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En busca de los polos de crecimiento: los países pobres, los futuros motores del ‘real estate’

El estudio que se ha hecho con el premio Robert Lucas de política económica sostiene que la evolución económica de una sociedad depende de su tamaño.

S. Riera

26 abr 2019 - 04:55

En busca de los polos de crecimiento: los países pobres, los futuros motores del 'real estate'

 

 

¿Qué ocurriría si las tornas se cambiaran, si los países pobres y más poblados fueran el tractor económico de mañana? Es la conclusión a la que llega el estudio merecedor del último premio Robert Lucas de política económica, que sostiene que la evolución de la riqueza de una sociedad depende de su tamaño.

 

Klaus Desmet, de la Methodist University; Dávid Krisztián Nagy, del centro de investigación Crei, y Esteban Rossi-Hansberg, de Princeton University, son los autores de este documento, que recoge The Economist, y que subraya que la economía avanza de la mano de la innovación tecnológica y esta evoluciona a medida que lo hace el comercio. Ante una mayor concentración de población, el comercio crece y la rueda de la riqueza económica se activa.

 

El estudio se sostiene sobre la premisa de que hasta la Revolución Industrial, China fue el epicentro económico global apoyándose en su población. De constarse la hipótesis del informe, el dominio económico occidental de los últimos siglos podría haber sido una anomalía histórica, siendo el único periodo en el que la riqueza per cápita no iría ligada a la población sino al avance tecnológico y al comercio exterior.

 

 

En este sentido, cuando el comercio internacional recula, la población vuelve a ser la materia prima del crecimiento económico. En este contexto, las regiones más pobladas tenderían a ser las más ricas y en las que se desarrollarían las mejores condiciones para el desarrollo económico. Sin embargo, en la actualidad, dista de ser así.

 

Los lugares más poblados del planeta, hoy por hoy, son los más pobres. Sin embargo, según el método desarrollado por estos tres investigadores, mientras prosigan las migraciones y la población de los lugares ricos continúe incrementándose, su dominio a largo plazo estará asegurado. Sin embargo, si la inmigración parase, los países pobres, con el tiempo, ganarían la batalla al liderar la innovación tecnológica.

 

No obstante, el proceso es lento. Los autores del estudio calculan que la convergencia se alargaría hasta cuatro siglos. En el caso de que los países ricos mantuvieran su actual política migratoria, el modelo estima que en 400 años, Asia y el África subsahariana serían los nuevos motores económicos del planeta.

 

A pesar de lo inverosímil de la teoría, el estudio señala que hace un milenio, la riqueza per cápita en China era significativamente mayor que en Gran Bretaña y subraya que quizás entonces haber previsto una Revolución Industrial hubiera parecido una locura. De la misma manera, los autores sostienen ahora que, ante un horizonte de tiempo lejano, los lugares más pobres del mundo podrían ser los más ricos.