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CaixaBank completa Torre Sevilla seis años después: 100% en oficinas y centro comercial a punto

Con la superficie de oficinas ocupada al cien por cien, la ampliación del hotel terminada y el centro comercial a punto de abrir las puertas, Torre Sevilla completa un desarrollo urbanístico que comenzó a idearse en los noventa.

P. Riaño/ J. Izquierdo

10 jul 2018 - 04:57

Seis años después de heredar el macroproyecto de Torre Sevilla, CaixaBank puede decir que ha llegado a su punto y final. Con el cien por cien de la superficie de oficinas contratadas y el centro comercial a las puertas de su puesta en marcha, la entidad financiera completa el complejo sevillano sin planes, por el momento, para su venta, según Antonio Cayuela, presidente de BuildingCenter y administrador único de Puerto Triana (la sociedad que controla el complejo). CaixaBank ultima el alquiler de la última planta de oficinas que tiene disponible en el rascacielos de Torre Sevilla, localmente conocido como la Torre Pelli, en referencia al arquitecto que la diseñó, César Pelli. Según Cayuela, será uno de los actuales inquilinos del inmueble quien se instale en la planta 17 con lo que alcanzará el cien por cien de ocupación.  Aenor, Deloitte, Everis, Orange y la Cámara de Comercio son algunas de las entidades presentes en las 18 plantas de oficinas, que representan sólo la mitad del rascacielos. El resto de la torre está ocupada por un hotel gestionado por Eurostars, de Grupo Hotusa. El contrato inicial con el grupo hotelero incluía la ocupación de doce plantas, pero posteriormente se amplió a dieciocho alturas y 250 habitaciones. “La ampliación ya está lista por completo desde el punto de vista constructivo, de manera que su inauguración será inminente”, afirma Cayuela.   CaixaBank ha entregado a Eurostars las obras de ampliación del hotel, que pasa a ocupar 18 plantas del rascacielos   Tras las oficinas y el hotel, la tercera gran pieza del complejo es el centro comercial, que ha marcado ya la segunda quincena de septiembre para llevar a cabo su apertura. El centro comercial está ubicado en dos edificios bajos situados a los pies de la torre que, conocidos como podios, suman 26.500 metros cuadrados de superficie bruta alquilable (SBA) y ochenta locales. Además de grupos como Inditex, Mango y Cortefiel, en el centro comercial ya ha reservado espacio Primark, Fnac o Starbucks. El centro comercial, que se encuentra comercializado en un 85%, es la última pieza del complejo Torre Sevilla, que el año pasado vivió la apertura de Caixa Forum Sevilla y en 2018 la del Parque Magallanes, ubicado en terrenos de titularidad pública. La construcción de estas cinco piezas ha supuesto una inversión de 320 millones de euros. “Nuestro afán es ponerlo en valor y cumplir con el compromiso con la ciudad”, señala Cayuela, que, en referencia a una posible venta del complejo, asegura que “estamos todavía ocupados en concluirlo como para pensar en el siguiente paso”. Torre Sevilla conseguirá, según Cayuela, “articular la ciudad”. El complejo no sólo será utilizado por las más de 16.000 personas que trabajan en La Cartuja, sino que se convertirá en un reclamo turístico (gracias, en parte, a Caixa Fórum) y de ocio para la población local. “Torre Sevilla es un centro singular, es un centro urbano, a sólo diez minutos andando de La Giralda”, ejemplifica.  Un recorrido de veinte años Los orígenes del proyectos hay que buscarlos en los años noventa, cuando el consistorio sevillano, liderado entonces por Soledad Becerril, selló un convenio con la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Andalucía, la Sociedad Puerto Triana y Agesa (sociedad encargada de la gestión de los activos de la Exposición Universal de 1992), para desarrollar un proyecto urbanístico en la zona sur de la isla de la Cartuja. El proyecto inicial contemplaba un centro comercial de casi 73.000 metros cuadrados, 15.000 metros cuadrados de oficinas y hotel, además de 25.000 para equipamientos públicos. La empresa canadiense TrizecHahn se ofreció a desarrollar el proyecto con el compromiso de aportar 16.000 millones de las antiguas pesetas, pero los cambios políticos dejaron en el aire Torre Sevilla y TrizecHahn tiró la toalla. En el primer año del nuevo siglo, las cajas de ahorro de Sevilla escogieron el espacio como ubicación de la futura sede de la caja única. Llegó la segunda oportunidad para el complejo, esta vez de la mano de Rodamco, que se puso al frente de la sociedad Puerto Triana. Rodamco abandonó el proyecto en 2003, cuando la edificabilidad pasó de 73.000 metros cuadrados a  48.000 metros cuadrados. La tercera oportunidad de Torre Sevilla llegó en 2012, cuando Caixabank se hizo con Cajasol, entidad nacida en 2006 fruto de la fusión de las cajas de ahorros de El Monte y Caja San Fernando. Pese a que el proyecto ya estaba en construcción, Caixabank mantuvo el plan para el desarrollo urbanístico. “Respetamos el proyecto tal y como estaba como muestra de compromiso con la ciudad”, recuerda Cayuela.  Torre Sevilla no ha contado siempre con el apoyo de la ciudad. La altura del edificio principal (que sobresale sobre el perfil de Sevilla, donde sólo destaca la Giralda) ha tenido en algunos momentos detractores. De hecho, algunas voces llegaron a señalar que la finalización del rascacielos podría hacer que Sevilla fuera incluida en la lista de bienes Patrimonio de la Humanidad en Peligro. “Hemos podido aprovechar algo muy cuestionado, que la ciudad ha terminado haciendo suyo”, afirma Cayuela.

