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Marta Vall-llosera (Cscae): “La arquitectura es la piedra angular frente al cambio climático”

La presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España analiza el rol de la arquitectura en problemáticas actuales como la sostenibilidad, el acceso a la vivienda y la calidad de vida de los ciudadanos. 

Marta Vall-llosera (Cscae): “La arquitectura es la piedra angular frente al cambio climático”
Marta Vall-llosera (Cscae): “La arquitectura es la piedra angular frente al cambio climático”
Marta Vall-llosera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.

María Bertero

19 sep 2024 - 05:00

Hace más de dos años que Marta Vall-llosera ocupa la presidencia del Consejo Superior del Colegio de Arquitectos de España (Cscae), aunque lleva toda su trayectoria profesional ligada a la arquitectura, planeamiento y diseño de entornos habitacionales. Graduada en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Vall-llosera se adentra en cuestiones que hoy en día ocupan gran parte de la agenda de la arquitectura como la sostenibilidad, la construcción industrializada y el avance de las nuevas tecnologías. 

 

Pregunta: ¿Cómo conviven los arquitectos con el avance de la construcción industrializada? 

Respuesta: La construcción industrializada se viene utilizando en arquitectura desde hace muchísimos años, de la mano de arquitectos como Frank Lloyd Wright y con muchas obras de referencia. Ya desde ese entonces se planteaba a la construcción industrializada como vehículo para lograr un uso racional de los materiales y el aprovechamiento de recursos naturales, valores que hoy en día están muy ligados a la sostenibilidad que tenemos tan presentes ahora en nuestro sector. Esa industrialización nos ha acompañado hasta hoy, también con el control de tiempos de ejecución o los costes del proceso productivo. Gracias a la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías, la construcción industrializada va a seguir teniendo un rol relevante en todo este proceso de transformación por el que está pasando el sector de la edificación, tanto en los procesos como en los recursos productivos que vamos a utilizar. Además, los avances tecnológicos deben ser capaces de permitirnos ir más allá de los modelos repetitivos, porque esto nos va a permitir adaptarlo a la arquitectura de calidad urbana, que es un requisito sumamente necesario para el bienestar de las personas y la sostenibilidad del planeta. 

 

P.: ¿Es una amenaza para el sector o una oportunidad?

R.: Efectivamente es una oportunidad. Hay que entenderla no como un fin en sí mismo, sino como una herramienta para optimizar procesos. Las nuevas tecnologías van a permitir conjugar la industrialización con la arquitectura adaptada al lugar donde se está construyendo. En estos momentos, el sector tiene dificultades como la falta de mano de obra y la industrialización es una herramienta que puede solventar esa carencia. Pero también es importante destacar que el proceso de industrialización tiene que ir en concordancia con las necesidades de las personas que van a habitar ese espacio y al entorno donde se construye. En esto hace énfasis la Nueva Bauhaus Europea impulsada por Úrsula Von der Leyer, donde se pretende conjugar innovación, belleza e inclusión. Yo le sumaría los aspectos culturales e identitarios. 

 

 

 

 

P.: ¿Hay arquitectos especializados en construcción industrializada?

R.: Si bien es algo que se está llevando hace muchos años, el sector está atravesando fuertes cambios debido al desarrollo de las tecnologías y de la inteligencia artificial generativa que va a tener un papel clave. Insistimos en que la industrialización es un instrumento adecuado para contribuir a los cambios medioambientales y en esa búsqueda de la eficiencia del uso de recursos. Desde el Consejo del Colegio planteamos en el Observatorio 2030 un ciclo de soluciones constructivas industrializadas, con ejemplo que ya se han desarrollado y que sirven de ejemplo al futuro. Evidentemente es una nueva forma de proyectar, porque hay que tener en cuenta estos procesos desde el inicio, además implica un trabajo interdisciplinar, para ir de la mano con otros sectores para lograr todos el mismo objetivo.  

 

P.: ¿Qué modelo de ciudad se proyecta desde el Colegio? 

R.: La arquitectura y el urbanismo tienen un papel fundamental para mejorar la manera de habitar las ciudades, para hacerlas más saludables, amables y humanas. Con el calentamiento global como principal problemática y entendiendo la urgencia del tema y cómo nuestro sector se puede involucrar, promovemos apostar por un modelo de ciudad mediterránea, compacta, con mezclas de usos, recuperando o planificando nuevas zonas verdes. En este modelo de ciudad se promueve una movilidad sostenible, basada en zonas peatonales, carriles ciclistas, fomentando el uso del transporte público y evitando desplazamientos innecesarios. Las ciudades mediterráneas, a diferencia de otros modelos, es mucho más sostenible desde el punto de vista medioambiental, económico, pero también social, ya que se promueve la equidad y justicia social. Por eso es importante impulsar la regeneración urbana y la renovación de las ciudades para hacer frente al cambio climático. Casi todas las ciudades de España cuentan con al menos algún aspecto de estos modelos. También promovemos la mejora energética de edificios, para enfrentar las olas de calor extremas, entre otros aspectos. 

 

P.: ¿Están ganando más peso los proyectos urbanos sobre la planificación de las ciudades? 

