Euríbor, inflación y mercado inmobiliario
31 may 2022
La vuelta del euríbor a signo positivo es perjudicial para el consumidor. Durante los últimos años nos hemos acostumbrado a que el euríbor fuera bajando, pero esto era algo completamente excepcional y sorprendente. Lo cierto es que la subida de este índice debería haber pasado hace algunos meses, pero se ha ido retrasando y ahora con la inflación, el fin de la pandemia y la subida de tipos por parte del banco central estadounidense, la tendencia ha cambiado y el euríbor se ha posicionado en positivo.
El aumento de los tipos de interés es una medida clásica que se aplica para contrarrestar la inflación. Parece una contradicción en sí misma, pero la realidad es muy diferente. La inflación está estrechamente ligada a la cantidad de dinero que hay en circulación, por tanto, limitando el dinero que hay en circulación se logra una bajada de la inflación. El problema actual, a diferencia de la crisis de 2008, es que hay mucho dinero barato en circulación y esto provoca que las personas intenten asumir situaciones arriesgadas que no son sostenibles.
Teniendo en consideración el mercado inmobiliario, las personas que más se verán afectadas con esta subida del euríbor son aquellas que tienen una hipoteca a tipo variable, ya que son las que están referenciadas al euríbor. De hecho, desde febrero de 2016 cuando el euríbor a 12 meses, el de referencia para las operaciones hipotecarias, empezó a cotizar en negativo, las personas con hipotecas a tipo variable se empezaron a beneficiar, pero ahora, con esta vuelta a números positivos de este índice verán como su cuota mensual se incrementa.
De hecho, la previsión es que el euríbor a 12 meses siga subiendo. Quizás no para llegar al máximo histórico del 5,39% de 2008, pero sí que puede llegar a estar entre un 2% y un 3% los próximos años. Por lo tanto, teniendo en cuenta estos números y la progresión, la mejor opción para conseguir una hipoteca es concretarla a través de tipos fijos o mixtos. Los tipos mixtos, que ahora están ofreciendo muchos bancos, se fundamentan básicamente en tener durante los diez primeros años un tipo fijo y a partir de ese décimo año pasar a tipos variables.
Dada la situación del mercado y la vuelta del euríbor a positivo es una opción muy interesante, ya que dentro de diez años posiblemente la situación económica será mejor, con tipos de interés más bajos, o bien en esos 10 años nuestro poder adquisitivo habrá subido y ya no sea tan gravoso el tipo que se aplique. Además, estadísticamente las propiedades permanecen en manos de sus titulares una media de 9 años.
Podemos afirmar que es un buen momento para volver a invertir en el ladrillo. Evidentemente, este tipo de inversiones son a largo plazo, pero cabe poner en valor que el activo inmobiliario es una buena alternativa, pues tiene pocas variaciones y un recorrido amplio en el tiempo. Lo ideal es que la inversión en activos inmobiliarios no supere el 60% del valor total del patrimonio de una persona. La clave es la diversificación.
Cármen Pérez
Abogada y socia directora del Bufete Pérez-Pozo
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