m2

El arquitecto chino Liu Jiakun recibe el premio Pritzker 2025

El proyectista chino se alza con el premio de arquitectura más importante a nivel internacional por su defensa de los legados culturales, la memoria y el espacio público y cuestiona la globalización de las ciudades chinas.

El arquitecto chino Liu Jiakun recibe el premio Pritzker 2025
El arquitecto chino Liu Jiakun recibe el premio Pritzker 2025
Balcones escalonados del Bloque C6 construido para Novartis en Shanghái.Foto cortesía de Arch-Exist

Ejeprime

4 mar 2025 - 16:37

En Sichuan, cerca del Museo Jianchuan, hay una casita sencilla levantada con ladrillos fabricados a partir de los escombros que dejó el terremoto que, en 2008, terminó con la vida de 90.000 personas y arrasó buena parte de la provincia. Esa casita, con cubierta a dos aguas, es el trabajo favorito de Liu Jiakun, el nuevo ganador del Pritzker, el premio de arquitectura más importante a nivel internacional, que se ha dado a conocer este martes.

 

Lleva el nombre de una niña, Hu Huishan, que con 15 años, murió aplastada por los escombros del instituto donde estudiaba cuando el terremoto hizo temblar su ciudad, informa El País. Perteneciente al considerado grupo de la vanguardia arquitectónica china, con Dong Yugan, Liu Xiaodong o Wang Shu (ya premiado con el Pritzker en 2012), Jiakun acudió a Sichuan para prestar ayuda como arquitecto.

 

Observó la gran cantidad de escombros y decidió emplear esos materiales para la fabricación de ladrillos (re-birth bricks) que comenzó a utilizar en sus proyectos a partir de entonces. También dedicó tiempo a hablar con la gente para entender qué necesitaba. Fue así cómo consoló a los padres de Hu Huishan. Y fue capaz de anticipar que un memorial a la vida segada de una niña de 15 años era algo necesario, no solo para honrar su recuerdo. También para, en el futuro, detenernos, obligarnos a pensar y recordar. Para advertir sobre la fugacidad y fragilidad de la vida.

 

 

 

Ese memorial con forma de casa es un espacio pintado de rosa del suelo al techo porque ese color era el favorito de la adolescente. Está aparentemente vacío, apenas contiene el escritorio de Hu, sus raquetas de voleibol, algunos de sus dibujos y la mochila que la joven llevaba al instituto. Esa idea de rescatar la memoria como riqueza y como advertencia está presente en toda la obra de este arquitecto. También en su actitud vital, que conecta la arquitectura con la filosofía, la escritura y, sobre todo, con una humanidad que la modernidad pareció descuidar.

 

Nacido en Chengdu (suroeste de China), Liu se graduó en 1982 en el Instituto de Arquitectura e Ingeniería de Chongqing, y siempre ha combinado la literatura con la arquitectura, que ha desarrollado en exclusiva en su país natal.“Escribir novelas y practicar la arquitectura son formas de arte distintas, y no busqué deliberadamente combinarlas. Sin embargo, tal vez debido a mi doble formación, existe una conexión inherente entre ellas en mi trabajo, como la calidad narrativa y la búsqueda de la poesía en mis diseños”, asegura Liu en declaraciones recogidas por la Fundación Hyatt.

 

Los edificios de Liu son "interpretaciones modernas de la arquitectura clásica china", incluidos los clásicos pabelllones milenarios chinos, como se puede ver en del Museo de Ladrillos de Horno Imperial de Suzhou (2016) o en los muros de ventanas del Pabellón Lancui del Humedal del Golfo de Egret (Chengdu, 2013).

 

Los balcones escalonados del Bloque C6 construido para Novartis en Shanghái (2014) recuerdan a torres que representan muchas dinastías y el Museo de Arte de Esculturas de Piedra de Luyeyuan (Chengdu, 2002), que alberga esculturas y reliquias budistas, está inspirado en un jardín chino tradicional, que equilibra el agua y las piedras antiguas para reflejar el paisaje natural.