Empresa

Amat Inmobiliaria: setenta años de resistencia femenina en el ‘real estate’

Concepció Amigó tomó las riendas de la empresa a los 25 años tras la muerte de su marido con una plantilla formada exclusivamente por mujeres hasta la ley de paridad de 2005.

Marta Tamayo

13 jul 2020 - 04:57

Amat Inmobiliaria: setenta años de resistencia femenina en el ‘real estate’

Cuando Concepció Amigó tomó las riendas de la inmobiliaria Amat tras la muerte de su marido todo parecía estar en su contra: mujer, joven y en el sector inmobiliario de los años cincuenta. Setenta años después y con una compañía liderada por la tercera generación, su hija, Imma Amat, actual presidenta del consejo de administración de Amat Immobiliaris, le adjudica gran parte del mérito, “trabajo muchísimo, ahora le llamarían resiliencia”, asegura.

 

Al dar aquel primer paso en 1952 e iniciar sola su andadura en el mundo inmobiliario, perdió la mitad de los clientes que no confiaban en una mujer de 25 años para administrar sus activos. Aquella desconfianza, que la persiguió durante años, sólo la suplió con trabajo y resistencia.

 

En los primeros años de la compañía, Amigó instaló en su casa las oficinas de la inmobiliaria y cuando sus hijas fueron mayores, abandonaron los juegos en la calle para unirse a su madre en el despacho casero a pasar facturas y cobrar recibos.

 

 

 

Al ver como trataban a mi madre nos nació conciencia feminista”, afirma Imma Amat, que se pasó la adolescencia yendo a los barrios obreros de Cornellà y Barcelona a cobrar alquileres en nombre de la inmobiliaria, hecho que provocó que también se les despertara conciencia social que aún le acompaña.

 

Aquellos primeros años de resiliencia provocaron que cuando Amat pudo ampliar la plantilla, se decidió por contratar sólo a mujeres. “Nos trataban como si les estuviéramos quitando el trabajo, como si fuéramos intrusas, y queríamos demostrar que una empresa formada por mujeres podía funcionar”, asegura Amat.

 

Esta decisión marcó el destino de la empresa. La inmobiliaria Amat se adelantó a su tiempo y en los años sesenta empezó a hablar de políticas de conciliación e implantar horarios flexibles. Además, provocó que los sueldos de las trabajadoras superaran la media del sector, ya que, si no, las acusaban de contratar a mujeres para ahorrarse en salarios: “así de implantada estaba la brecha salarial”, recuerda Amat.

 

 

 

La compañía invirtió en la formación de sus trabajadoras desde el principio: “era la única manera de que nos hicieran caso en las reuniones”, asegura Amat. “Nos preparábamos más, éramos más flexibles y disciplinadas”, señala.

 

Con la ley de paridad de 2005, la empresa tuvo que reinventarse, igual que muchas otras, pero hacia la dirección contraria. La promotora incorporó sus primeros trabajadores hombres tras sumar más de cuarenta trabajadoras. “Tuvimos que pedir un plan a medida para integrar a los hombres”, asegura Amat.

 

Quince años después de que el primer hombre se incorporará a la plantilla de la empresa, la compañía está hoy dirigida por uno: Guifré Homedes Amat, nieto de Concepció Amigó, ha tomado las riendas.

 

Setenta años después de que su madre levantara la empresa, Amat nota que el sector ha cambiado y cada vez hay más hueco para el talento femenino. “Costó muchos años, pero siento que en el sector hay un reconocimiento hacia el trabajo que hicimos”, admite Amat.

 

Durante el primer semestre de 2019, el último que la compañía compartió resultados, la compañía registró 150 operaciones de obra nueva, aunque registró una caída del 2% en los alquileres. Lo compañía no ha hecho públicos datos de facturación.