Dimite el consejero delegado de Nyesa, Liberto Campillo

Vuelco en la cúpula de Nyesa. El hasta ahora consejero delegado ejecutivo de la compañía, Liberto Campillo, ha presentado su renuncia al cargo para convertirse en accionista significativo de la empresa, según un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv).

Campillo ha explicado en el comunicado a los accionistas que desea no ocuparse “más de concursos, reconvenios, renegociaciones con acreedores, restructuraciones de directivos y dedicar el 100% de su tiempo a hacer crecer la empresa”.

Además, Nyesa ha nombrado consejeros independientes a Pedro Rodríguez y Virgilio Hernández, en sustitución a María Jesús Ibáñez y Andrés Fornovi, que han salido del órgano de la empresa.

La compañía se encuentra en un proceso de ampliación de capital por 51,3 millones de euros a través de capitalización de créditos concursales y créditos contra la masa, con la puesta en circulación de 3.421 millones de acciones ordinarias por valor de 0,015 euros.

Nyesa anunció ayer una ampliación de capital de 51,3 millones de euros a través de capitalización de crédito

Nyesa explicó a inicio de año su plan para evitar la liquidación, que pasaba por conceder una quita del 70% a los acreedores con privilegios que cobrarían en dos pagos en un plazo de 36 meses y 48 meses, respectivamente.

En cuanto a los acreedores ordinarios, el grupo propuso el cobro de la totalidad de créditos en plazos, mientras que los subordinados recibirán el pago de dentro de diez años en un solo pago. La compañía ya anunció entonces, que en caso de aprobarse la medida optaría por ofrecer a todos los acreedores la capitalización de sus créditos.

Nyesa, controlada por la firma de inversión Olaf y Rovi, ya anunció en verano de 2020 la modificación del convenio del concurso de acreedores, después de que el cierre de 2019 su patrimonio neto fuera negativo en 10,1 millones de euros.

Parte del desequilibrio de la compañía se debe a una dotación de 45,6 millones de euros que realizó durante el ejercicio de 2019 ante la necesidad de financiación que presenta un proyecto que desarrolla en Moscú. El proyecto acumula retrasos y un cambio de normativa rusa impide a Nyesa utilizar los adelantes que pagan los compradores de viviendas para su construcción.