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Live4Life apunta al mercado latinoamericano, entra en ‘coliving’ y lanza pisos de estudiantes

La plataforma valenciana de alquiler ya registra un 80% de reservas de habitaciones, frente a sólo un 20% de pisos. La empresa prevé cerrar 2024 con un volumen de contratación por valor de 30 millones de euros en su plataforma.

Live4Life apunta al mercado latinoamericano, entra en ‘coliving’ y lanza pisos de estudiantes
Live4Life apunta al mercado latinoamericano, entra en ‘coliving’ y lanza pisos de estudiantes

Biel Huguet

26 sep 2024 - 05:00

Live4Life enfila nuevas vías de crecimiento. La proptech valenciana ultima su entrada en el mercado de Latinoamérica, al tiempo que prepara el lanzamiento de una nueva marca de coliving y una línea de inversión en pisos de estudiantes. La empresa prevé cerrar 2024 con un volumen de contratación por valor de 30 millones de euros en su plataforma.

 

“Estamos trabajando desde hace ya unos años en nuestra expansión en varios países de Latinoamérica y esperamos poder anunciar en breve que iniciamos nuestras operaciones en alguno de esos mercados, como el chileno, peruano o mexicano”, señala Alberto Añaños, consejero delegado de Live4Life, en una entrevista con EjePrime.

 

El directivo sostiene que la firma, de origen valenciano, está en contacto permanente con propietarios de inmuebles en Lima, Santiago de Chile y Ciudad de México, por ejemplo, aunque “necesitamos potencia comercial allí, que los usuarios conozcan esta solución habitacional para los más jóvenes y sepan que ya no necesitan dedicar cuatro o cinco horas a desplazarse desde su lugar de residencia a su futura ciudad universitaria para ver pisos, porque los pueden reservar online”. 

 

 

Además, esta plataforma especializada en alquiler de pisos y habitaciones para estudiantes planea lanzar en noviembre una nueva marca de coliving, hacia donde prevé que irán las tendencias, tanto en el alojamiento universitario como en el mercado de alquileres en general. Añaños detalla: “Para nosotros, el concepto de coliving consiste en inmuebles singulares en los que se alquilarán habitaciones de alta calidad y con unas zonas comunes muy superiores a las que se tienen habitualmente en pisos de estudiantes (gimnasio, coworking, etc.), y seguirá existiendo la vida en comunidad, con compañeros de edificio”. Además, esta compañía se prepara para lanzar una línea de inversión en alojamiento de estudiantes durante los próximos meses.      

 

El primer ejecutivo de Live4Life detalla que, en los ocho años de trayectoria de la empresa, el mercado del alquiler ha pasado de pisos completos a habitaciones. “En este último año, un 80% de nuestras reservas fueron de habitaciones y tan solo un 20% de pisos”, asegura. Y explica que ha habido cambios en las maneras de vivir y responsabilizarse: “si un grupo de cuatro personas alquila un piso, todos se hacen responsables del inmueble completo. En cambio, si esas mismas personas alquilan cuatro habitaciones por separado dentro del mismo piso, cada uno se responsabiliza solo de su habitación”.   

 

En cuanto a los precios, Añaños indica que han ido aumentando a lo largo de los años, a doble dígito en la mayoría de ejercicios: “Madrid y Barcelona tienen precios bastante parecidos, con habitaciones en torno a 500 euros mensuales en zonas céntricas con mucha demanda, aunque se puede obtener alrededor de un 20% de descuento si un grupo alquila un piso completo en vez de por habitaciones. Fuera del área de la M-30, los precios bajan a una horquilla de entre 400 euros y 450 euros”. Y añade: “en capitales como Valencia y Sevilla, están alrededor de 330 euros; y las ciudades de menos de 300.000 habitantes son bastante más económicas, entre 200 euros y 250 euros por mes”.    

 

 

El ejecutivo se muestra rotundo cuando niega que el alquiler vacacional tenga efectos en las subidas de precios y detalla que sólo hay tres grandes ciudades en España que se ven afectadas de alguna forma por los alojamientos turísticos: Barcelona, Málaga y Palma. Añaños afirma que, “por los datos que tenemos, el alquiler turístico (a excepción de esas tres ciudades y algún municipio como Ibiza) sólo afecta, y con mucho peso, a la falta de vivienda”. Para responder a esa alta demanda en el mercado, el directivo apunta la opción de reconvertir locales comerciales en viviendas: “al contrario de lo que muchos piensan, los locales reconvertidos no tienen por qué ser destinados a alquiler turístico, sino que también pueden servir como residencia habitual, con lo que ganaríamos hasta un 20% de parque de vivienda disponible en las ciudades”.

 

El responsable también señala que hay muchas restricciones por parte de las administraciones públicas en cuanto a si los suelos son rústicos, urbanizables o no, y a sus usos: “deberíamos ser capaces de flexibilizar esto en cierta medida y en función de la casuística de cada municipio, ya que determinadas ciudades inevitablemente requieren vivienda y la situación puede llegar a hacerse insostenible”. Y añade que las administraciones deberían impulsar mucha más VPO, por ejemplo, así como poner en marcha una serie de medidas fiscales para que el sector de población más joven pudiera plantearse adquirir una propiedad. 

 

Añaños destaca Barcelona como la ciudad donde, “con diferencia”, es más difícil encontrar habitaciones (o pisos) para estudiantes, debido al alto desequilibrio existente entre oferta y demanda. En su opinión, “la administración debería tomárselo en serio: la Ley de Vivienda sólo se aplica en Cataluña, lo que ha causado una notable reducción del stock; al final, quien paga las consecuencias es el usuario, y ahora tiene prácticamente imposible encontrar alojamiento”.

 

   

En el Congreso de los Diputados, Sumar está buscando fórmulas para aplicar la actual Ley de Vivienda, de 2023, a los contratos de alquiler por temporada y alquiler de habitaciones. Añaños cree que, con efecto inmediato, esta medida haría que muchos propietarios dejen de alquilar sus inmuebles: “Con esta ley, ya estamos viendo una notable reducción de la vivienda disponible. No podemos generar inseguridad jurídica para los propietarios. Además, tiene la incongruencia de que habla de periodos de un máximo de seis meses, cuando un curso universitario son diez u once meses”.

 

Añaños remata: “todas las regulaciones de los últimos años en alquiler de vivienda han reducido el stock y han aumentado los precios. Esta solución que se está proponiendo solo agrava la situación”. Y apunta que, a causa de las suspensiones de desahucios desde la llegada de la pandemia, los propietarios (en España, mayoritariamente particulares) “potencialmente podrían contribuir a una mayor disponibilidad en el mercado de alquiler pero, sin embargo, sufren un miedo terrible a alquilar y que el inquilino les quite la vivienda”.