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Del reino de la tecnología a la economía colaborativa: ¿cómo será el ‘real estate’ en 2030?

La irrupción de las impresoras 3D en el sector logístico, el modelo del coworking en las oficinas o el aumento del alquiler de viviendas serán algunos de los avances más importantes previstos por el sector para los próximos quince años.

Jabier Izquierdo

6 nov 2017 - 04:57

 

Del reino de la tecnología a la economía colaborativa: ¿cómo será el ‘real estate’ en 2030?

 

En 2030, poco quedará del actual real estate. El mercado inmobiliario estará supeditado a los avances digitales, se trabajará en oficinas que serán concebidas como espacios de servicios que forman parte de la economía colaborativa, un término que para entonces será parte del día a día de la sociedad en Europa. La tecnología será el catalizador del cambio cultural y social que se desarrollará en la próxima década, según se extrae del informe Emerging Trends in Real Estate, elaborado por la consultora PwC.

 

La economía colaborativa, conformada por aquellos modelos de producción, consumo o financiación en el que existe una intermediación entre la oferta y la demanda generada a través de plataformas digitales, será un actor básico en la sociedad dentro de una década para la mayoría de los 781 encuestados por PwC. También en el sector inmobiliario, donde WeWork ha irrumpido con fuerza en el mercado de las oficinas con el coworking.

 

Otras compañías como Airbnb también están relacionadas con la economía colaborativa y la forma de sacar rendimiento a una vivienda por parte del arrendante y del arrendatario. En definitiva, según el informe, Europa se encamina hacia una sociedad en la que la propiedad de los espacios y de los activos dejará de tener un valor principal para ser consumidora de servicios a la carta e inmediatos.

 

 

La relación real estate y tecnología va a madurar con el paso de los años. Ya lo está haciendo, como lo demuestra la inversión en proptech que están realizando algunas de las principales compañías del sector. Las inmobiliarias tradicionales tendrán que diversificar sus servicios, ascender a la nube, como ya lo hacen, por ejemplo, Lemonkey en España; mientras que las promotoras e inquilinos se pondrán con normalidad las gafas de realidad virtual para conocer su casa antes de entrar en ella.

 

 

Alquiler en la ciudad
Todos estos avances tecnológicos se suman a las ya cambiantes necesidades y peticiones del potencial cliente del sector inmobiliario. En 2030, la sociedad priorizará conceptos como la comodidad y la proximidad a centros urbanos antes que la posibilidad de poseer una vivienda en propiedad. Las nuevas generaciones, según PwC, abogan antes por un alquiler en la ciudad, en residenciales que le ofrezcan los muchos servicios que demanda, casi todos relacionados con la propia tecnología. Los inversores institucionales ya se están mostrando atraídos por los probables beneficios a largo plazo de apostar por este modelo de negocio.

 

Dentro de una década, el real estate trabajará en el desarrollo de proyectos que formen parte de una mejora en la habitabilidad de las grandes ciudades, si bien el propio informe apunta que esta centralización en el núcleo urbano de la sociedad dependerá mucho de la región y la localidad en cuestión.

 

Del reino de la tecnología a la economía colaborativa: ¿cómo será el ‘real estate’ en 2030?

 

Los centenares de expertos del sector encuestados por PwC prevén que el mayor impacto en el residencial podría provenir por la eliminación de automóviles. El informe apunta a una bajada notable de la demanda y el uso de vehículos de motor en las grandes ciudades, lo que liberará espacio en las urbes.

 

En este sentido, Madrid ya ha comunicado que convertirá en semipeatonal la emblemática Gran Vía,  a Londres, en la que hace años ya que su calle más comercial, Oxford Street, se encuentra en estas condiciones. 

 

No se ha de obviar en este desarrollo urbano, el envejecimiento continuado de la sociedad. En España, el 25,6% de la población tendrá más de 65 años en 2031, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE). A este indicador se le podría asociar el dato de la ONU que apunta a que ese mismo año el 77% de las personas que habiten el mundo vivirán en áreas urbanas.

 

 

Tecnología al poder en el sector terciario
Compartir oficina con otro autónomo o una start up será más habitual en 2030. El fenómeno del coworking, que ya ha llamado la atención de las grandes empresas del sector en España, estará fuertemente arraigado al sector de oficinas dentro de una década, según el dosier de PwC. 

 

Del reino de la tecnología a la economía colaborativa: ¿cómo será el ‘real estate’ en 2030?

 

Las compañías modernas apuestan cada vez más por un trabajo flexible, en el que sus trabajadores pasen menos tiempo en la oficina. Es decir, que los espacios tradicionales se prevé que serán vistos más como una oferta de servicio alternativa que como un lugar fijo donde realizar la jornada laboral diaria. 

 

Algunos de los empresarios encuestados opinan que el modelo tradicional es perjudicial para la productividad. Por ello, las compañías se encaminan más hacia el alquiler de espacios compartidos donde la conectividad digital será, sin duda, la base de los requisitos que deberán atesorar las oficinas del futuro.

 

 

Por su parte, los mercados del retail y de la logística van a seguir estando revolucionados por el comercio electrónico. En Reino Unido, por ejemplo, las ventas de Amazon y eBay (14.626 millones de euros) doblaron en volumen al de los centros comerciales más grandes del territorio. La adaptación al e-commerce y el desarrollo digital de las empresas que operan en espacios comerciales tradicionales serán, según el informe, clave para comprobar el devenir de este sector. 

 

Un segmento, el de los centros y parques comerciales, que tiene mucha relación con el brazo logístico del mercado inmobiliario. Además de ser uno de los grandes impulsores del crecimiento actual del real estate en el continente y en España, donde este año se ha registrado un volumen de inversión récord, el suelo industrial es la pata del sector inmobiliario que más se desarrollará en su forma de operar y de invertir. Las impresiones en 3D, el posicionamiento de los gigantes del e-commerce o la demanda del cliente de una mayor proximidad en la última milla se espera que incremente la actividad de un sector que verá cambiar sus reglas de juego en la próxima década.