WeWork traza un plan de ahorro de 8.000 millones de dólares para salir de los juzgados
La compañía neoyorkina de espacios de coworking trabaja con el objetivo de abandonar el concurso de acreedores en mayo en un plan de reestructuración que afectará al 90% de sus centros en todo el mundo.
8 abr 2024 - 12:42
WeWork busca su salida de los juzgados. La compañía neoyorkina de espacios de coworking ha trazado un plan para ahorrarse 8.000 millones de dólares en rentas de oficinas en todo el mundo y salir del equivalente al concurso de acreedores en mayo, según un comunicado emitido por la compañía.
Desde que WeWork se declaró en quiebra el pasado noviembre, ha enfocado sus esfuerzos en recortar gastos en el alquiler de los inmuebles que ocupa. Para ello, la empresa prevé abandonar 150 locales más y negociar con los propietarios para reformular los contratos de otros 150 establecimientos.
Con este recorte, el pago por rentas de WeWork se reducirá en un 40%, según la propia compañía. La estrategia se produce después de que la compañía revisará el 90% de sus oficinas, y tiene previsto revisar el 10% restante en todo el mundo las próximas semanas.
El anuncio de WeWork se produce después de que su fundador y antiguo consejero delegado, Adam Neumann, haya realizado una oferta para recuperar el control de la compañía por 600 millones de dólares.
WeWork ha revisado el 90% de su cartera de oficinas y en las próximas semanas revisará el 10% restante
Cuando Neumann hizo pública su intención de regresar a la compañía con el apoyo de “media docena” de socios inversores, WeWork realizó un comunicado asegurando que sigue centrada en salir de la protección por quiebra del Capítulo 11 (el equivalente al concurso de acreedores en Estados Unidos) en el segundo trimestre como una “empresa financieramente sólida y rentable”.
En febrero, cuando de The Wall Street Journal informó sobre la intención de Neumann de hacerse con la compañía de coworking, WeWork envió un comunicado alegando que “recibimos expresiones de interés de partes externas de forma regular”, y subrayaba que se ceñía a su hoja de ruta para sanear la empresa: rebajar los gastos de alquiler, reestructurar el negocio y eliminar 4.200 millones de dólares de deuda.
WeWork, una vez valorada en 48.000 millones de dólares, se declaró en bancarrota por no poder hacer frente a una deuda de 18.600 millones de dólares el pasado noviembre. La compañía ya explicó entonces que la bancarrota facilitará el fin de determinados contratos de arrendamientos, mientras trata de mantener la continuidad de su negocio. WeWork aseguró en el comunicado que “se espera que las operaciones globales continúen como de costumbre”.