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Abiboo: un estudio con corazón español, pulmón indio y cabeza ‘yankee’

Tras desarrollar su carrera profesional en estudios como Ito y SOM, el burgalés Alfredo Muñoz lidera desde hace ocho años su propio estudio de arquitectura internacional. Desde Nueva York, donde reside actualmente, controla sus otras dos oficinas, en la India, el país en el que más trabaja, y Madrid, que ha firmado proyectos con presupuestos totales en España de más de 500 millones de dólares.

Jabier Izquierdo

29 ene 2018 - 04:57

Abiboo: un estudio con corazón español, pulmón indio y cabeza ‘yankee’

 

 

¿Hacia dónde se dirige la arquitectura? ¿De dónde son y dónde residen los principales arquitectos españoles? ¿Están reconocidos a nivel mundial? ¿Cuáles son los mercados más atractivos para el desarrollo de sus estudios? ¿Y qué segmentos son protagonistas en sus carteras de proyectos? EjePrime responderá a estas y otras muchas preguntas durante las próximas semanas a través de quiénes más saben del sector, quiénes le dan forma, los arquitectos.

 

 

La última vez que Alfredo Muñoz (Burgos, 1979) salió de España para trabajar tenía 23 años. Debía coger un vuelo rumbo a Japón. En el país nipón, a 10.586 kilómetros de su ciudad, le esperaba el arquitecto Toyo Ito. Se iba a trabajar con este premio Pritzker (considerado el Nobel de la arquitectura) y para cuando volvió a España ya coordinaba un macroproyecto: la ampliación de Fira de Barcelona. Habían pasado sólo unos meses. “Hice de puente entre la Fira, arquitectos locales y el equipo de Japón”, explica Muñoz a EjePrime desde Nueva York, en una pausa entre reunión y reunión.

 

En la Gran Manzana reside desde hace ya más de una década y allí brindará junto a su equipo por los ocho años de vida de su obra maestra: su propio estudio, Abiboo. Con sedes en Madrid, la India y Nueva York, Abiboo es una macedonia elaborada con los conocimientos que durante quince años ha ido adquiriendo Muñoz haciendo escalas alrededor del mundo.

 

Tras dos años con Ito, el burgalés hizo nuevamente las maletas y voló a Estados Unidos: “siempre me habían llamado la atención los macroestudios americanos, así que decidí venirme al que creo que es el mejor estudio grande de arquitectura, SOM”. Obras como el Burj Khalifa, el rascacielos más alto del planeta, o el nuevo World Trade Center llevan su firma. Allí pasó cinco años encargándose de proyectos de varios tipos, sobre todo de gran escala, en Kuwait, Estados Unidos y la India.

 

De ese último país guardó tan grato recuerdo que en 2011, sólo un año y medio después de levantar la persiana de Abiboo Studio, el arquitecto decidió abrir mercado con una oficina en Chennai. Sería la tercera, tras las de Madrid y Nueva York. “A los seis meses de llegar, ya teníamos un proyecto para construir mil viviendas”, recuerda el arquitecto. Las cosas le iban muy bien fuera de España, donde la crisis torpedeaba su crecimiento, así que se lanzó al mundo con la “intención de tener proyectos en los cinco continentes en 2020”.

 

 

 

 

Muñoz había encontrado un nicho de trabajo para hacer grande a Abiboo: “vi la posibilidad de generar un modelo de arquitectura que combinara un diseño innovador con procesos asociados a proyectos de gran escala”. “Era un espacio que aún no estaba cubierto”, justifica.

 

 

Nuevo enfoque de concentración
Pero tras cuatro años de gran ajetreo, de sumar sellos al pasaporte con proyectos a lo largo de Latinoamérica, Oriente Medio, Europa y la India, el nómada Muñoz pensó: “quizá estoy siendo demasiado agresivo”. Y, desde entonces, Abiboo centra sus tiros en sus tres mercados favoritos. “Ahora el tipo de proyectos y servicios que damos son de mayor intensidad que los que hacíamos al comienzo”, esgrime.

