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El ‘real estate’, resistente a la crisis climática: Moody’s califica su deuda de bajo riesgo

Tras analizar 89 sectores, la compañía de rating ha señalado que hay un riesgo alto en parte de la deuda empresarial global debido a la crisis climática.

Marta Tamayo

16 dic 2020 - 04:51

El ‘real estate’, resistente a la crisis climática: Moody’s califica su deuda de bajo riesgo

 

 

El real estate hace los deberes en sostenibilidad. Transición del carbono, condiciones climáticas extremas, la escasez de agua, contaminación y capital verde son los factores que amenazan la estabilidad de las empresas y la agencia de rating Moody’s ha analizado su impacto en 89 sectores para evaluar si las empresas están preparadas para afrontar la crisis climática. En concreto, ha evaluado la calidad crediticia de su deuda.

 

En total, la agencia ha analizado 79 billones de deuda empresarial, de los cuales 3,4 billones cuentan con un riesgo crediticio alto o muy alto debido a su exposición ante la transición ecológica y los efectos del cambio climático. Esta cifra supone un incremento del 49% desde 2018 y un aumento del 64% comparado con las cifras de 2015.

 

Moody’s ha calificado la deuda del inmobiliario como de bajo riesgo ante la crisis climática. Por el contrario, otros sectores, como la minería o la industria automovilística, afrontan un riesgo alto o muy alto por los efectos del cambio climático.

 

 

 

 

El sector que saca un mayor riesgo es el de la minería. Moody’s lo ha calificado como la única industria que, debido a la crisis climática, afrontará un muy alto riesgo en su deuda, que alcanza los 10.000 millones de dólares. Le sigue la industria petrolera, con 799.000 millones de deuda y calificación de alto riesgo.

 

Otro de los sectores que ha sido calificado como de alto riesgo ante la emergencia climática es el de materiales de la construcción, que suma una deuda de 90.000 millones. La industria cuenta con un riesgo alto debido a la gran emisión de gases de efecto invernadero que genera. La producción de cemento es responsable del 7% del dióxido de carbono que se emite a la atmosfera, así que es el segmento más expuesto dentro del sector.

 

“Aunque un cambio en el proceso de producción del cemento puede ayudar a reducir las emisiones de dióxido de carbono, la industria requiere un desarrollo rompedor y a gran escala empujado por las tecnologías de carburación de carbono”, sostienen desde la agencia.

 

 

 

Por su parte, las compañías inmobiliarias, con una deuda de 483.000 millones de dólares, cuentan con un riesgo bajo ante la crisis climática. “Los propietarios tienen a contar con una cartera diversificada, con lo que mitigan su riesgo”, apunta Moody’s. Además, el sector cuenta con altas regulaciones de sostenibilidad en un gran número de países.

 

Las compañías del real estate cuentan con una exposición moderada ante riesgos derivados de la transición del carbono y los riesgos físicos por los factores climáticos extremos derivados del cambio climático como huracanes o sequías. Pero ante la escasez de agua, la contaminación y el capital verde se muestra resiliente.

 

Aun así, la agencia señala que aquellas compañías que operen en regiones más vulnerables al cambio climático y cuenten con una cartera menos diversificada pueden afrontar un riesgo más alto. Moody’s sostiene que los propietarios deberán invertir en sus activos para hacerlos más sostenibles y resistentes a los efectos de la emergencia climática.

 

 

 

 

En el segmento de la vivienda pública, con una deuda de 185.000 dólares, la agencia señala que, aunque no exista riesgo en el sector, puede haber algunas promociones que sí estén altamente expuestas a los efectos físicos del cambio climático como lluvias, inundaciones, terremotos o sequías.

 

Por su parte, la construcción suma una deuda de 43.000 millones de dólares y afronta un riesgo bajo ante la crisis climática. En este caso, la emergencia climática supone más beneficios que riesgo al sector, ya que en los próximos años se deberá rehabilitar gran parte del parque de vivienda para hacer los edificios más eficientes energéticamente y menos contaminantes.