Las rentas del alquiler de vivienda avanzan un 2% en agosto

El avance de las rentas del alquiler sigue contenido por el tope gubernamental. Los contratos de alquiler de vivienda principal anotaron un incremento del 2% en agosto, lo que supone volver a anclar su evolución al límite marcado por el gobierno después de dos meses con alzas del 2,1% según los datos definitivos del Índice de Precios de Consumo (IPC) publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por su parte, la tasa de inflación general se situó en el 2,6%, tres décimas por encima de la registrada en julio. Estadística apunta que el aumento en agosto se debe a la subida de los precios de carburantes y lubricantes para vehículos personales, después de que en el mismo mes de 2022 los precios de los combustibles de moderaran. Frente al incremento del índice general, la tasa anual de la inflación subyacente disminuyó una décima, hasta el 6,1%.

Así, con los datos definitivos de agosto, las rentas del alquiler dejan atrás dos meses consecutivos anotando un alza interanual del 2,1% y se sitúan en el mismo rango que en enero, febrero y abril, cuando el precio del alquiler de vivienda también avanzó un 2%. Es probable que la cifra se mantenga alrededor de este incremento lo que resta de año, ya que el Gobierno decidió a finales del año pasado alargar la limitación del 2% en la revisión de contratos aprobada en marzo de 2022 a todo 2023. Para 2024, el tope se elevará al 3%.

En términos intermensuales, en julio se incrementó el precio del alquiler un 0,1%, una décima menos de la registrada en julio. Durante todo el año, los incrementos han oscilado entre el 0,1% y el 0,2%. Con todo, el alquiler de vivienda acumula un alza de precios del 1,4% en los ocho primeros meses del año.

Por su parte, los precios asociados a la conservación y reparación de vivienda anotaron en agosto un incremento del 5% respecto al mismo periodo del año anterior. La tasa supone un aminoramiento de una décima respecto a la de julio y la menor del año.

El IPC de la vivienda, que engloba el gasto de agua, electricidad y otros combustibles, se desplomó un 18%. Por su parte, los materiales para la conservación y reparación de la vivienda se encarecieron un 5,5% en el periodo y los servicios para la conservación y reparación un 4,8%. En ambos casos, la cifra era la menor de los ocho meses del año.