 

En consecuencia, Muñoz no tiene previsto exportar sus diseños más allá de su mapa profesional: “creo que es mejorar concentrar todos nuestros esfuerzos en los lugares en los que estamos”. Actualmente, el 65% de los trabajos que realiza Abiboo tienen como destino la India, repartiéndose el 35% restante los mercados estadounidense y español.

 

Aunque Muñoz cuenta con un equipo multidisciplinar, actualmente su labor se fija en el sector residencial y hotelero, donde se concentra el 85% de su cartera de proyectos. Para 2018, Abiboo tiene media docena de trabajos en marcha, entre los que destacan varios macroproyectos en la India y uno en Manhattan para empresarios estadounidenses.

 

 

 

 

En España, de momento, el estudio ha realizado, principalmente, reformas de interiores y viviendas de lujo en Madrid. Incluida la construcción de una casa para un exfutbolista del Real Madrid. Proyectos puntuales y de pequeño tamaño que le mantiene clavada una espina al arquitecto burgalés: “me gustaría mucho volver a España para hacer algún proyecto residencial a gran escala”.

 

 

La clave financiera
Aunque lo suyo ha sido de siempre la arquitectura, Muñoz decidió estudiar un MBA hace cinco años. Lo hizo en la Universidad de Columbia. Aunque le quitó horas de sueño, se muestra muy satisfecho por la decisión tomada. “es algo que me ha ayudado mucho: es fundamental para los clientes que los arquitectos tengamos conocimientos de términos económicos, del retorno de la inversión… Les hace sentirse cómodos a los inversores y creo que la innovación de la arquitectura también va a ir por allí”, explica.

 

Una base de conocimientos que el burgalés lo extrapola también al mercado español. “Ahora mismo, el sector inmobiliario de allí está cambiando de foco, con la entrada de grandes fondos de inversión; ellos están tomando la iniciativa y será necesario para los arquitectos familiarizarse con la economía como ya ocurre en Estados Unidos”.

 

¿Y son valorados los españoles en la arquitectura mundial? Muñoz, representante del gremio, lo tiene claro: “en una gran parte de las universidades, los arquitectos españoles han tenido una gran presencia durante el último medio siglo; se nos reconoce mucho en el extranjero, quizá más que en la propia España”.

 

 

 

 

El futuro: inmuebles más baratos y más rápidos de hacer
La oficina de Nueva York de Abiboo está trabajando, actualmente, en la creación de patentes. “Hemos desarrollado quince y ya nos han aprobado dos, y otras tres están a punto de adjudicarse”. Todas ellas están “muy vinculadas con establecer nuevos procesos de organización constructiva”, apunta.

 

“La velocidad y los costes de los proyectos serán parte fundamental en el futuro”, explica. En su estudio ya han desarrollado una patente que permite construir un hotel en menos de cuatro días. “Estamos hablando de un inmueble de entre 20 y 30 habitaciones para necesidades puntuales”, añade Muñoz, quien asegura que “debemos adelantarnos a las demandas y cambios en la forma de vida de los millennial para ser diferentes y competitivos”.

 

Pero antes de que el sector de la arquitectura, de la mano del real estate, se lance a la carrera para ser cada día más rápido, Muñoz tendrá la oportunidad de poder formar parte de un trabajo en el que no sólo construirá casas: “tenemos encima de la mesa un proyecto con el Gobierno de la India para la elaboración con sistemas prefabricados de un millón de viviendas sociales de aquí a tres años”. Se trata de pisos de 28 metros cuadrados que serán ocupados por las clases más desfavorecidas de un país con 1.300 millones de habitantes y una alta tasa de niños sin hogar.

 

“La idea es que las viviendas ajusten su precio hasta los 5.000 euros y estén sufragadas por el propio Gobierno”, relata el arquitecto español, que cumple ya ocho años dando forma a un estudio con corazón español, pulmón indio y cabeza yankee.