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Evergrande, la pieza de dominó que amenaza la economía China

China informó ayer a los principales prestamistas de la compañía que no esperen los pagos de intereses que vencían el próximo 20 de septiembre, a los que se le suma un segundo pago el 23 de septiembre, sobre el que no se ha informado.

EjePrime

16 sep 2021 - 04:56

Evergrande, la pieza de dominó que amenaza la economía China

 

 

La caída de un gigante. La promotora china Evergrande anunció ayer su incapacidad de hacer frente a los pagos de intereses de sus préstamos bancarios que vencen el 20 de septiembre. El siguiente pago que debe afrontar la inmobiliaria con más pasivo del mundo, hasta 300.000 millones de dólares, es la próxima semana.

 

El posible colapso de la segunda mayorpromotora inmobiliaria del gigante asiático se produce en medio de las reformas que está llevando a cabo Pekín para enfriar el mercado inmobiliario y recortar su deuda, que han llevado a una caída de precios en la obra nueva el último mes.

 

Los impagos son, hasta ahora, el síntoma más claro de falta de liquidez que afecta al gigante asiático, y el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural ha informado de ellos a los bancos en una reunión, mientras negocia con ellos una restructuración de deuda. Según ha informado Bloomberg, las autoridades chinas ya han encendido todas las alarmas y han empezado a reunir expertos contables y jurídicos para que revisen el caso.

 

Por el momento, las autoridades chinas no han puesto sobre la mesa un rescate y los tenedores de bonos han casi descartado la posibilidad, abriendo la puerta a que sus acreedores sufran grandes pérdidas. La promotora fundada por el multimillonaro Hui Kan Yan afronta una maraña de deudas con bancos, tenedores de bonos, proveedores y propietarios de viviendas.

 

La deuda de la compañía se situaba el pasado 30 de julio en 89.000 millones de dólares, la más baja de los últimos cinco años. Sin embargo, las deudas comerciales y de otro tipo aumentaron un 15% con respecto los seis meses anteriores, hasta 8.654 millones de dólares.

 

 

 

 

Evergrande ya ha recibido anticipos de más de 1,5 millones de compradores de viviendas que no se han terminado, un capital que está usando para continuar la construcción de proyectos existentes y poder finalizar las entregas. Los retrasos en las obras y un posible incumplimiento de los pagos ya han levantado protestas en el país, tanto entre compradores e inversores como en los propios empleados de la compañía.

 

El anuncio de que no podrá hacer frente a sus próximos pagos se produce sólo un día después de que comunicara a la bolsa de Hong Kong que se encuentra en riesgo de insolvencia cruzada. Este término, procedente del derecho anglosajón, corresponda a la suspensión de pagos de un deudor con uno solo de sus acreedores y provoca que el resto de ellos reclamen la devolución de sus préstamos por medio de una cláusula llamada con el mismo nombre.

 

Too big to fail

Ante la caída del coloso, diversos analistas han anunciado que puede traer graves consecuencias para la economía china. William Lee, economista jefe de Milken Institute, señaló simplemente que Evergrandes es “demasiado grande para quebrar”. Ayer mismo, la agencia de califiación S&P rebajó la nota de la compañía a CC (alta probabilidad de algún tipo de impago) con una perspectiva negativa, frente a la CCC (Calidad crediticia muy pobre y posibilidad de algún tipo de impacto) que contaba hasta entonces.

 

Por su parte, la agencia Fitc publicó una nota el pasado martes señalando que un posible incumplimiento del grupo en los pagos puede exponer a “numerosos sectores” a un riesgo crediticio. Sin embargo, la empresa apunta que el impacto sobre el sector financiero sería “manejable”. “Creemos que un incumplimiento reforzaría la polarización crediticia entre los constructores de viviendas y podría resultar un problema para algunos bancos más pequeños”, señalaban desde Fitch.

 

El colapso de la compañía se produce en un periodo en el que Pekín se ha propuesto frenar la financiación y atajar la deuda del mercado inmobiliario, según apunta el banco japonés de inversión Nomura. El esfuerzo del ejecutivo chino también está calando en el mercado residencial. Los precios de las nuevas viviendas subieron a un ritmo más lento en agosto, el menor desde el pasado en enero.

 

Las alarmas en el mercado inmobiliario chino se encendieron tras un fuerte repunte tras el Covid-19, que ha desembocado en riesgos financieros, según recoge Reuters. Con la caída de los precios, la agencia de rating Moody’s rebajó el estado del real estate chino de estable a negativo.