Industrial

Begoña Villacís (Spain DC): “Somos una industria que no busca subvenciones ni las necesita”

Para la directora ejecutiva de Spain DC, estos centros sustentan la denominada cuarta Revolución Industrial y es una carrera que España no puede desaprovechar. Cuenta con suelo suficiente y unos precios de la energía competitivos.

Begoña Villacís (Spain DC): “Somos una industria que no busca subvenciones ni las necesita”
Begoña Villacís (Spain DC): “Somos una industria que no busca subvenciones ni las necesita”
Begoña Villacís, directora ejecutiva de Spain DC.

J. García

10 jul 2025 - 05:00

España se encuentra como país en una encrucijada histórica si no quiere perder el tren del desarrollo económico y tecnológico. Con una ubicación privilegiada en el nodo geográfico de las comunicaciones internacionales, su nexo histórico entre Europa y América y un acceso directo a los cables submarinos de comunicación, la situación de España resulta inmejorable para desarrollar este sector. La directora ejecutiva de la Asociación Española de Centros de Datos, Spain DC, Begoña Villacís, explica a Ejeprime que se trata de una oportunidad que no podemos desaprovechar.

 

En el caso concreto de España, el sector se ve favorecido por factores como el bajo coste del suelo y la competitividad en precios de la energía renovable. De los más de 8.000 centros de datos que hay a nivel mundial, el 33% se encuentran en Estados Unidos, el 16% en Europa y cerca del 10% en China. Según datos de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), la economía digital entendida como toda actividad económica basada en bienes y servicios digitales, ha pasado a representar un 24,4% del total del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 frente al 18,7% del 2019.

 

 

PREGUNTA: Si quiere para empezar esta entrevista, ¿nos podría definir qué es un centro de datos?

 

RESPUESTA: Me parece un buen comienzo empezar hablando de lo que es un centro de datos, porque muchas veces lo damos por supuesto y creo que la mayor parte de la población española ignora el hecho de que Internet es un centro de datos. Tiene mucho que ver con determinados términos como el de la nube. De alguna manera, hay toda una generación que utiliza Internet, pero ha renunciado a saber cómo es posible Internet. La Red es posible por los centros de datos. Los centros de datos son edificios que lo hacen todo posible, enviar un whatsApp, hacer un bizum, utilizar tu navegador, realizar una videollamada. Es la infraestructura de este siglo, como lo fueron las autopistas o las vías ferroviarias. Estos son los centros de datos a día de hoy, y sin ellos nuestra vida sería lo más parecido al día que tuvimos un apagón energético en España, porque la vida tal y como la conocemos, no existiría, no sería posible.

 

 

P.: ¿Podemos entonces afirmar que los centros de datos son la cuarta revolución industrial del hombre?

 

R.: Los centros de datos son lo que sustenta la cuarta revolución industrial. Es como si hablásemos de la industria automovilística y no hablásemos de los motores y de las carreteras.

 

 

P.: Dentro de la carrera mundial por tener centros de datos ¿A qué distancia nos encontramos de los países punteros en este tipo de industria?

 

R.: Nos encontramos en una posición curiosamente de poder liderar. Obviamente nosotros llegamos tarde a esta competición y en Europa fueron otras las ciudades las que atrajeron esta inversión. Tenemos a las primeras que comenzaron a atraer este tipo de infraestructuras que fueron las denominadas Flap, Fráncfort, Londres, Ámsterdam, París y posteriormente se unió Dublín. Tras ellos, España está en condiciones de poder liderar esta actividad. Tras el Pacto Verde Europeo, la energía con la que se tienen que nutrir es energía renovable y nosotros somos un país líder en energía renovable.

 

 

P.: ¿Con qué otros factores a favor cuenta España para recuperar terreno en este sector?

 

R.: Somos un país que por su situación geográfica todos los cables submarinos nos atraviesan. Los que vienen de Europa, de Asia, de África, de América, todos pasan por España. Además, tenemos una red de fibra inigualable en Europa. Así que llegaríamos a esta segunda ola de atracción, que si cabe es cada vez más interesante, porque además los centros de datos que se han constituido en España en los últimos años, al ser más nuevos, no son de segunda generación, sino de última generación, por tanto, son bastante sostenibles. Si a esto le añadimos que, por cuestiones geopolíticas, Europa está tratando de que los datos se mantengan dentro de Europa y todas las normativas y directivas van en este sentido, esto hace que las multinacionales miren a España como un sitio muy deseable. Hay mucho suelo y por tanto hay escalabilidad y abundancia de energía renovable.

