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Menos dinero para vivienda pero mejor: cae el gasto pero sube el confort en España

El peso del presupuesto que las familias destinan a vivienda a descendido, mientras que el porcentaje de españoles con deficiencias en sus casas o con inmuebles demasiado pequeños también se ha contraído.

J. Izquierdo

24 oct 2018 - 04:54

Menos dinero para vivienda pero mejor: cae el gasto pero sube el confort en España

 

 

Vivir mejor por menos. Desde la recuperación, la vivienda ha dado algo más de oxígeno a las familias españolas, reduciendo el peso que esta partida ocupa en sus presupuestos. Pero, al mismo tiempo, se ha reducido el porcentaje de la población española que vive en una casa con deficiencias o demasiado pequeña para el tamaño familiar.

 

Aunque el gasto total destinado a la vivienda ha aumentado, en relación al total del desembolso destinado por las familias al lugar en el que viven ha ido perdiendo peso. En concreto, este sector ha pasado de copar el 24,2% del presupuesto de los hogares al 21,7% de 2017, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

 

 

 

 

Los datos del INE destacan una evolución positiva de la dependencia en la vivienda de las economías familiares españolas. Tras crecer cinco puntos entre 2007 y 2012 (del 18,7% al 23,7%), el peso del gasto en vivienda tocó techo en 2013, en plena crisis, para iniciar un descenso notable en los años siguientes apoyado en la recuperación, que ha permitido volver a gastar en otros sectores como la restauración o los servicios.

 

El INE subraya que “el gasto en vivienda es un componente esencial en el conjunto de gastos del hogar que absorbe una parte muy significativa de la renta disponible y condiciona el acceso a una vivienda que reúna unas condiciones mínimas de calidad”. En este sentido, el instituto elabora una estadística en la que analiza el porcentaje de población para la que la vivienda representa más del 40% de su presupuesto.

 

 

 

Esta relación de españoles con elevada dependencia del gasto en vivienda también se ha moderado en los últimos años. Desde 2014, el porcentaje ha caído en casi un punto, pasando del 10,9% al 9,8% de 2017. El indicador tocó mínimos en 2008, cuando sólo el 9,4% de los españoles destinaba al menos el 40% a esta partida. Desde entonces, la cota ha ido en ascenso, para emprender de nuevo la senda bajista en 2015, coincidiendo con la recuperación.

 

Las comunidades en donde los porcentajes de población con gasto elevado en vivienda fueron más elevados en el año 2017 fueron Baleares, con un 16,8%; Comunidad de Madrid, que registró un 15,1%; Canarias, con un 12,1%; Comunidad Valenciana, que alcanzó un 11,2%; y Cataluña, con un 10,7%.

 

 

 

 

Menos deficiencias y mayor tamaño
Además de suponer un menor gasto en el presupuesto familiar, la vivienda es cada vez más confortable para el español. Cada vez más población reside en casas que cuentan con unas condiciones mínimas de habitabilidad y que se sitúan en entornos seguros en pos del bienestar y de una mejor calidad de vida.

 

En 2017, un 11,5% de los españoles vivían en una vivienda con deficiencias estructurales, lo que supuso un notable descenso en este apartado, ya que sólo un año antes el porcentaje se situaba en el 15,9%. Por su parte, el peso de españoles que habita en viviendas sobreocupadas también ha descendido.

 

 

 

 

Para definir si a una vivienda le falta espacio se considera el número mínimo de habitaciones que serían necesarias en el hogar, el INE tiene en cuenta el siguiente criterio: una habitación para el hogar en su conjunto, una habitación por pareja que forma parte del hogar, una habitación para cada persona sola de 18 y más años, una habitación para dos personas del mismo sexo con edades comprendidas entre 12 y 17 años de edad, una habitación para una persona sola con edad comprendida entre 12 y 17 años no incluida en la categoría anterior y una habitación por pareja de niños menores de 12 años.

 

El año pasado, apenas el 5,1% de la población vivía en hogares con falta de espacio, frente al 6,9% del año anterior y el 7,1% que llegó a tocarse en 2014. Las familias con dos o más adultos con hijos continúan siendo las que viven en mayor proporción en este tipo de viviendas, seguidos de los adultos solos con hijos.