24 jun 2025
En un mercado inmobiliario cada vez más sofisticado y globalizado, las branded residences se han consolidado como una de las tendencias más pujantes del segmento de lujo. Este modelo, que combina la exclusividad residencial con la experiencia y los estándares de las grandes marcas hoteleras, ha dejado de ser una rareza para convertirse en una fórmula de éxito en ciudades como Madrid, Barcelona y Marbella.
Las branded residences (residencias de marca) son mucho más que viviendas de alto standing. Representan una alianza estratégica entre promotores inmobiliarios y marcas de prestigio, generalmente del sector hotelero, aunque cada vez más también del mundo de la moda, el diseño o el automovilismo. El resultado es un producto híbrido que ofrece no solo una ubicación privilegiada y un diseño cuidado, sino también servicios personalizados, seguridad, mantenimiento y una experiencia de vida que emula la de un hotel cinco estrellas.
Este fenómeno responde a una demanda creciente por parte de un comprador internacional exigente, que busca algo más que una propiedad: busca un estilo de vida. La marca actúa como garante de calidad, coherencia y servicio, y aporta un valor añadido que se traduce en una mayor rentabilidad y liquidez del activo. No es casualidad que, según datos de Colliers, el número de proyectos de branded residences en España se haya multiplicado en los últimos años, con un pipeline que supera la docena de desarrollos previstos para los próximos cuatro años.
Las ‘branded residences’ representan una alianza estratégica entre promotores inmobiliarios y marcas de prestigio
Madrid, en particular, ha vivido una transformación notable desde la llegada de Four Seasons Private Residences en 2020. Este hito marcó un antes y un después en la percepción internacional de la capital como destino de lujo. Desde entonces, otras marcas como Mandarin Oriental, SLS o Sagasta 27 han seguido su estela, consolidando a Madrid como un polo de atracción para el cliente high-end. La ciudad ofrece una combinación única de cultura, gastronomía, clima, seguridad jurídica y conectividad que la posiciona como una alternativa real a otras capitales europeas tradicionales del lujo.
Pero el auge de las branded residences no se limita a la capital. Marbella, Baleares y Barcelona también están viendo cómo este modelo se adapta a sus respectivos mercados, con propuestas que integran sostenibilidad, diseño bioclimático y materiales naturales como parte de su valor diferencial. La eficiencia energética y las certificaciones sostenibles ya no son un extra, sino un requisito imprescindible para un comprador cada vez más consciente y exigente.
Desde el punto de vista del promotor, las branded residences suponen una oportunidad para diferenciarse en un mercado competitivo, acceder a un público internacional y beneficiarse del prestigio y la red comercial de la marca asociada. Para las marcas, es una vía de diversificación que les permite extender su universo más allá del hotel y fidelizar a sus clientes a través de una experiencia residencial coherente con sus valores.
En definitiva, las branded residences están redefiniendo el concepto de lujo inmobiliario. Ya no se trata solo de ubicación o metros cuadrados, sino de pertenencia, experiencia y estilo de vida. En un mundo donde el consumidor valora cada vez más lo intangible, la marca se convierte en el hilo conductor que da sentido y coherencia a todo el proyecto.
España, con su atractivo natural, su dinamismo urbano y su creciente proyección internacional, tiene todos los ingredientes para liderar esta nueva ola del lujo residencial. Y las branded residences son, sin duda, su mejor carta de presentación.

Ana Gavilanes
Es associate director en Colliers Marbella y especialista en branded residences. Licenciada en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Gestión Financiera por la Universidad Complutense de Madrid, Gavilanes inició su trayectoria profesional en 2003 en Colliers, en el departamento de corporate finance. Posteriormente, ejerció como directora financiera en Grupo Myramar 1958 y cofundadora de Jetboat Marbella. En 2020, se reincoporó a Colliers, donde ha trabajado desde Marbella, ahora como responsable de la oficina de esta consultora en la ciudad de la Costa del Sol.
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