 

 

P.: Cómo dice tenemos bastante energía renovable, ¿pero los precios son competitivos para llevar a cabo este desarrollo?

 

R.: Son compatibles, porque a día de hoy, los precios siguen siendo más económicos que en la mayor parte de Europa, pero aunque en España se ha hecho muy buen trabajo, queda mucho trabajo por hacer en el ámbito de la energía. Producimos más energía de la que consumimos y, de hecho, todas las energéticas y productores de energía renovable lo que piden es que haya más demanda, porque en los últimos años la demanda ha ido cayendo en picado.

 

 

 

 

 

P.: ¿Qué ofrecen los centros de datos en este tema de consumo energético?

 

R.: Ofrecen un consumo estable y lo más importante de todo, y lo hemos visto en los últimos tiempos, predecible, que es una herramienta con la que siempre quieren jugar al final los operadores. Quieren demandas que sean fiables y sobre todo que sean estables y predecibles en el tiempo. Tenemos mucha demanda de energía, porque reconocemos que la herramienta que se utiliza para la concesión de la energía es un plan quinquenal que es una herramienta totalmente anacrónica. Están pidiendo a los arquitectos de la infraestructura donde se desarrolla la Inteligencia Artificial que te estime cuál va a ser el consumo que van a tener en los cinco años siguientes y esto es jugar a ser Dios, ya que es realmente imposible descifrar, la herramienta es anacrónica.

 

 

P.: Comentaba que España tiene en estos momentos suelo suficiente para desarrollar este tipo de instalaciones. Esta idea contrasta con la falta para otros usos como la vivienda. ¿No puede producirse una cierta especulación con este suelo para centros de datos?

 

R.: España cuenta con suelo disponible para el desarrollo de centros de datos. Este es precisamente uno de los elementos que refuerzan nuestra competitividad como hub digital del sur de Europa. La clave está en una cooperación público-privada eficaz que fomente la planificación urbanística y la agilización de los procesos administrativos. El suelo disponible favorece la implantación de nuevos usos. Si una industria precisa de suelo para su implantación y crecimiento, la disponibilidad marcará un atributo que permitirá a un país ser más competitivo y a sus empresas tener la estabilidad necesaria para muchos proyectos. A partir de aquí el buen funcionamiento de las Administraciones Públicas puede marcar la diferencia. Hay administraciones que aceleran porque entienden que el tiempo y la seguridad jurídica son vitales para un sector en crecimiento. El ‘calentamiento’ en determinados puntos suele ser producido por la contracción de la oferta, es lo que ocurre cuando el comportamiento de la administración es opuesto, es decir, obstaculizante e irracionalmente burocrático. En esos casos sí puede observarse lo que definiríamos mejor como ‘atascos’.

 

 

P.: ¿Qué inversiones serían necesarias para que España no pierda el tren de este sector?

 

R.: Nosotros del Gobierno no pedimos dinero, somos una industria que no busca subvenciones y que no necesita subvenciones para sobrevivir. No pedimos ni siquiera subvenciones en energía y podríamos hacerlo y constituirnos como una industria electro intensiva, pero no estamos buscando subvenciones, nosotros lo que necesitamos es que se nos transporte la energía, incluso hemos aportado soluciones, nos abrimos a la posibilidad de una colaboración público-privada para que no recaiga en la Administración. Nosotros lo único que queremos es acompañamiento, que nos acompañen, que sean capaces de entender al sector, que comprendan la importancia estratégica del mismo, tanto para la economía digital, como para ser competitivos de verdad en Inteligencia Artificial. Podemos fiarlo todo al turismo como hemos hecho siempre, que a mí no me parece mal que tengamos esa industria, pero igual, que podamos valorar otras, que se entienda la relevancia geopolítica de los centros de datos, que entiendan la importancia que tiene que después de décadas de desindustrialización y de fustigarnos por habernos desindustrializado, tenemos una industria de verdad, llamando a la puerta que no quiere subvenciones.

