El sector del living necesita un nuevo pistoletazo de salida
28 oct 2024
El sector del living ha sido tradicionalmente uno de los segmentos más relevantes del sector inmobiliario. La necesidad de vivienda, junto con la gran tradición constructora de nuestra vivienda ha situado a este sector como uno de los motores económicos de nuestro país.
En los últimos años, además, este segmento ha visto como la inversión ha ido creciendo, ganando cada vez más peso dentro del sector inmobiliario. De hecho, desde la reducción hasta los 2.000 millones que supuso el año 2021, de recuperación tras la pandemia y en el que esta actividad supuso un 24% de todo el capital invertido en el inmobiliario español, este porcentaje ha seguido aumentando año tras año. En 2022 se alcanzó una cifra récord de casi 4.500 millones de euros de inversión, representando un 25% del total del sector. Esta cifra creció dos puntos más en 2023, con un total de 3.000 millones de euros.
Sin embargo, en lo que llevamos de año, el peso de esta actividad dentro del sector se ha reducido de forma significativa, por debajo del 20%, tras lograr una inversión inferior a los 400 millones de euros en el primer trimestre. Si extrapolásemos estas cifras a todo el año, podríamos encontrarnos ante un año 2024 con la menor inversión en living desde la época de la crisis.
En lo que llevamos de año, tanto el segmento del Retail como el segmento hotelero se han impuesto al sector del living, demostrando no solo el gran atractivo que presentan estas dos actividades al alza, sino también la pérdida del interés de los inversores por el tercero.
La razón detrás de esta situación es, sin duda, el sucesivo incremento de los tipos de interés que han ralentizado la demanda de vivienda, que se ha desplazado hacia el alquiler. De igual forma, este incremento también ha frenado muchos de los proyectos de Build to Rent que estaban en marcha, dado que ya contaban con unas rentabilidades muy ajustadas, que se han vuelto inviables ante las nuevas condiciones de obtención de capital.
A esta situación también se han añadido los cambios regulatorios de la ley de vivienda, como el tope del alquiler, que ha frenado el lanzamiento de proyectos de Build to Rent o la imposición de destinar un porcentaje de las nuevas construcciones a vivienda protegida, lo que también ha elevado los costes de los proyectos y reducido las rentabilidades. Valorándolo en conjunto, son muchas las promotoras que han paralizado, o incluso descartado, proyectos que hace unos años hubieran sido viables, reduciendo la oferta disponible en el mercado.
Por estos motivos motivos, en los últimos meses del año, el sector del living necesita un nuevo pistoletazo de salida. El potencial para el mismo sigue existiendo, especialmente por la gran demanda existente en nuestro país, que se encuentra insatisfecha, y por el gran interés inversor que siempre ha existido por este segmento económico de nuestro país, tanto nacional como internacional.
Para que esto pueda ocurrir, deben producirse varios factores. El primero, que ya estamos observando, es la reducción de los tipos de interés. El descenso del Euribor de las últimas semanas ya ha impulsado a la banca a prepararse para ofrecer unos tipos de interés agresivos que les permitan captar nuevos clientes, alentando de nuevo la demanda hipotecaria y, por tanto, la demanda de vivienda. Esto, al mismo tiempo, también puede impactar en la obtención de financiación para los proyectos promotores, reactivando proyectos residenciales, tanto para venta como para alquiler, que estuviesen parado y creando nuevos.
Por otra parte, para impulsar la actividad constructora, es fundamental que se ponga nuevo suelo en el mercado, se flexibilicen sus usos y se agilicen los trámites de concesión de licencias. Esto no solo atraerá nueva inversión a este sector, sino que impulsará la construcción de vivienda y, por tanto, rebajará la tensión de un mercado en el que la demanda sobresale mucho sobre la oferta.
Sin embargo, si hay un elemento que puede relanzar la inversión en el segmento del living es dar un impulso final a las formas de flex living, senior living e incluso a las residencias de estudiantes. Estos sectores, de cuyo potencial llevamos hablando durante más de tres años, han generado mucho interés, pero no terminan de despegar. Sin duda, a la hora de comenzar su actividad se han encontrado con varios frenos, como la escasez de suelo y la incertidumbre regulatoria.
Es sobre esta última sobre la que es necesario actuar con más premura. El gobierno debe impulsar este tipo de alternativas habitacionales, tanto para estudiantes como para jóvenes profesionales o perfiles senior. En los tres primeros meses del año el flex living solo recibió 30 millones de inversión, mientras que las residencias de estudiantes recibieron 60 y no se invirtió nada en senior living.
El hecho de que cada Comunidad Autónoma tenga una regulación diferente y que no esté claro en qué tipo de suelos se pueden construir estas viviendas son los principales frenos. Los grandes inversores no se terminan de lanzar a grandes inversiones, o no las materializan pese a tenerlas planificadas, ante el temor de que los proyectos sean posteriormente paralizados por la administración.
Las condiciones de nuestro país para el florecimiento de estos proyectos son excepcionales, debido a la demanda existente y al cambio de las costumbres sociales de nuestro país. De hecho, su éxito en otros países europeos son un signo de la buena aceptación que tendrían en España. Por este motivo, son muchos los inversores que han mostrado su interés, pero la falta de acción del gobernó en el terreno regulatorio ha alimentado las incertidumbres y ha frenado la euforia inicial existente por los mismos.
En un contexto en el que la actividad del living se encuentra en uno de sus momentos más bajos de la última década, se vuelve fundamental activar finalmente la apuesta por unas alternativas habitacionales que llevan esperando un marco regulatorio estable mucho tiempo. Con los tipos de interés a la baja, y el interés inversor reactivándose, es el momento adecuado. Con el viento soplando de cola, el segmento del living se encuentra en la línea de salida esperando un nuevo pistoletazo de salida para convertirse de nuevo en la locomotora económica del sector inmobiliario.
Dolors Jiménez
Dolors Jiménez es directora territorial de Cataluña en Gesvalt desde diciembre de 2019. Hasta enero de 2019 fue directora de inmuebles de la división inmobiliaria de Emesa. La ejecutiva cuenta con más de veinte años de experiencia en el negocio inmobiliario, habiendo trabajado para las principales consultoras del mundo, como Cbre y Cushman&Wakefield, además de otras compañías que operan sólo en España, como Forcadell o Shophunters, donde ocupó el puesto de directora de High Street antes de incorporarse a Emesa. La ejecutiva tiene un máster en Ciencias Inmobiliarias por la Universidad Politécnica de Valencia.
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