William Buttery (WiredScore): “La conectividad ha dejado de ser un ‘nice to have’ para convertirse en un factor estratégico”
El director de WiredScore en España, Portugal e Italia destaca el compromiso del real estate español con los criterios ESG y la velocidad de adopción de las certificaciones digitales en Madrid y Barcelona.


9 jul 2025 - 09:00
En los últimos años, la conectividad digital y las infraestructuras inteligentes se han convertido en una parte fundamental de cómo los propietarios pueden posicionar sus activos, ya sea frente al mercado en general, a posibles inquilinos o a inversores. WiredScore, el referente global en tecnología inmobiliaria, ha establecido el estándar sobre cómo lograrlo.
Fundada en Nueva York en 2013, WiredScore ha certificado más de 4.000 activos en cuarenta países y cuenta con el respaldo de más de 900 promotores, inversores y gestores inmobiliarios.
La empresa entró en España en 2021 con una red inicial de 12 socios de lanzamiento, 25 edificios y la misión de acelerar la transformación digital del sector inmobiliario del país. Desde entonces, ha certificado más de tres millones de metros cuadrados en el país y ha colaborado con actores como Merlin Properties, Porlogis o Grupo GMP, que obtuvo la primera certificación SmartScore Platinum en la Península Ibérica.
Más recientemente, WiredScore continúa su expansión y recientemente ha puesto el foco en nuevos segmentos como el logístico e industrial. William Buttery, director de WiredScore en España, Portugal e Italia, repasa la trayectoria de la empresa desde su entrada en el mercado español y evalúa la madurez digital del parque inmobiliario del país.
Pregunta: WiredScore ha certificado cientos de activos en Europa, pero recientemente ha entrado en el segmento industrial ¿Por qué ahora?
Respuesta: El momento actual refleja un cambio en las prioridades estratégicas, tanto de los operadores logísticos como de los propietarios industriales. Hasta hace poco, la conectividad en logística se centraba en funcionalidades muy básicas, como asegurar los sistemas de inventario o mantener las redes de seguridad. Ahora se está produciendo un cambio con el auge de la automatización de procesos, la robótica, los análisis en tiempo real de la cadena de suministro y el seguimiento inteligente del inventario, que han elevado las exigencias sobre la infraestructura digital.
P: Y desde el punto de vista tecnológico, ¿qué desafíos específicos presenta esta tipología de activos en comparación con los edificios residenciales u oficinas?
R: Ya no se trata sólo de una necesidad operativa, sino de un diferenciador competitivo. A diferencia de las oficinas, los edificios industriales se suelen ubicar en zonas periurbanas o remotas, que tienden a tener un acceso más limitado a Internet de alta velocidad; internamente, el volumen y la estructura de estos activos puede complicar la distribución de la señal. Nuestra certificación aborda directamente estas carencias y proporciona a los propietarios industriales un marco que les ayude a superar este obstáculo.
P: ¿Cómo contribuye una certificación como la suya a mejorar la sostenibilidad de los edificios?
R: Aunque no somos una certificadora en sostenibilidad, la infraestructura digital es un gran facilitador del rendimiento medioambiental. Un edificio bien conectado permite integrar sistemas inteligentes que monitorizan y optimizan el uso de energía, agua y residuos. Por ejemplo, un edificio que cuente con plataformas interoperables que conecten sistemas de climatización, iluminación y sensores de ocupación permite ajustes dinámicos que ayudan a reducir el consumo.
P: ¿De qué manera ayudan los datos y la conectividad a gestionar el impacto medioambiental de un inmueble?
R: La conectividad mejora el compromiso de los inquilinos con la sostenibilidad, especialmente porque les da acceso a datos detallados sobre su propio consumo, lo que puede incentivar cambios de comportamiento. La certificación crea una capa de gobernanza sobre estos sistemas y asegura su uso efectivo y preciso. Los edificios inteligentes y bien conectados son la base de una estrategia de sostenibilidad escalable, no se puede tener un edificio sostenible sin que sea también inteligente.
P: En España, ¿cómo han evolucionado en términos de clientes, metros cuadrados certificados o tipologías de activos?
R: Desde que lanzamos en España hemos tenido un crecimiento muy relevante en los sectores de oficinas y residencial. Trabajamos con una mezcla de inversores institucionales y promotores privados y hasta la fecha hemos certificado más de 3 millones de metros cuadrados. Algunos hitos clave incluyen nuestra colaboración con Merlin Properties, que ya abarca 26 edificios en España y Portugal, y con Grupo GMP, que logró la primera certificación SmartScore Platinum en la Península Ibérica y que desde entonces ha certificado toda su cartera de multiinquilinos con WiredScore y SmartScore. Empezamos en Madrid y Barcelona y nos hemos expandido a otras ciudades como Málaga, Sevilla o Alicante. La entrada en el sector industrial es el siguiente paso, alineado con el auge logístico y la creciente demanda de una cadena de suministro tecnológicamente avanzada. La conectividad ha dejado de ser un nice to have para convertirse en un factor estratégico.
