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En busca de la joya de la corona: ¿qué ciudades aspiran a la capitalidad tecnológica en Europa?

Las principales urbes del continente se están posicionando para crear distritos dedicados a las nuevas tecnologías y la economía del conocimiento, la gran mina de oro del siglo XXI.

Marc Vidal Ordeig

7 ago 2019 - 05:00

En busca de la joya de la corona: ¿qué ciudades aspiran a la capitalidad tecnológica en Europa?

Todos los mercados tienen sus grandes capitales, incluso el del aguardiente, que en sus tiempos tuvo sus plazas fuertes en Reus, París y Londres. ¿Pero, qué pasa con el sector tecnológico europeo? Hasta el momento, ninguna ciudad europea ha conseguido erigirse como la capital continental del sector tecnológico para jugar en la misma liga que la estadounidense San Francisco, que, con Silicon Valley al frente, es el referente del sector a nivel mundial.

 

El director del área de negocio de oficinas de JLL, José Miguel Setién, apunta que a pesar de que muchas ciudades han querido posicionarse en el sector, “no hay players claros” ya que “tradicionalmente las ciudades europeas han tocado todos los sectores”.

 

Aupadas por un modelo fiscal muy benévolo, Dublín, en Irlanda, y Ámsterdam, en Holanda, han conseguido atraer a las principales empresas tecnológicas del mundo para tener su sede en Europa. En este sentido, la capital irlandesa acoge a empresas como Facebook, Google o Twitter en el conocido como Silicon Docks (un juego de palabras entre Silicon Valley y los docks (muelles) del puerto interior que tiene la ciudad), construido en la confluencia del Grand Canal y el río Liffey.

 

 

 

 

Por su parte, Ámsterdam tiene también como gran argumento a favor ser la sede de uno de los grandes puntos neutros de la red de Europa. El Ámsterdam Internet Exchange (AMS-IX) tenía en 2018 una capacidad de intercambio de datos de 6.322 terabits por segundo, lo que facilita la conectividad de las compañías que escogen la capital holandesa para instalar sus sedes.

 

Con más de 600 compañías tecnológicas establecidas tanto en el distrito como en sus alrededores, Silicon Allee, en Berlín, se ha convertido en unos de los barrios tecnológicos más importantes del continente, especialmente a la hora de acelerar empresas emergentes del sector.

 

 

 

 

Londres, Mánchester y Leeds, en el Reino Unido, también han creado distritos en los que las empresas relacionadas con las nuevas tecnologías pueden crecer. En este sentido, el Leeds Innovation Centre recibirá una inversión público-privada de casi mil millones de libras esterlinas para crear un espacio de entre 60.000 metros cuadrados y 90.000 metros cuadrados para desarrollar la economía basada en el conocimiento y las nuevas tecnologías

 

Niza, Varsovia, Lisboa y Barcelona son otras de las grandes ciudades europeas que están trabajando para conseguir el liderazgo en el sector tecnológico europeo. En todos los casos, se ha apostado por zonas con una buena conexión con el transporte público y cerca del centro de la ciudad, dos de las condiciones sine qua non de los trabajadores de las compañías tecnológicas.