R.: Los proyectos urbanos y la planificación deberían ir de la mano, pero es verdad que la planificación debe tener en cuenta aspectos muy globales de lo que es la ciudad, porque cualquier intervención incide en el aspecto y funcionamiento general de las ciudades. 

 

P.: ¿Es posible imponer un proyecto de ciudad por encima del mercado libre? 

R.: La planificación urbana debe tener en cuenta aspectos sociales, culturales, económicos y medioambientales. En una sociedad en la que todo sucede de forma tan vertiginosa, la arquitectura nos obliga a repensar en el medio y largo plazo, porque tanto la arquitectura como el urbanismo tienen esa vocación de permanencia. Los retos medioambientales han convertido a la arquitectura en una piedra angular frente al cambio que se necesita. Por eso reivindicamos la calidad del entorno más que nunca como una garantía para el bien común, ligado a la preservación del paisaje y entenderlo como un derecho ciudadano, independientemente del poder adquisitivo o del lugar donde vivamos o hayamos nacido. 

 

 

 

 

P.: Respecto a otros países, ¿qué tan sostenible es la arquitectura y la construcción en España?

R.: Los cambios normativos han acelerado la arquitectura y la planificación sostenible, ligados a acuerdos internacionales y estrategias políticas para dar lugar a los objetivos del acuerdo de París. Ahora veremos también cambios importantes por la nueva versión de la directiva europea de eficiencia europea, que exigirá nueva certificación energética, pasaporte digital de los edificios. Además, influirá en la forma en que los arquitectos proyectamos los espacios que vamos a habitar y nos va a obligar a tener en cuenta diversos aspectos desde el inicio del proyecto, como los materiales, el ciclo de vida completo del edificio, su mantenimiento, las emisiones de efecto invernadero que va a provocar y el impacto reutilizable de los materiales usados a la hora de demoler el edificio. 

 

P.: ¿Se puede ayudar a resolver el problema de la vivienda a través de la arquitectura? 

R.: En nuestro último foro internacional hace tres años dimos gran importancia a este tema, sin duda es una problemática que nos preocupa. La desigualdad entre la oferta y la demanda del parque residencial, las políticas regulatorias, la financiación y promoción de viviendas son algunos de los aspectos que están acarreando esta situación. Como el problema es complejo, las soluciones también lo son, con muchos agentes implicados. La arquitectura tiene la misión de garantizar calidad en la vivienda, adaptadas a las necesidades de cada persona. Esto se puede abordar desde dos vertientes. Primero teniendo en cuenta lo que es la transformación del parque edificado, desde una visión. Y segundo, fomentar la colaboración público-privada, buscando soluciones en diferentes zonas territoriales, ya que en cada espacio hay diferentes problemas. Ese análisis, que debe hacerse en profundidad, debe partir desde el consenso y con visión a largo plazo. 

 

P.: ¿Cómo cree que va a evolucionar esta problemática? 

R.: Hay una concienciación importante por parte de todos, teniendo en cuenta los tiempos y que la construcción tiene unos procesos excesivamente largos en muchas ocasiones. Todos en conjunto deberíamos analizar las problemáticas y buscar soluciones para agilizar al máximo esos procesos, teniendo en cuenta aspectos múltiples y escuchando al sector en su conjunto. 

 

P.: ¿Cómo cree que serán las ciudades del futuro? ¿Más como el modelo smart city o con otros paradigmas? 

R.: Creo que estamos yendo a ese modelo de ciudad mediterránea, compacto, que optimiza y que nos permite un modelo mucho más sostenible. Sin duda, las nuevas tecnologías van a estar vinculadas al futuro de las ciudades, al servicio de la planificación, pero también de los ciudadanos. 

 

P.: ¿Qué medidas le propondría al Gobierno para abordar el problema del acceso a la vivienda?

R.: Problemas como el aumento de precios o el envejecimiento de la población han dificultado el acceso a la vivienda asequible. La oferta no sólo no crece al mismo ritmo de la demanda, sino que en algunas ciudades se ve reducida por el impacto del turismo. Falta mucha vivienda social de titularidad pública, el parque es muy inferior al de la mayoría de los países europeos. Desde el Consejo entendemos que aumentar la vivienda pública es crucial, pero hace falta un diagnóstico certero, partiendo de datos objetivos que nos identifiquen la realidad de cada territorio y nos facilite la toma de decisiones. Es importante establecer un plan de acción común para identificar áreas prioritarias y qué acciones necesitan más urgencia. También es fundamental promocionar la calidad en todos los procesos de producción y diseño de vivienda asequible, lo que implica reforzar el trabajo entre todos los profesionales que conformamos el sector y crear sinergias entre innovación, diseño y aspectos culturales para conseguir ese triple objetivo de sostenibilidad ambiental, económica y social en la vivienda. 

 

P.: ¿Y para mejorar la sostenibilidad?

R.: Planificar de forma equilibrada y objetiva la rehabilitación y renovación de las viviendas, en línea con los objetivos medioambientales 2030, de las agendas urbanas, del pacto verde europeo, de la Nueva Bauhaus Europea, teniendo en cuenta los aspectos de belleza y culturales que van incorporados a la recientemente aprobada ley de arquitectura.