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Español, hipotecado y mayor de 25 años, el retrato robot del comprador de vivienda usada

En el primer semestre de 2018, el 81,11% de los compradores de inmuebles de segunda mano en España disponían de un contrato indefinido.

Berta Seijo

6 sep 2018 - 04:57

Español, hipotecado y mayor de 25 años, el retrato robot del comprador de vivienda usada

 

 

Entre los compradores de vivienda usada en España un perfil sobresale por encima del resto. Según el Informe sobre el mercado de la vivienda, elaborado por Tecnocasa y la Universitat Pompeu Fabra (UPF), la mayoría de inversores en el residencial español son compradores de su primera vivienda, necesitan hipotecarse para hacer frente a los costes del inmueble y tienen más de 25 años.

 

En el primer semestre de 2018, el 73,5% de las personas que adquirieron un activo en el mercado residencial español se estrenaron con la compra de su primera vivienda. Sólo el 26,5% fueron inversores con el objetivo de sacar rendimiento al activo mediante su posterior alquiler. De hecho, este porcentaje se ha incrementado en España desde 2013, cuando los inversores en residencial de segunda mano suponían el 16,38% del total de compradores.

 

En cuanto a la edad media del comprador de vivienda usada en España, el 75,62% de los usuarios tienen entre 25 y 44 años. Este grupo es el predominante, seguido de los compradores de entre 45 y 54 años, que suponen el 17,74% del total. Por último, los menores de 25 años y los mayores de 55 años son los españoles que invierten menos en residencial, registrando cotas que no suben del 4%.

 

 

 

 

El estudio también apunta que el 81,11% de los compradores de vivienda en España entre enero y junio de 2018 disponían de un contrato indefinido. Le sigue el grupo de los autónomos, que copan el 10,86% de la demanda. Sólo el 3,74% de los compradores cuenta con un contrato temporal, y únicamente el 2,15% de los adquirientes de vivienda de segunda mano en el primer semestre del año eran pensionistas.

 

Por otro lado, el comprador nacional es el que predomina en este mercado. El 83,81% de los compradores de residencial de segunda mano en el país fueron españoles entre enero y junio de 2018. Los clientes extranjeros, por su parte, tienen una presencia del 16,19%.

 

 

La hipoteca, el recurso más necesario para comprar una vivienda

Según el informe, el 72,39% de quienes compraron una casa o un piso de segunda mano en el primer semestre de 2018 tuvieron que recurrir a financiación para afrontar los costes su vivienda. En este sentido, de media, los españoles suscriben hipotecas por una media de 96.348 euros en su hipoteca. Esta cifra dista bastante de la registrada en el primer semestre de 2007, cuando la hipoteca media llegaba a los 185.000 euros.

 

 

 

 

En el último año, se ha producido una subida interanual del 6,2% en el importe medio de estos contratos. Las hipotecas más altas, pero, se dan en Barcelona, ciudad donde la cuota alcanzó en el primer semestre de 2018 los 149.722 euros, un 16,5% más que en el mismo periodo de 2017.

 

Asimismo, en el primer semestre de 2018, el porcentaje de hipotecados con contrato laboral temporal, que disminuyó drásticamente a partir de 2007, se mantiene en línea con el semestre anterior, llegando al 8,9%. Por su parte, el porcentaje de hipotecados con contrato indefinido sube del 79,5% registrado en el segundo semestre de 2017 hasta el 81,2% actual.

 

En el estudio elaborado por Tecnocasa y la UPF se pone sobre la mesa otra tendencia observada en los últimos tiempos. El informe destaca que cada vez se conceden más hipotecas con plazos más cortos. En el primer semestre de 2017, el 57% de las hipotecas eran a treinta años. Un año después, los valores son prácticamente iguales.

 

 

El inversor, cuestión aparte

“Aquellos que invierten en residencial lo hacen porque no existe inversión alternativa” o así lo apuntó ayer José García-Montalvo, catedrático de Economía de la UPF y coordinador del Informe sobre el mercado de la vivienda. “El hecho de que actualmente no haya productos financieros que ofrezcan una mayor rentabilidad anima a los inversores a apostar por el ladrillo”, señaló.

 

Montalvo también apuntó otra dinámica adoptada por los inversores en viviendas de segunda mano, sobre todo por los internacionales: marcharse a la periferia. La subida de precios en capitales como Barcelona o Madrid no ha hecho otra cosa que fomentar que los compradores “huyan” a otras zonas de sus áreas metropolitanas como, por ejemplo, L’Hospitalet de Llobregat.