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¿Mudanzas para impulsar el residencial? La recuperación frena los cambios de ciudad en España

Los cambios de ciudad se frenan en España con el inicio de la recuperación: menos de 1,5 millones de personas cambiaron de población de residencia en 2017.

C. de Angelis

29 jun 2018 - 04:51

¿Mudanzas para impulsar el residencial? La recuperación frena los cambios de ciudad en España

 

 

¿La movilidad de la población se ha convertido en un dinamizador del mercado residencial, especialmente del alquiler, en España? Así lo cree Claudio Boada, primer ejecutivo de Blackstone en España, quien considera que “cada vez hay más gente que quiere alquilar; profesionales, estudiantes y otros grupos de población están cambiando de residencia más a menudo”, según expuso este miércoles durante su intervención en la comisión de investigación en el Congreso sobre la crisis financiera y el rescate bancario en España.

 

El aumento de la movilidad es una verdad a medias, atendiendo a los datos sobre variaciones residenciales publicados esta misma semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De estas estadísticas se desprende que, aunque la movilidad residencial con cambio de municipio dentro de España fue al alza antes de la crisis y, especialmente, durante la recesión, la recuperación económica parece haber desincentivado a los españoles a cambiar de residencia.

 

En 2016 y 2017, en el conjunto de España se registraron menos de 1,5 millones de variaciones residenciales interiores, un umbral que sí se había superado en los doce años precedentes. Las variaciones residenciales interiores son las producidas entre los diferentes municipios de España. En concreto, el año pasado se registraron en el país 1,499 millones de mudanzas de este tipo, casi el mismo número que en el ejercicio anterior, cuando se registraron 1,48 millones de variaciones.

 

Las cifras son ciertamente más altas que en el inicio de la serie estadística, que se inicia en 1998, cuando poco más de 930.000 personas cambiaron de municipio dentro del país, y de los tres años siguientes, cuando también rondó el millón de personas. Fue a partir de 2012 cuando la movilidad comenzó a crecer con fuerza: 1,3 millones de personas cambiaron residencia ese año, por cerca de 1,5 millones en los dos años siguientes.

 

 

 

 

El máximo se alcanzó precisamente cuando la crisis financiera internacional asomaba, en 2007; entonces, en el país cambiaron de población de residencia casi 1,8 millones de personas. Hasta 2011, el número de variaciones residenciales interiores se mantuvo por encima de los 1,6 millones, para ratios en torno a los 1,55 millones en los cuatro años siguientes.

 

No obstante, detrás de estas oscilaciones no hay un cambio en los hábitos de los españoles y una apertura hacia la movilidad territorial. Desde 2003, los cambios de residencia de ciudadanos españoles han oscilado entre 1,27 millones de personas (máximo registrado en 2006) y 1,15 millones de personas (mínimo registrado en 2008).

 

Las magnitudes son en términos relativos mucho más altas entre los ciudadanos extranjeros, mucho más habituados a cambiar de residencia dentro de España: entre 1999 y 2007, el número de variaciones residenciales protagonizadas por extranjeros pasó de 50.944 a 535.000.

 

Pese a ello, desde el año de comienzo de la crisis, el número de variaciones residenciales protagonizadas por extranjeros ha caído progresivamente en España, hasta el mínimo de 313.000 de 2016. En 2017, esta magnitud registró un pequeño repunte, al subir hasta 322.000 cambios de residencia.

 

Saldo con el exterior

Otro aspecto de la movilidad es la inmigración y la emigración, que por supuesto afecta también a la demanda de vivienda. Hasta 2007, cuando España concluyó un inédito ciclo expansivo en su economía, el saldo exterior de variaciones residenciales era claramente positivo en España, aumentando año a año.

 

Hasta 2007, el saldo con el exterior fue en aumento en España; en 2012, 2013 y 2014, hubo más bajas que altas en los padrones del país

 

De esta forma, si en 1998 la hubo 81.227 altas más que bajas en los padrones españoles frente a los extranjeros, en 2007 este saldo fue de 731.201 personas. El inicio de la recesión dio la vuelta a esta tendencia y el saldo positivo de altas y bajas bajó hasta 459.000 en 2008, 175.000 en 2009, 90.000 en 2010 y 84.000 en 2011.

 

En 2012, 2013 y 2014 hubo más salidas del país que entradas, con saldos negativos que fueron aumentando de los 6.500 de 2012 a 46.000 en 2014. Ese año, el saldo exterior fue negativo tanto entre españoles (-35.000) como entre los extranjeros (-10.000).

 

Asimismo, mientras la recuperación no ha impulsado los cambios de municipios de residencia dentro de España, sí ha permitido recuperar el saldo positivo con el exterior: 29.000 variaciones residenciales del extranjero a España en 2015, 123.000 en 2016 y 226.000 en 2017.