1 jul 2025
La aprobación del Reglamento Ómnibus por parte de la Unión Europea representa una firme apuesta política y económica por un modelo de desarrollo más sostenible. Este reglamento impulsa la transparencia en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), y redefine la clasificación de actividades sostenibles mediante la taxonomía europea y refuerza las exigencias de información financiera. Así, Europa establece una hoja de ruta clara hacia ciudades más responsables, resilientes y eficientes en el uso de recursos, colocando la sostenibilidad en el centro de sus políticas urbanas e infraestructurales. Para el sector inmobiliario, esto implica adaptarse a nuevas exigencias que transformarán la gestión de activos, riesgos e inversiones, presentando tanto desafíos como oportunidades.
De este modo, en los próximos años, aumentará considerablemente la presión regulatoria sobre la sostenibilidad de los activos inmobiliarios. Ya no bastará con cumplir unos mínimos legales: será obligatorio integrar la eficiencia energética, el uso de materiales sostenibles y la mejora de los sistemas de climatización como condiciones básicas para operar en el mercado. Esto exigirá fuertes inversiones en rehabilitación y modernización, afectando a todo tipo de propietarios. Así, las empresas que se adapten con rapidez estarán mejor preparadas para cumplir con las exigencias legales y sociales que marcarán el futuro del sector.
Por otro lado, existirá un mercado y se podrá ver reflejado en la valoración de los inmuebles. La incorporación de criterios ESG en las decisiones de inversión está provocando una segmentación clara entre activos sostenibles y no sostenibles. Los que no cumplan con estos estándares perderán valor, y son un atractivo, especialmente para los grandes fondos, que buscan oportunidades para aportar valor añadido. Los inversores institucionales priorizarán proyectos con impacto positivo y estos dejan de analizar proyectos que no cumplan con los estándares ESG.
Europa establece una hoja de ruta clara hacia ciudades más responsables, resilientes y eficientes
Además, las obligaciones de reporte ESG serán cada vez más estrictas. Las empresas deberán informar con precisión sobre su consumo energético, emisiones, riesgos climáticos y otros indicadores sociales. Esta transparencia pasará de ser una buena práctica a una obligación legal, y su incumplimiento podría generar sanciones y pérdida de confianza por parte de inversores y clientes.
En este contexto, la financiación también cambiará. Ahora solo los proyectos alineados con la taxonomía europea y con un compromiso real con la sostenibilidad pueden acceder a fondos verdes, ayudas y mejores condiciones financieras. Por este motivo, solamente los actores que integren los criterios ESG desde el inicio ganarán en competitividad, reputación y acceso a capital. Todo esto influirá directamente en la tasación, financiación y demanda a todos los niveles.
Fruto de la Ley Ómnibus, el próximo mes de agosto, la Orden ECO/2003 se verá modificada por la Orden ECM/599/2025, que introduce el principio de sostenibilidad en la valoración de inmuebles, considerando factores como la eficiencia energética y el impacto ambiental, alineándose totalmente con el presente y futuro de la industria inmobiliaria.
Por último, se reforzará la importancia del análisis de riesgos en cada operación inmobiliaria. A partir de ahora, será esencial incluir los factores ESG en cualquier due diligence, para asegurar que los activos no solo sean rentables, sino que también cumplan con las nuevas normativas. Esto dará lugar a un mercado más profesional y exigente, donde solo quienes gestionen bien todos los riesgos podrán prosperar.
El incumplimiento podría generar sanciones y pérdida de confianza de inversores y clientes
Con todo ello, el nuevo marco normativo que introduce la Ley Ómnibus anticipa y acelera tres grandes consecuencias para el sector inmobiliario europeo. Por un lado, la revalorización de aquellos activos sostenibles se convertirá en la norma, mientras que los que no lo son afrontarán una progresiva penalización, tanto en términos de valoración de mercado como de demanda inversora y social. En el corto plazo, existirá un incremento evidente en los costes asociados al cumplimiento normativo, en particular en todo aquello relacionado con el reporting y el alineamiento de procesos internos; sin embargo, estos costes deben entenderse como una inversión estratégica ineludible para asegurar la viabilidad y el liderazgo futuro. Por último, las empresas que se adapten con rapidez y eficacia al nuevo marco ESG disfrutarán de una ventaja competitiva apreciable, no solo en el acceso a capital y financiación preferente, sino también en la construcción de una reputación sólida y sostenible, que será cada vez más valorada tanto por los clientes como por la sociedad en su conjunto.
Así, lejos de ser un obstáculo o una mera carga administrativa, la Ley Ómnibus se revela como la palanca de transformación que el sector necesitaba para reconciliar las demandas económicas, sociales y ambientales de nuestro tiempo. En este sentido, su aplicación no solo redefinirá las reglas del juego, sino que abrirá la puerta a un nuevo ciclo de innovación, inversión responsable y creación de valor a largo plazo.

Dolors Jiménez
Dolors Jiménez es directora territorial de Cataluña en Gesvalt desde diciembre de 2019. Hasta enero de 2019 fue directora de inmuebles de la división inmobiliaria de Emesa. La ejecutiva cuenta con más de veinte años de experiencia en el negocio inmobiliario, habiendo trabajado para las principales consultoras del mundo, como Cbre y Cushman&Wakefield, además de otras compañías que operan sólo en España, como Forcadell o Shophunters, donde ocupó el puesto de directora de High Street antes de incorporarse a Emesa. La ejecutiva tiene un máster en Ciencias Inmobiliarias por la Universidad Politécnica de Valencia.
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