P: ¿Hasta qué punto influye una infraestructura digital sólida en el valor de los activos y en la toma de decisiones de inversión?
R: Los inversores se preguntan cada vez más si un edificio está preparado para las demandas actuales y futuras de los ocupantes. Tener una base sólida de conectividad ayuda a reducir el riesgo del activo, mejora la retención de inquilinos, apoya el trabajo híbrido y prepara el inmueble para los requerimientos de dentro de unos años. En este aspecto, un estudio reciente de Moody’s Analytics muestra que los edificios certificados por WiredScore experimentan un crecimiento del alquiler un 2,2% mayor y una tasa de desocupación un 3,8% menor respecto a los no certificados. También hemos visto que la preparación digital y la infraestructura se están integrando en las due diligence técnicas durante adquisiciones, especialmente en oficinas y cada vez más en logística.
P: Una crítica habitual al sector inmobiliario es su bajo ritmo en adoptar innovación. ¿Qué barreras se encuentran más a menudo al implementar vuestra solución? ¿Y qué papel juegan los propietarios en ese proceso?
R: La mayoría de los activos se construyeron antes de que la conectividad digital fuera esencial, así que su modernización se percibe como compleja y costosa, aunque el desafío suele ser más cultural que técnico. Los responsables de la toma de decisiones quizá no tienen el marco interno ni los incentivos para priorizar el rendimiento digital, y aquí es donde los propietarios juegan un papel clave. Los proyectos más exitosos son aquellos en los que los propietarios ven la tecnología como una inversión a largo plazo y no como un gasto puntual. Son ellos los que integran la infraestructura digital y la tecnología en sus estrategias de gestión de activos, y nuestras certificaciones están dirigidas precisamente a ofrecer una forma transparente y estandarizada de evaluar y comunicar el rendimiento digital y tecnológico.
P: ¿Qué diferencias observan entre países del sur de Europa como España, Italia o Portugal en cuanto a madurez digital del parque inmobiliario?
R: España lidera en cuanto a escala y velocidad de adopción, especialmente en Madrid y Barcelona. Italia está avanzando, sobre todo en Milán, gracias al impulso del capital internacional que acelera la modernización. Portugal, aunque es un mercado más pequeño en volumen, es interesante por su agilidad y su visión de futuro en la integración de infraestructura digital en los desarrollos nuevos. Cada uno presenta dinámicas regulatorias y de mercado distintas, pero la tendencia apunta a la conectividad como un marcador de calidad. Los inversores, promotores y promotores de los tres países son los que están liderando esta transformación.
P: ¿Cómo está estructurado el proceso de certificación? ¿Qué criterios se evalúan y cómo se traducen en beneficios tangibles para propietarios y operadores?
R: El proceso se inicia con una auditoría técnica de la infraestructura de digital del edificio, ya sea en la fase de diseño para nuevos desarrollos o mediante inspección en los ya existentes. Evaluamos aspectos como la resiliencia de los proveedores de telecomunicaciones, la cobertura móvil, el acceso a múltiples proveedores de internet, canalizaciones de cableado y la preparación para tecnologías futuras. Cada uno de estos criterios se compara con estándares globales, lo que da lugar a un informe de puntuación transparente. Esto ayuda a los propietarios a identificar debilidades, planificar mejoras y comunicar ese rendimiento tanto a inquilinos como a inversores. Para los operadores, se traduce en eficiencia operativa y una experiencia de usuario mejorada.
P: ¿Qué previsiones tiene WiredScore en los próximos años en España?
R: Nuestra prioridad es profundizar nuestro impacto en todos los tipos de activos en los que ya estamos presentes, pero a lo largo de todo su ciclo de vida. Lo hacemos asegurando que la infraestructura digital sea una parte central de cómo se diseña, construye y gestiona el inmueble. En España, esto significa expandir nuestra presencia en logística, escalar las certificaciones residenciales y también integrar nuestros estándares en proyectos de regeneración urbana mediante la certificación de vecindarios WiredScore. España y Portugal son mercados muy enfocados en los criterios ESG y queremos ayudar a nuestros clientes a conectar sus estrategias digitales con sus objetivos medioambientales y sociales. Nuestra visión a largo plazo es hacer que la conectividad digital sea tan fundamental como la energía o el agua a la hora de definir el rendimiento de un edificio. Queremos que los edificios sean más inteligentes y mejor conectados.