Mercado

Especial 2020: el negocio del ‘real estate’ en el año del Covid-19

Las ‘proptech’, ante el reto de aprovechar el ‘boom’ digital

Con la pandemia, la digitalización del sector se ha acelerado, pero las start ups no son inmunes a la crisis y tendrán que aguantar el golpe antes de acelerar su crecimiento.

Marta Tamayo

31 dic 2020 - 04:57

Las ‘proptech’, ante el reto de aprovechar el ‘boom’ digital

 

Como cada año, EjePrime realiza en las últimas semanas de diciembre un repaso a los últimos doce meses en el negocio del real estate, marcados por el impacto de la pandemia del Covid-19. Análisis macroeconómico de España y el mundo, un repaso de los fenómenos sociales que ha provocado el coronavirus y un recorrido por el impacto en las principales empresas del sector forman el Especial 2020: el negocio del real estate en el año del Covid-19.

 

 

 

Cuando las calles se vaciaron por completo en marzo, sólo quedó una realidad a la que agarrarse: la digital. Durante los primeros meses de pandemia medio mundo cerró puertas y persianas para pasar una cuarentena que se iría alargando hasta el verano. Para seguir operando, las compañías del sector inmobiliario tuvieron que focalizarse en el online, provocando un aumento del uso de las herramientas digitales en el real estate.

 

En un sector donde la digitalización anda en pañales, el confinamiento supuso un gran impulso para las proptech. Sin embargo, la crisis económica provocada por la alerta sanitaria también afectó a las empresas del sector, que tuvieron que congelar sus planes de expansión a la espera de la recuperación económica.

 

Uno de los efectos de la pandemia fue el frenazo en la integración de proptech. En un segmento con una alta atomización, se preveían fusiones entre competidores para conseguir arañar más cuota de mercado, pero la crisis paralizó la mayoría de los movimientos corporativos.

 

En España, el sector sólo registró una gran operación de compraventa en 2020. El grupo de inversión EQT adquirió el 80% del portal de vivienda Idealista por 1.300 millones de euros en septiembre. Antes del cierre de la operación, otros fondos como KKR o Silverlake tantearon la empresa, pero finalmente fue el fondo sueco el que se hizo con el portal creado por Jesús Encinar.

 

 

 

 

 

Pese a que la entrada de nuevos inversores en las proptech se retrasara en 2020, se prevé una recuperación a medio plazo. Este frenazo tendrá peores consecuencias para aquellas empresas que aún no tenían su negocio validado, así que las start ups más jóvenes son las que a priori tendrán mayores problemas para seguir a flote.

 

Otra tendencia que esperaba triunfar en 2020 y que fue relegada a un segundo plano en el universo proptech es la sostenibilidad. La emergencia climática dejó de ser una prioridad para el sector, así que aquellas empresas que habían basado su estrategia en proyectos para hacer el real estate más sostenible tendrán que esperar para registrar un crecimiento significativo o el interés de los inversores.

 

Aunque las grandes perjudicadas del segmento fueron las compañías dedicadas al alquiler vacacional de viviendas. Aquellas empresas que habían optado por el modelo Airbnb han visto descender su demanda. El gigante estadounidense registró unas pérdidas de 669,9 millones de dólares hasta septiembre. Su actividad cayó debido a las restricciones sobre la movilidad impuestas para frenar la crisis sanitaria.

 

Sin embargo, esta caída de la demanda provocó un trasvase de la oferta y las proptech especializadas en alquiler de media duración, que multiplicaron su cartera de inmuebles tras absorber todos aquellos propietarios que, tras abandonar el alquiler vacacional, no se decantan por el arrendamiento tradicional.

 

Aun así, el ecosistema proptech divisa una luz al final del túnel.

 

 

 

 

El mercado digital se ha visto fortalecido con la actual crisis y es uno de los ganadores que deja el año, ya que el mercado aceleró la digitalización de las empresas del sector y algunas fuentes apuntan a que el segmento de las nuevas empresas digitales puede recuperarse en forma de V.

 

El confinamiento y la necesidad de adoptar el teletrabajo a gran escala por parte de la mayoría de las empresas en un corto lapso de tiempo provocaron que las compañías hayan visto la necesidad de adoptar herramientas tecnológicas que les permitan mantener su productividad. 

