Gran grupo profesional

Hace unos días, tuve la oportunidad de asistir a la despedida por jubilación de una antigua compañera de los años 90 con la que trabajé en una multinacional francesa. A este evento asistimos muchos de los que hoy participamos en el mercado industrial catalán, y concretamente en el inmobiliario Industrial.

Pasé con todos ellos y ellas un par de horas, tiempo suficiente para darme cuenta de muchas cosas. En primer lugar, que todos los asistentes llevamos ya muchos años en el sector y, por tanto, nos conocemos en profundidad, ya no sólo como profesionales, sino también como personas. Todos nos hemos conocido con pelo sin canas, jóvenes, y del todo juniors.

Algunos empezamos antes, otros después, pero la mayoría llevamos ya más de veinte años en el mercado, y algunos más de cuarenta años. Cuando empezábamos, eran épocas que empezaban a constituirse los grupos comerciales. Hasta entonces, las agencias inmobiliarias estaban compuestas por francotiradores, que cada uno hacía la suya, no sólo a nivel personal, sino también a nivel compañía o empresa.

La competencia era feroz. Se trataba de hundir al contrario. La desconfianza era total. Se solicitaba paternidad a la demanda, y tener colgado un cartel, valla publicitaria, o lona en un inmueble, eran privilegios de sólo algunos. Las empresas se preocupaban más de las otras empresas que de la suya.

El tiempo ha ido pasando, las tecnologías, los instrumentos, y sobre todo la profesionalidad, han ido, afortunadamente cambiando estas actitudes. Sin embargo, las personas somos las mismas; algunas han cambiado de compañía, pero siguen estando, siguen siendo las mismas. Las empresas son las personas, no al revés.

Y todos nos hemos ido conociendo más y más. Ya no existe esa competencia. Ahora prevalece el coleguismo, la colaboración; y cada día más. Los comerciales han acabado aceptando que más vale algo que nada. Todo suma, todo. Desde hace ya años se celebran eventos donde se presentan inmuebles de cierta importancia, y los propietarios llaman a los Agentes para que todos participen. Algunos siguen prestando la confianza a dos o tres Agencias, pero normalmente se abre la promoción, o el patrimonio al mercado.

Insisto: Cómo ha cambiado todo.

Estas celebraciones no sólo sirven para presentar un inmueble. Sirven también para que las agencias, sus personas se conozcan cada día más. Hablen, comenten, fidelicen unos más que otros, pero todos juntos.

Y veía yo ese día como poco a poco esos personajes se hacen cada vez más mayores. Y entre todos sumamos un gran volumen de negocio cada año en Catalunya. Y hoy, aunque con mucha tecnología y herramientas, los comerciales somos indispensables. Somos árbitros que intentamos nos salga bien el partido, y no siguiendo con el símil del deporte, intentamos que al final del partido el resultado sea de empate: todo el mudo debe ganar, demandante, ofertante, e intermediario, y todos quedar satisfechos. Cada uno de nosotros está donde está, y desarrolla su actividad lo mejor que sabe. Unos dedicados a un tipo de empresas e inmuebles, y otor a diferentes inmuebles o personas, pero todos suman el espacio empresarial de este país; y creo que es por eso que todo el mundo cabe. No se trata de ser grandes o pequeños. Se trata de dedicarse a lo que uno está especializado.

Llegué a una conclusión: en el mercado industrial catalán está por encima el comercial senior, no ha sabido aguantar las épocas difíciles el junior. La madurez, experiencia, el aguante y la persistencia ha provocado que los que estábamos sigamos estando, y seguramente estaremos hasta que cada uno desee retirarse o jubilarse.