El ‘real estate’ eleva un 3,4% sus emisiones a la atmósfera en 2021

El inmobiliario sigue elevando sus emisiones a la atmosfera. En 2021, las actividades relacionadas con el sector inmobiliario emitieron a la atmosfera 3,5 millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI), un 3,4% más que en el ejercicio anterior, cuando la cifra se situó en 3,9 millones, según la Estadística de Emisiones a la atmosfera publicada este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El subsector de la construcción, que es el segmento del real estate que más gases de efecto invernadero emite, concentrando un 82% del total en 2021, elevó sus emisiones hasta 3.500 millones de euros, un 4% más respecto al ejercicio anterior.

Tanto las actividades inmobiliarias como las del alquiler también incrementaron sus emisiones de GEI en 2021, concretamente un 0,9%. El subsector de actividades inmobiliarias expulsó a la atmosfera 0,5 millones de toneladas y las actividades del alquiler, un total de 0,13 millones de toneladas.

El subsector de la construcción es el segmento del ‘real estate’ que más gases de efecto invernadero emite, concentrando un 82% del total en 2021

El Consejo de la Unión Europea alcanzó un acuerdo el pasado octubre sobre una propuesta de revisión de la directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios. Los principales objetivos de la revisión fue que todos los edificios nuevos sean edificios de cero emisiones de aquí a 2030 y que los inmuebles ya existentes se transformen en edificios de cero emisiones de aquí a 2050.

El Consejo acordó que, a partir de 2028, los edificios nuevos propiedad de organismos públicos sean edificios de cero emisiones; a partir de 2030, todos los edificios nuevos serán edificios de cero emisiones. La UE apuntó que será posible establecer excepciones para determinados edificios, en particular edificios históricos, lugares de culto y edificios utilizados con fines de defensa.

En lo que se refiere a los edificios existentes, los Estados miembros acordaron la introducción de normas mínimas de eficiencia energética que corresponderán a la cantidad máxima de energía primaria que pueden utilizar los edificios por metro cuadrado al año. El fin es activar renovaciones y conducir a una eliminación gradual de los edificios menos eficientes y a una mejora continua del parque inmobiliario.