 

 

P.: ¿Cuánto aporta el sector al conjunto del PIB?

 

R.: En cuanto a aportación al PIB y en cuanto a mano de obra los datos no resultarían relevantes a día de hoy, aunque estamos rondando el 4%. Pero es como si tratas de analizar cuánta mano de obra producen las carreteras o las redes del AVE. Esta no es la manera de medir este sector, es la manera costumbrista de medir y esto es totalmente injusto, porque realmente nosotros somos una infraestructura básica para que todo lo demás se pueda producir y cuando digo todo lo demás, es todo lo demás. La realidad es que los laboratorios del futuro se producirán en los centros de datos. La vacuna del Covid se produjo en un centro de datos y la vacuna del cáncer se va a descubrir en un centro de datos. No tiene mucho sentido medirlo de esa manera porque realmente hoy en día todo el PIB que sea economía digital depende de los centros de datos. Es verdad que aportamos mucho y tenemos medidas de empleos directos e indirectos de toda la cadena de valor, pero para mí parecen insignificantes para lo que realmente aporta esta infraestructura.

 

 

 

 

 

P.: Comentaba como hay grandes centros de datos que tienen que estar inmersos en grandes ciudades y otros en zonas de menos población. ¿Hasta qué punto estos últimos pueden ser un impulso de la denominada España vaciada?

 

R.: Los grandes centros de datos que se están asentando por ejemplo en Aragón son propiedad de multinacionales, no tienen que prestar servicios a una gran ciudad. Aparte de una solución para la llamada España vaciada, lo que es Aragón es el gran ejemplo de cómo unas buenas políticas pueden colocar a una región inexistente en el mapa. En Silicon Valley ha circulado el nombre de Aragón con mucha frecuencia. Entonces de no existir, que de repente tu nombre esté ahí es porque se han hecho bien las cosas. Tiene energías renovables, suelo, por tanto, escalabilidad y sobre todo unas buenas políticas que consiguen atraer inversión. Lo están haciendo francamente bien con asentamientos de grandes multinacionales. Todo empezó con un presidente socialista y ha seguido con otro del PP, con el pacto de todos los partidos políticos.

 

 

P.: No quería desaprovechar esta oportunidad para preguntarle como ve ahora mismo, con la perspectiva de un tiempo alejada de la política, la situación en España. Comentaba como en Aragón, fruto de consensos políticos se han realizado avances importantes en materia de centros de datos. ¿Se echan en falta en la política española nacional estos consensos políticos?

 

R.: Yo no creo que se echen en falta los consensos políticos. Yo creo que la gente lo echa en falta, pero luego no lo vota. Ahora mismo lo que más puntos da y lo que más se rentabiliza es la polarización, algo que es funesto para la sociedad española. Los que escuchan la radio de una tendencia no escuchan jamás la de la otra tendencia y a la inversa, por lo cual cada uno está viviendo en una España muy distinta. Los unos no se enteran de nada de lo que dicen los otros y al revés, con lo cual tenemos una España totalmente desintonizada, rota y en bloques que se definen por el odio al otro bloque. No es constructivo. Me parece que la política ha cambiado y ahora pertenece a la industria del entretenimiento y la gente lo que demanda de ella es que les entretenga. Mientras que la gente está premiando la última salida de tono, que es lo que más se premia, nadie está hablando de reformas, de la economía digital, de que estamos a punto de perder el tren para tener una industria relevante o competir en Inteligencia Artificial, de nuestros jóvenes, de nuestras pensiones, de la educación. Tenemos una generación que ha renunciado a entender cómo funcionan las cosas. La sociedad ha adquirido tal nivel de sofisticación como para que nos empecemos a preocupar cómo funcionan las cosas y esto se conseguiría con la alfabetización de los jóvenes. Cuanta más educación, menos te pueden tomar el pelo. Creo que necesitamos una sociedad que no se deje tomar el pelo.

 

 

P.: ¿Y cree que esta situación está dañando la imagen exterior de España?

 

R.: España se caracteriza por otras cosas, la sociedad civil es muy competitiva. La parte empresarial, los trabajadores, las ingenierías son muy valoradas en el exterior, no nos medimos solo por los políticos, también por el trabajo que hacen los españoles y tenemos mucha mejor reputación de la que nos gusta adjudicarnos.