 

Por ello, las empresas tecnológicas del sector inmobiliario se encuentran con la posibilidad de un crecimiento exponencial en el momento en el que la situación sanitaria, y en consecuencia la económica, mejore, aunque deben garantizar su supervivencia hasta ese momento.

 

En este sentido, la mayoría de las compañías del sector optaron por estrategias de preservación de caja que les permitan mantenerse operativas a largo plazo, dejando de lado los planes de crecimiento planeado antes del estallido de la pandemia.

Un ejemplo de esta estrategia es la marcha atrás de Badi en su expansión internacional. La proptech dirigida por Carlos Pierre recentralizó su actividad en Barcelona tras el impacto de la crisis del coronavirus.

 

 

 

 

 

La compañía tenía previsto abrir una oficina en Nueva York dirigida por Brett Newman, hasta el momento vicepresidente de aprovisionamiento en Roomi en el área de Nueva York, pero canceló los planes para centrarse en la gestión de su actividad. Además del salto del charco que nunca se produjo, la proptech ha cerrado sus oficinas en Londres y Berlín, ciudades donde sigue ofreciendo sus servicios, pero sin sede física.

 

Otra de las principales proptech del mercado también tuvo que redirigir su estrategia y centrarse en la gestión para sobrevivir, aunque en este caso el ajuste ha sido más duro. Spotahome ha realizado un expediente de regulación de empleo (ERE) con el objetivo de recortar en un 80% el gasto general de la empresa.

 

La start up participada por empresas como Kleiner Perkins o FG anotó su última entrada de capital de 34 millones de euros a través de una ronda de financiación en 2018, pero tras el impacto inicial de la crisis del Covid-19 sus inversores realizaron otra inyección de capital (cuyo importe no ha trascendido).

 

Otras compañías han seguido creciendo, a pesar de todo, en 2020. Housfy, especializada en la compraventa de pisos entre particulares, cerró una ronda de financiación de tres millones de euros para acelerar su crecimiento, con el objetivo de aprovechar la transformación digital que está propiciando la pandemia.

 

 

 

 

 

Compañías como Seaya Ventures y los fondos internacionales Torch Capital, DN Capital y Cathay Capital, ya presentes en el accionariado de la compañía, inyectaron el capital para la división de alquileres y el crecimiento de las verticales de compraventa e hipotecas a nivel nacional. La compañía también recibió en julio luz verde del Banco de España para crear su propia filial de intermediación hipotecaria para particulares y empresas, Housfy Finance, con la que prevé cerrar 1.500 préstamos inmobiliarios hasta finales de 2020.

 

Más allá de la vivienda, las proptech que han centrado su modelo de negocio en el ecommerce están viviendo un momento más dulce. Citibox, compañía de buzones para la recepción de comercio electrónico ha crecido pese al Covid-19. Durante el estado de alarma, la firma española pasó de contar con 18.220 buzones a 22.300 instalaciones en Madrid y la circulación de paquetes entregados se incrementó un 67% durante el confinamiento en los meses de la primera ola.

 

Otro sector que creció durante el año fue el de las compañías especializadas en crowdfunding. Empresas como Urbanitae, Wecity o Izilend se valen del ecosistema digital para financiar proyectos inmobiliarios. Aunque muchas de ellas no alcanzaron sus objetivos planteados a inicio de año, consiguieron seguir a flote anotando operaciones. En el caso de Urbanitae, la compañía estimaba cerrar 2020 habiendo levantado algo más de nueve millones de euros de capital para proyectos inmobiliarios y prevé alcanzar treinta millones en 2021. Mientras que Izilend cierra 2020 habiendo captado 65 millones de euros en inversiones y apuesta por los cien millones en 2020.

 

Las protech de financiación participativa han cobrado un nuevo protagonismo con la crisis, ya que las entidades bancarias, principales financiadores del mercado, mirarán con lupa sus operaciones ante los efectos de la crisis del Covid-19. Por ello, empresas como socimis o inversores internacionales están recurriendo a estos modelos alternativos de financiación.