España, potencia en ‘agrobusiness’ con 3,8 millones de hectáreas dedicadas a los cultivos

España, potencia en agribusiness o negocios agrarios. La superficie de tierras de regadío dedicadas a cultivos en España se eleva a 3,8 millones de hectáreas, según se recoge en el informe Agribusiness en la Península Ibérica elaborado por la consultora Cbre.

La inversión agrolimentaria es un negocio al alza. El número de fondos que invierten en esta actividad se ha multiplicado por quince en los últimos quince años, hasta alcanzar una cifra superior a setecientos vehículos en 2020.

Las 3,8 millones de hectáreas dedicadas a los cultivos en España se concentran mayoritariamente en Andalucía, con un total de 1,1 millones de hectáreas, Castilla La Mancha (567.900 hectáreas) y Castilla y León (465.600 hectáreas). En Portugal, la superficie destinada al cultivo, según el informe, asciende a 240.000 hectáreas.

Aunque hace diez años la mayoría de los inversores consideraba que invertir en agribusiness, sobre todo en Europa, era una actividad volátil y de alto riesgo, ahora se ha producido un cambio de mentalidad y paradigma. Parte de este interés reside en la simplicidad de esta clase de activos (cubre una necesidad básica de la vida), aunque también existen fundamentos sólidos.

De hecho, se calcula que la producción de alimentos tendrá que crecer entre un 60% y un 70% para poder alimentaria a la población mundial de aquí a 2050, cuando se calcula que vivirán en la Tierra nueve mil millones de personas.

Andalucía, con 1,1 millones de hectáreas, casi el 30% del total, es la comunidad autónoma con mayor superficie dedicada al cultivo

La forma tradicional de entrar en este mercado es mediante la compra de activos (tierras más la unidad de producción) y alquilarlo a un operador, normalmente con contratos a largo plazo (20 años o más). Las rentabilidades se sitúan entre el 5% y el 6%, según Cbre, aunque hay otras fórmulas más agresivas, con variables o participando en la gestión, que pueden llevar la yield hasta el 8%.

El aceite de oliva, el vino, los cítricos y otras frutas, hortalizas y muchos otros productos son enormemente valorados en los mercados internacionales. Parte del secreto reside en el suave clima mediterráneo, aunque la mayor ventaja de la agricultura de la Península Ibérica reside en su calendario de producción.

“Existe efectivamente capacidad para producir antes que los países del norte y centro de Europa, lo que permite obtener precios superiores por sus productos durante la pretemporada, con una alta calidad”, apunta el informe.