 10%, como del empleo, con más de 1,3 millones de puestos de trabajo directos y una cifra aún mayor en la industria auxiliar. Además, es uno de los principales polos de atracción de la inversión internacional de la economía del país.

 

Los cuatro ejecutivos coinciden en señalar que el sector inmobiliario “es y debe ser” uno de los principales motores en los que España debe basar su recuperación tras la crisis sanitaria, más aún teniendo en cuenta que el turismo, principal dinamizador económico de la economía española, ha sido uno de los más afectados por el coronavirus a causa de las restricciones de movilidad.

 

 

 

 

Sin embargo, Barrachina alerta que el sector necesita “más que nunca la colaboración público-privada” y reclama que se creen iniciativas “adaptadas a la nueva realidad, con mucha agilidad y flexibilidad”.

 

Ramírez-Escudero también hace referencia a las administraciones como un actor fundamental para la reactivación del sector. “Es necesario una mayor agilización de los trámites administrativos”, recalca el ejecutivo, que añade “una mayor seguridad jurídica” como la clave para generar confianza tanto en la inversión como en la demanda de los particulares.

 

La pandemia del coronavirus, además, también ha abierto nuevas oportunidades. “Esta crisis es la gran oportunidad del país para desarrollar un gran parque de vivienda pública de alquiler que, además, también ayudaría a levantar la actividad económica”, asegura Losantos.

 

Por su parte, Pascual-Sanchiz sostiene que el sector inmobiliario continúa siendo atractivo ante la “elevada liquidez que hay en el mercado”, gracias a “los sólidos fundamentales, los bajos tipos de interés y la ausencia de sobreapalancamiento” del real estate”.

 

Por su parte, el presidente de Cbre destaca que el sector consultor “tiene una amplia gama de servicios, algunos de los cuales, contracíclicos”, por lo que a pesar de que, si “el sector inmobiliario sufre, nos afecta a todos”, la crisis del coronavirus también abre una ventana de nuevas oportunidades para las consultoras.