 

 

Seis años después de heredar el macroproyecto de Torre Sevilla, CaixaBank puede decir que ha llegado a su punto y final. Con el cien por cien de la superficie de oficinas contratadas y el centro comercial a las puertas de su puesta en marcha, la entidad financiera completa el complejo sevillano sin planes, por el momento, para su venta, según Antonio Cayuela, presidente de BuildingCenter y administrador único de Puerto Triana (la sociedad que controla el complejo).

 

CaixaBank ultima el alquiler de la última planta de oficinas que tiene disponible en el rascacielos de Torre Sevilla, localmente conocido como la Torre Pelli, en referencia al arquitecto que la diseñó, César Pelli. Según Cayuela, será uno de los actuales inquilinos del inmueble quien se instale en la planta 17 con lo que alcanzará el cien por cien de ocupación.

 

Aenor, Deloitte, Everis, Orange y la Cámara de Comercio son algunas de las entidades presentes en las 18 plantas de oficinas, que representan sólo la mitad del rascacielos. El resto de la torre está ocupada por un hotel gestionado por Eurostars, de Grupo Hotusa.

 

El contrato inicial con el grupo hotelero incluía la ocupación de doce plantas, pero posteriormente se amplió a dieciocho alturas y 250 habitaciones. “La ampliación ya está lista por completo desde el punto de vista constructivo, de manera que su inauguración será inminente”, afirma Cayuela.

 

 

 

 

Tras las oficinas y el hotel, la tercera gran pieza del complejo es el centro comercial, que ha marcado ya la segunda quincena de septiembre para llevar a cabo su apertura. El centro comercial está ubicado en dos edificios bajos situados a los pies de la torre que, conocidos como podios, suman 26.500 metros cuadrados de superficie bruta alquilable (SBA) y ochenta locales. Además de grupos como Mango y Cortefiel, en el centro comercial ya ha reservado espacio Primark, Fnac o Starbucks.

 

El centro comercial, que se encuentra comercializado en un 85%, es la última pieza del complejo Torre Sevilla, que el año pasado vivió la apertura de Caixa Forum Sevilla y en 2018 la del Parque Magallanes, ubicado en terrenos de titularidad pública.

 

La construcción de estas cinco piezas ha supuesto una inversión de 320 millones de euros. “Nuestro afán es ponerlo en valor y cumplir con el compromiso con la ciudad”, señala Cayuela, que, en referencia a una posible venta del complejo, asegura que “estamos todavía ocupados en concluirlo como para pensar en el siguiente paso”.

 

Torre Sevilla conseguirá, según Cayuela, “articular la ciudad”. El complejo no sólo será utilizado por las más de 16.000 personas que trabajan en La Cartuja, sino que se convertirá en un reclamo turístico (gracias, en parte, a Caixa Fórum) y de ocio para la población local. “Torre Sevilla es un centro singular, es un centro urbano, a sólo diez minutos andando de La Giralda”, ejemplifica.

 

 

 

Un recorrido de veinte años


Los orígenes del proyectos hay que buscarlos en los años noventa, cuando el consistorio sevillano, liderado entonces por Soledad Becerril, selló un convenio con la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Andalucía, la Sociedad Puerto Triana y Agesa (sociedad encargada de la gestión de los activos de la Exposición Universal de 1992), para desarrollar un proyecto urbanístico en la zona sur de la isla de la Cartuja.

 

El proyecto inicial contemplaba un centro comercial de casi 73.000 metros cuadrados, 15.000 metros cuadrados de oficinas y hotel, además de 25.000 para equipamientos públicos. La empresa canadiense TrizecHahn se ofreció a desarrollar el proyecto con el compromiso de aportar 16.000 millones de las antiguas pesetas, pero los cambios políticos dejaron en el aire Torre Sevilla y TrizecHahn tiró la toalla.

 

En el primer año del nuevo siglo, las cajas de ahorro de Sevilla escogieron el espacio como ubicación de la futura sede de la caja única. Llegó la segunda oportunidad para el complejo, esta vez de la mano de Rodamco, que se puso al frente de la sociedad Puerto Triana. Rodamco abandonó el proyecto en 2003, cuando la edificabilidad pasó de 73.000 metros cuadrados a  48.000 metros cuadrados.

 

La tercera oportunidad de Torre Sevilla llegó en 2012, cuando Caixabank se hizo con Cajasol, entidad nacida en 2006 fruto de la fusión de las cajas de ahorros de El Monte y Caja San Fernando. Pese a que el proyecto ya estaba en construcción, Caixabank mantuvo el plan para el desarrollo urbanístico. “Respetamos el proyecto tal y como estaba como muestra de compromiso con la ciudad”, recuerda Cayuela.

 

Torre Sevilla no ha contado siempre con el apoyo de la ciudad. La altura del edificio principal (que sobresale sobre el perfil de Sevilla, donde sólo destaca la Giralda) ha tenido en algunos momentos detractores. De hecho, algunas voces llegaron a señalar que la finalización del rascacielos podría hacer que Sevilla fuera incluida en la lista de bienes Patrimonio de la Humanidad en Peligro. “Hemos podido aprovechar algo muy cuestionado, que la ciudad ha terminado haciendo suyo”, afirma Cayuela.