Opinión

Barcelona y trabajo en remoto, un match ideal

Patricia Nieto

28 mar 2024

El teletrabajo no sólo proporciona conciliación y flexibilidad, sino que también actúa como desatascador, aliviando la presión sobre vivienda y transporte de grandes ciudades como la capital catalana

 

La vida tal y como la conocíamos dio un giro inesperado en 2020. La pandemia nos obligó a replantearnos hábitos totalmente integrados en nuestro día a día y que, hasta entonces, no habían sido cuestionados. Este fenómeno trascendió del ámbito de la salud a otros como el laboral, el ocio y hasta la forma en la que vivimos o concebimos nuestras relaciones personales.

 

Las personas comenzaron a cuestionarse mucho más su entorno y calidad de vida, valorando en mayor medida su tiempo, por lo que el teletrabajo, aunque en un principio podía parecer inconcebible, se convirtió durante un tiempo en una opción viable para poder mantener nuestra economía a flote.

 

Esta tendencia ha ido convergiendo según las necesidades empresariales, consolidándose como una de las opciones preferidas por los trabajadores y generando discrepancias en torno a si es un modelo sostenible y el futuro del trabajo o si, por el contrario, fue simplemente un parche pasajero. No cabe duda de cuáles son las bondades de este tipo de modelo de trabajo: hemos ganado flexibilidad a la hora de elegir a dónde viajar o dónde vivir, pudiendo compatibilizar nuestras expectativas laborales y personales.

 

Sin duda, el teletrabajo, total o híbrido, se ha convertido en la opción más plausible para el ritmo frenético característico de nuestra sociedad, donde la línea entre vida profesional y personal es cada vez más difusa. La conciliación, uno de los grandes retos que tenemos actualmente, es uno de los factores a tener en cuenta por los defensores de este modelo de trabajo, pero hay otro que el grueso de la población quizá no está teniendo en cuenta y que es fundamental: el efecto catalizador que tiene el teletrabajo a la hora de descongestionar las grandes ciudades, cada vez más saturadas.

 

En los últimos años el problema de acceso a la vivienda se ha posicionado como uno de los principales desafíos en nuestra sociedad. Y aquí, el teletrabajo, puede actuar como un importante desatascador de las grandes urbes al ofrecer alternativas habitacionales en las inmediaciones de los núcleos urbanos, haciendo que vivir en el centro de las urbes haya dejado de ser una prioridad para una parte de los trabajadores activos. Asimismo, al reducir los desplazamientos diarios a los centros de trabajo, ayuda a disminuir el tráfico y la congestión urbana, así como la presión sobre servicios urbanos -como el sistema público de transporte-. 

 

Son muchos los países que cuentan con destinos ideales para teletrabajar, aunque España encabeza esta lista con un amplio margen sobre los demás. Así, el estudio realizado por IWG (International Working Group), destaca a Barcelona como la mejor opción de mundo, superando a grandes ciudades como Río de Janeiro, Nueva York o Sídney. Su espectacular clima mediterráneo, su cultura y ambiente, además de su gran oferta de ocio debido a su situación geográfica y proximidad tanto a la playa como a la montaña, hacen que Barcelona tenga un gran atractivo y se haya convertido en una parada o destino obligatorio para estos nómadas digitales.

 

Además de las ventajas más que conocidas de la capital catalana, cabe destacar la gran oferta en espacios de coworking con todos los servicios e infraestructuras necesarios -una tendencia que ha crecido un 40% desde 2021 según recoge el informe de Coworking Spain, y que se espera que continúe en aumento-. En este sentido, otras fórmulas, como el coliving, también se encuentran en pleno auge, ofreciendo así una alternativa de vivienda con flexibilidad geográfica y todas las necesidades para el trabajo en remoto.  

 

En conclusión, durante los últimos años hemos visto importantes cambios en la sociedad, no sólo en hábitos, sino también en la forma que tenemos de plantear la vida, respondiendo a las nuevas necesidades y aspiraciones que tenemos como individuos. La transformación impulsada por el teletrabajo ha proporcionado flexibilidad en la elección de lugares de residencia, demostrando ser un eficaz desatascador de las grandes urbes al ofrecer alternativas habitacionales en sus proximidades.

 

No cabe duda de que este modelo ofrece grandes ventajas a las personas que puedan optar a él, siendo un elemento decisivo a la hora de facilitar el acceso a la vivienda y en el planteamiento de cómo queremos que sean las ciudades de un futuro no tan lejano. Una decisión que nos compete a todos y en la que hay varios actores implicados y factores a tener en cuenta. Y donde, por supuesto, el teletrabajo desempeñará un rol crucial.

Patricia Nieto

Patricia Nieto

Con más de una década de experiencia en el sector inmobiliario, Patricia Nieto ha desempeñado roles clave como Manager o Network Developer en algunas de las principales compañías del mercado, como Servihabitat o Solvia Inmobiliaria. Su trayectoria profesional también incluye tres años en Engel & Völkers España como Manager. Actualmente, Patricia es la Directora Territorial para Cataluña, Baleares y Aragón en Diglo, liderando estratégicamente las operaciones en estas regiones desde abril de 2022.